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Claves para tener un huerto altamente productivo

El manejo nutricional del palto está lleno de mitos

El negocio del palto hoy se centra en volumen y calidad. Para lograr esos objetivos, uno de los puntos centrales es lograr una correcta nutrición de los huertos, donde tradicionalmente se ha creído que son de bajos requerimientos nutricionales. Pero no para el asesor Marco Mattar que, en las siguientes páginas, explica los mitos que rodean al palto en cuanto a la fertilización.

25 de Febrero 2021 Marienella Ortiz
El manejo nutricional del palto está lleno de mitos

Debido a las óptimas condiciones agroecológicas y al personal técnico calificado, el cultivo de palto en Perú ha avanzado bastante rápido, situando a esta industria como la segunda exportadora a nivel global. Hoy por hoy, hay huertos en las distintas zonas productoras del país que no tienen nada que envidiar a otros en diferentes países. Bien lo sabe el asesor Marco Mattar, que lleva más de dos décadas asesorando a diferentes empresas peruanas.

Uno de los aspectos claves para lograr un huerto altamente productivo es el manejo de la nutrición. Sin embargo, Mattar considera que aún existen algunos mitos que se manejan detrás de la elaboración de los programas nutricionales. “La nutrición puede convertirse en un problema hoy en día para el avance del cultivo. Lamentablemente, la mayoría de bibliografía indica que el palto es de bajo requerimiento nutricional, pero no existe ningún sistema de la naturaleza en que  sin aportar se saque mucho”, advierte tras agregar que  en el palto no hay reglas fijas en este tema como sí ocurre en otros cultivos.

Marco Mattar, asesor internacional.

Por ejemplo, el asesor explica que en los cítricos hay una regla de oro que dice que, por cada tonelada a cosechar se debe destinar un aporte de 5 a 6 unidades de nitrógeno, para obtener un mayor volumen de cosecha. “Y eso funciona muy bien, responde matemáticamente”, dice. “Sin embargo, en el palto  no existe esa relación, pero sí se cuentan con indicios en la zona de Ica, por un cúmulo de años de experiencia”, añade.

Esa experiencia indica que, por cada 10 toneladas de palta que se cosechan se necesita 100 unidades de nitrógeno. “Para muchos esto es muy alto, pero queda validado en la práctica y viendo los resultados finales. Hay personas que piensan que el palto no requiere de un buen programa nutricional, pero no sé en qué momento del ciclo productivo o biológico, se produce la magia que hará que salga un buen volumen de producción”, indica.

Igualmente, Mattar sostiene que este es un cultivo altamente demandante de potasio. Así, por ejemplo, por cada aporte de nitrógeno se necesita el doble de aporte de potasio, sostiene el asesor y comenta que los productores se resisten muchas veces a incrementar las dosis de nitrógeno. Hay expertos que sostienen que por cada 20 toneladas cosechadas se necesitan 52 unidades de nitrógeno, 21 de fósforo y 94 de potasio. “Sin embargo, esos números son bajos, porque hay que aportar para la reservar, brotación, crecimiento de raíces, etc”, advierte y agrega que el nitrógeno es muy lavable, se lixivia muy rápido, aunque en Perú este no sería un problema de importancia porque se trabaja con fertirriego y se cuentan con técnicos en la mayoría de fundos que ya conocen las concentraciones que requiere la planta.

REQUERIMIENTOS SEGÚN EDAD Y TAMAÑO

Adicionalmente, los requerimientos nutricionales de una planta van a depender de la edad del árbol, estado de desarrollo del fruto, manejo del huerto, disponibilidad de nutrientes desde el suelo, características del portainjerto, el tipo de suelo y presión de enfermedades.

En el caso de la edad de árbol, específica que eso suele ser independiente de su tamaño. El tamaño de un árbol en Perú de tres años podría ser del mismo que uno de cinco años en Chile, por ejemplo. “La tasa de crecimiento de Perú de los árboles es bastante alta, entonces, no podemos hablar de edad, porque a más hojas, más requerimiento”, precisa.

Si se desea estimular la cuaja o el crecimiento de fruta, Mattar recomienda trabajar con diferentes concentraciones de los Iones. Si está en floración, habrá una alta demanda energética y habrá que aplicar una mayor dosis de fósforo. En tanto, hay algunos productores que aplican más fósforo para incentivar el crecimiento de raíces, pero cuando más necesita este elemento es en la floración y en el cuaje o amarre de fruto, según explica Marco Mattar.

 

¿De dónde tomamos la muestra foliar?

Un árbol que ha pasado por una poda, que tiene alternancia y que tuvo una reciente cosecha en la zona media baja, mientras que en la parte alta se observa floración. Cuando se realiza el análisis foliar se suele hacer a nivel baja, donde es fácil la toma de la muestra, pero en este caso lo lógico sería tomarla de la parte alta del árbol de donde va a producir la fruta de la temporada, comenta Marco Mattar.

ERRORES EN EL SUELO

Según el especialista, el tema de la disponibilidad de nutrientes propios del suelo, muchas veces no es tanto como se estima. “Hay quienes creen que el suelo aporta mucho potasio  y no se aplica lo suficiente. Ese es un tremendo error”, puntualiza y añade que un suelo arenoso se va a fertilizar distinto a uno arcilloso. “De ello dependerán las concentraciones a usar y frecuencia de las aplicaciones”, dice.

Asimismo, el uso de portainjertos será determinante en la absorción de nutrientes. “Muchos hablan del portainjerto Zutano, por ejemplo, pero lo más probable es que sea de ‘madre Zutano’ y lo más probable es que el padre sea Hass, entonces, se trata de un híbrido. Como híbrido, el resultado es muy heterogéneo”, explica y menciona una ensayo donde se trabajó con Duke 7 y D 9 de semilla, observándose que la absorción de nutrientes se da de manera diferenciada. Otro ensayo realizado con siete portainjertos en Copiapó (en el norte de Chile) fueron tratados con un mismo programa de nutrición, presentando diferentes niveles de absorción. Incluso, hace la referencia a la aplicación de boro, “que es muy común aplicarlo via suelo, sin embargo, los portainjertos mexicanos son malos absorbiendo este nutriente”, advierte.

El especialista destaca que el uso de micorrizas mejora la absorción de nutrientes, específicamente de fósforo, calcio y magnesio, aunque hay aspectos que se deben tener en cuenta. “Las micorrizas aumentan la absorción de cobre así que podría haber problema si se está trabajando un suelo con relaves mineros. El cobre es fitotóxico y podríamos intoxicar los árboles”, afirma.

 

ENFOQUES EN LA NUTRICIÓN

Existen los enfoques clásicos y modernos en la nutrición. La primera se centra en ensayo y error, básicamente. “Una vez que tengo mis análisis foliares, comparo con los estándares internacionales y voy analizando si estoy bien o mal”, dice Marco Mattar.

El enfoque moderno aún no se ha desarrollado en palto, pero el asesor considera que a la larga habrá que desarrollarlo, mediante los métodos dinámicos que te dan información de manera más rápida en función a cómo está el estado nutricional de tu huerto.

En el enfoque clásico se utilizan las tablas de extracción clásicas, en el que se incorporan variables según edad, porcentaje de sombra y otros. Todo esto mediante técnicas de diagnóstico simples vía análisis foliar. El problema es que esto tiene sus limitaciones, pues cuando tienes problemas de deficiencia ya no puedes retroceder en el tiempo. Habrá una pérdida productiva que puede ser leve o muy severa, dependiendo del elemento. El tema es que no nos permite reaccionar a tiempo”, puntualiza.

MAL APLICADOS LOS CATIONES

Otra de las percepciones erradas en palto es que el nitrógeno es el culpable de gran parte de los problemas nutricionales. Mattar recalca que eso no es así y más bien afirma que existe una mala aplicación de los cationes (calcio, magnesio y potasio), lo que está directamente relacionado con la calidad y productividad de la fruta, una problemática que ocurre en huertos de Perú, Chile, Colombia y México.

Para el experto, es necesario aplicar una suficiente cantidad de cationes en solución de suelo disponible para bloquear la carga negativa del complejo de intercambio y la planta pueda absorber los nutrientes. “En la mayoría de veces, no es un problema de que se aplicó mucho nitrógeno, sino que el potasio, magnesio o calcio llegó tan diluido que la planta no lo absorbió. Esto comienza a afectar el metabolismo y al final se traduce en una mala productividad y baja calidad de fruta”, indica.

Sobre el impacto del flujo de masa del potasio en la solución del suelo, el asesor explica que, entre 1% y 5% de  intercambio de K: “La concentración de potasio en solución de suelo es baja y no se genera flujo de masa”.

LOS DESAFIOS CON EL CALCIO

Lo primero que indica el asesor es que el calcio, el segundo elemento más abundante en la planta, se absorbe fundamentalmente como ion, Ca+2. No se absorbe como oxalato, nitrato o sulfato. “Todos los productos cuando se disuelven en agua, para un lado se va el acompañante y para el otro el calcio y eso será lo que absorba la planta. Entonces, su aplicación es vía xilemática”, apunta.

El calcio es clave en la condición de poscosecha de la palta y para aminorar la sensibilidad de Antracnosis. Sin bien se relaciona el déficit de calcio al pardeamiento de la fruta, no siempre es así, pues puede haber un mal manejo del frio o por ausencia de aplicaciones preventivas para Antracnosis previa a la cosecha con cobre. “Está de moda que los laboratorios entreguen un estudio de calcio de tu fruta. Entonces, hay que tomar en cuenta que los primeros síntomas de pardeamientio se detectan en la zona distal, donde la concentración del calcio es menor”, explica y sostiene que muchas veces se descuida el momento de su aplicación. El calcio debe entrar por vía xilemática  a la fruta desde el inicio de la floración hasta 8 semanas después. Luego de ello comienza a disminuir, y no es porque no exista calcio, sino que se va diluyendo a medida que la fruta crece. Entonces, descarta las aplicaciones que se suelen hacer previo a la cosecha.

Cada huerto, en realidad, tiene sus particularidades, según la zona y clima, explica Mattar. “Muchas veces la bibliografía dice que un árbol de cinco años necesita una determinada cantidad fija de un mineral. Sin embargo, cada árbol puede estar enfrentando diferentes problemas. En árboles de cinco años, puede que uno de ellos tenga problemas de salinidad, el otro de Lasiodiplodia y un tercero problemas de déficit de riego”, sostiene y afirma que en Perú, el problema más típico es Lasiodiplodia, “entonces la pregunta más típica es cómo fertilizo y riego en esas condiciones”, subraya.

Por lo expuesto, Mattar concluye que si se desea una fruta competitiva y de exportación será necesario contar con un programa nutricional basado en lo ya conocido, pero acorde a las necesidades propias del huerto.

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