Más fresca que una lechuga
Unas 200,000 lechugas crecen en los Invernaderos Hidropónicos del Perú, ubicados en Lurín, en Lima. Pionera en el país en cultivos sin suelo, la empresa creada hace más de dos décadas por Miguel Ucelli, provee de lechugas y otros vegetales ‘gourmet’ a los supermercados y otras tiendas gastronómicas limeñas. No solo eso, porque se alistan para retomar sus exportaciones a EE UU.
En forma de enormes rosas de un verde pálido, las lechugas de la variedad Flandria RZ o Mantecosa son cosechadas todos los días por las manos expertas del personal de la finca, ubicada a escasos metros del santuario arqueológico de Pachacamac. La experiencia y la calidad de los productos han dado pie a un fuerte y constante lazo comercial tanto con la familia Wong, en una primera instancia, como con los de Cencosud, nuevos dueños de la cadena de supermercados Wong y Metro.
Es por ello que todos los días viajan 3,000 lechugas desde Lurín hacia los diferentes puntos de la cadena comercial, con cada unidad embolsada o en un pote de forma redonda. El mismo trayecto lo realizan las espinacas, albahacas, pepinos, tomates, berenjenas y pimientos, entre otros vegetales que forman parte de la cartera de productos y que buscan transmitir los conceptos de vida y salud.
La firma tiene sus marcas propias (Don Miguel y Del Nonno), y envasa también las marcas solicitadas por sus clientes. En el fundo de 6 ha en Lurín se han instalado 8 casas mallas, donde se albergan los diferentes vegetales cultivados en sistemas Nutrient Film Technique (NFT) -básicamente para el caso de la lechuga mantecosa- o usando sustrato en vez de suelo.
Se trata de casas con film cobertor o malla antiáfida que forman los invernaderos y, si el sol es intenso, se estiran las mallas para sombra que protegen los cultivos de la intensa radiación.
LA LECHUGA, LA ESTRELLA
El producto estrella es de lejos la lechuga, seguido de la espinaca. Para ello, manejan prácticamente toda la cadena de producción: la semilla en el vivero, el cultivo en las casas mallas y el tratamiento poscosecha en la planta empacadora.
“Aquí se siembra en los almácigos, se trasplanta, cultiva y cosecha todos los días”, detalla Miguel Ucelli, quien comenta que ingresó hace más de 20 años a este negocio sin saber nada del mundo agrícola. Provenía de la industria textil y vio una oportunidad en este sector, hasta que se convirtió en el pionero de la hidroponía comercial en el país.
Ucelli empezó en un terreno de 12,000 m2 ubicado en Pachacamac, donde instaló un invernadero de 2,000 m2 de tomates. Tras eso, vinieron los otros cultivos. Para seguir creciendo se instalaron hace unos siete años en un terreno en Lurín y hoy tienen 80 trabajadores permanentes.
En la actualidad cuentan con la exclusividad en la importación de la semilla Flandria RZ de la empresa Rijk Zwaan que solo se destinan para su propia producción de lechugas. Desde que la semilla se coloca en el almácigo hasta que está lista para trasplantarla en el sistema NFT pasarán cuatro semanas. Luego, transcurrirán otras cuatro semanas más hasta que la lechuga esté lista para su cosecha.
El sistema NFT consiste en la instalación de tubos de PVC por donde corre una solución nutricional mezclada especialmente en tanques de agua. La casa malla con este sistema hidropónico es exclusiva para las lechugas Flandria RZ, que se trasplantan según etapas de crecimiento, es decir, que en sistema hay lechugas recién trasplantadas, otras que están en fase de crecimiento y también aquellas que están listas para ser recogidas. Todas están distribuidas en secuencia, lo que les permite a los trabajadores de la empresa realizar una cosecha ordenada.
La división al interior de la casa malla consiste en lotes con 15 bloques o camas de tubos de PVC cada uno. Un tubo tiene 8 agujeros para igual número de lechugas. En total, en el galpón se pueden contar 24 lotes donde se observan los tubos y las lechugas en distintas tonalidades de verdes.
“La ventaja de este tipo de agricultura es la sanidad porque no está en contacto con el suelo, además de la calidad, porque obtienes un producto homogéneo”, apunta el ingeniero agrónomo Carlos Hidalgo Vílchez, administrador agrícola del fundo. El especialista extrae una lechuga y enseña la raíz impoluta, gracias a que permanece sumergida en la solución nutritiva que continuamente transcurre por el tubo, no permanece mucho tiempo estática.
CORRE AGUA
El agua para regar viene de pozos. Hidalgo Vilchez afirma que lo que se extrae de la zona es buena para la agricultura. “El agua que es extraída no es salina y tiene un pH neutro. Además, esta es una buena zona para sembrar bajo el sistema de hidroponía. Igual, cada 15 días enviamos a analizar el agua para ver su composición química, porque a veces tiene más boro o calcio y nuestra solución es una sola fórmula y la vamos modificando según esos análisis”, precisa.
La programación del riego, así como también del fertirriego, se hace de forma automática. Por estar al costado del santuario de Pachacamac, en ese terreno no se puede hacer grandes construcciones, sino que solo está permitido la construcción de casas de campo, restaurantes o lo relacionado al sector agrícola. “El riego los programamos en función al clima y la situación del cultivo. Lo usual son cinco riegos en que recircula la mezcla, pero en verano pueden llegar ocho”, explica el administrador.
El sistema NFT se comenzó a implementar desde el 2008. Previamente, se experimentó con tinas de madera y luego balsas flotantes de plástico. “El de madera iba con una tapa tecnopor, pero al momento de lavarlo era un problema. Se maltrataban con facilidad. En el caso de las balsas había que mezclar la solución en el agua para cada unidad lo que tomaba tiempo y requería de mayor personal. Con el NFT se prepara en el tanque y la solución nutritiva corre por los canales de cultivo”, indica Hidalgo Vilchez.
LA OFERTA PARA UNA ‘VIDA SANA’
En un inicio, estos cultivos estaban dirigidos a un público con un alto poder económico, pero hoy el consumo ha cambiado y son los jóvenes los que demandan calidad y una vida saludable. Adicionalmente, los precios bajaron como consecuencia del abaratamiento del costo de producción, por ejemplo, de los materiales; sobre todo, en el caso del PVC, refiere Hidalgo Vilchez.
Bajo ese razonamiento, cualquier mediano productor podría hacer uso del cultivo sin suelo. Si bien el costo de instalación es mucho mayor que en tierra, pues la relación es de cuatro veces el monto de la inversión, Hidalgo Vilchez comenta que el capital se recupera en el transcurso del primer año y luego queda como un activo fijo.
Tras diez años en funcionamiento, el sistema NFT no ha sido recambiado; mientras que en el suelo hay una rotación del cultivo y hay que financiar un mayor número de jornales para las actividades culturales y el plan de plaguicidas, además de estar expuestos a la contaminación, las enfermedades y plagas o, incluso, a las aves que transmiten patógenos.
VARIADA CARTERA DE PRODUCTOS
La lechuga mantecosa tiene una textura como seda y un sabor dulce. Sin embargo, no es la única, ya que además cultivan otras variedades y colores como la Crespa y Romana. Solo la Flandria RZ se siembra cada semana en el sistema NFT y el resto se hace sobre sustrato. Aproximadamente son 150,000 de Flandria RZ, seguidas de 40,000 lechugas de seda, 2,700 romanas, 2,600 crespas, 2,500 rojas, entre otras, en menor volumen.
Además hay tres invernaderos de espinacas, el segundo producto de mayor demanda. Esta es la única que es siembra directa. Lo que más se comercializa es la ‘espinaca bebé’ de hojas tiernas, que se cosechan al cabo de un mes.
También producen dos variedades de pepino: el holandés, que alcanza los 25 a 30 cm, y el pickles de 10 a 12 cm, que esencialmente se destinada a la elaboración de encurtidos. Este último se vende en el supermercado en potes de 4 a 5 unidades. El pepino es el cultivo que necesita más agua, además que tiene un tallo más flexible y crece muy rápido.
Otra hortaliza de gran importancia es el tomate. Y esta empresa cultiva dos variedades: el redondo para ensaladas y el cherry de sabor afrutado. Desde que se instala hasta que se cosecha, el tomate cherry demora 100 días. “Cada racimo produce unos 28 a 30 frutos. Tiene una altura de 10 metros, pero se enreda, tratando de estructurarlo en forma vertical con ganchos. Todos estos son productos rastreros, pero acá se hacen verticales, para que en menor área de terreno haya mayor producción.Como la uva, se hace el corte para que el cuajado sea más uniforme y se dejan 12 frutos. Al final se hacen algo más de 30 cortes”, menciona el agrónomo.
También producen tres variedades de pimientos, entre ellos rojo, amarillo y anaranjado. El color depende de la semilla. La planta dura unos 9 meses y puede producir 36 frutos, aproximadamente. Luego, también cosechan berenjena de la variedad Lucía que es una sin el sabor amargo característico de este tipo de cultivo y tampoco tiene pepas.
Casi la totalidad de las semillas de los diferentes vegetales son adquiridas a la firma Rijk Zwaan, debido a que consideran que obtienen frutos de mayor calidad.
Invernadero para ensayos continuos
En una de las casas mallas hay microcultivos de diferentes especies y variedades, que son evaluadas para su posterior implantación comercial. En la actualidad, siguen evaluando distintos tipos de lechuga, sobre todo por colores y formas, debido a los mix que comercializan. En tomate están probando dos variedades: Arbason y Abigail. Están analizando el sabor –lo más importante- y el tiempo de producción. También vienen haciendo pruebas con las variedades de tomate cherry Moscatel y Shakira. Además, se pueden ver cultivos de la variedad Sharapova en berenjena.
El periodo de ensayo toma al menos un año. Carlos Hidalgo comenta que de nueve variedades de lechugas que tienen instaladas desde agosto del pasado año han observado que al menos cuatro cumplen con lo que ellos buscan. Esto también sirve para evaluar en qué periodo del año se desarrollan mejor. Por ejemplo, la variedad Concorde han notado que presenta buen tamaño en verano.
CAPACIDAD PARA ENVASAR 6,000 LECHUGAS AL DÍA
Cada mañana se cosechan las lechugas, se les corta la raíz y se las envía a la planta empacadora que tiene una capacidad de procesamiento de 6 mil unidades. En otros países se venden con raíz porque se conservan por mayor tiempo, pero el consumidor local no está acostumbrado a esa presentación. “Como parte del proceso, se cosecha, selecciona, se retiran algunas hojas y pasan a la fosa de lavado con agua y cloro para su desinfección. Se colocan en bolsas o potes redondos y también se tienen los mix de distintas lechugas, como la Crespa, Romana, Lollo Rosa”, explica el agrónomo. Una vez que se procesa se lleva a una cámara que está a 7ºC, junto con todo lo que son hojas, como son acelgas, espinacas, albahacas y otras hierbas.
En el caso de la espinaca se saca el tallo y se toma un poco más de tiempo retirando lo que es el sustrato. Entonces se lava y pesa, para colocar unos 8 tallos en cada bolsa. En el caso de los tomates, se procesa cada día unos 140 kilos de cherry, equivalente a 7 javas. Igual cantidad es en el caso del tomate redondo.
La empresa tiene el sello GlobalG.A.P, certificado por Control Union, que respalda las buenas prácticas agronómicas y de manufactura. Esta certificación les sirvió en el proceso de exportación. Igualmente, en el mercado interno brinda mayores garantías de calidad que el resto de vegetales.
Hace más de un año exportaron vía aérea a Miami lechugas y hierbas aromáticas. Miguel Ucelli cuenta que enviaron recientemente muestras de sus productos y fueron aceptadas por algunos clientes de supermercados, pero lamentablemente vino la ola de frío y todo se ha parado hasta nuevo aviso. No duda que los envíos se retomarán en breve plazo de las lechugas, albahacas y algunas hierbas aromáticas como el tomillo y la mejorana.