Estándares nutricionales y de reservas en uva de mesa
Los estándares nutricionales convencionales para uva de mesa, incluyendo las reservas, así como el análisis de elementos ligados en la fruta, resultan áridos y por lo general poco comprendidos. Por otra parte, el uso de valores de referencia confiables tiene importancia vital tanto en términos técnicos como económicos. A modo de ejemplo, si se sube un estándar de Mg de 0,3 a 0,5% casi el 100% de los huertos aparecerán como deficitarios cuando en estricto rigor no lo están. Lamentablemente casos de aplicaciones innecesarias pueden observarse con cierta frecuencia en la realidad productiva, por lo que parece pertinente revisar la información válida disponible.
Rafael Ruiz Schneider, Senior INIA La Platina, Consultor.
En base a información de más de treinta años del laboratorio de servicio de análisis foliar de INIA La Platina y de varios proyectos de investigación en fertilización-nutrición de vides en terreno, se ha podido construir tablas guía para diagnóstico nutricional. Si bien el número tiene la variabilidad inherente a los indicadores relacionados con los seres biológicos, es posible utilizar las tablas como guía de un plan de fertilización. Los valores provienen principalmente de Thompson seedless y por lo tanto se admite la existencia de diferencias por variedades (que en algunos casos se presentan). Las variaciones son mayores cuando se utilizan portainjertos. Respecto de los últimos se incluye una tabla provisoria que los toma en consideración. Falta, eso sí, información en cuanto a la interacción portainjerto-nuevas variedades.
VERIFICACIÓN DE RESERVAS: QUÉ ES LA ARGININA Y CÓMO SE MUESTREA
La arginina es la forma principal de almacenaje de nitrógeno (N) en vides y frutales caducos. Este almacenaje ocurre en la madera frutal y yemas, pero especialmente en las raíces. Las plantas han seleccionado la arginina como fuente de reserva debido a que es el aminoácido más concentrado en N. En la vid la arginina llega ser hasta el 40% del N total en ciertos tejidos. Se determina en base a la metodología de Gilboe y Williams modificada por Taylor y van den Ende. (1969, Aust. J. Agri. Res. 20: 869-881).
El tejido más indicado para muestrearla es el de las raíces, ya que se trata de un sumidero más potente que la parte aérea y más sensible para detectar los cambios (Ruiz, 2000). Deben colectarse raíces de hasta 8 mm de diámetro, con todas las raicillas finas, descartándose raíces gruesas. Bastan 5 a 6 submuestras por cuartel, hasta enterar 150 a 200 gramos de raíces. Estas deben extraerse hasta una profundidad de 30 cm, de la sobrehilera, a 50 cm del tronco, y deben ser guardadas en bolsas de polietileno en un lugar fresco hasta su llegada al laboratorio. Si el período es mayor de 24 horas deben guardarse en refrigerador a 4ºC, lo que resulta indispensable si además se determinan carbohidratos de reserva.
Las curvas de variación estacional en áreas con receso invernal indican que la época de la muestra es muy relevante. En la zona central de Chile el mes ideal corresponde a agosto, pudiendo desplazarse el muestreo incluso hasta inicio de brotación. Muestreos anticipados pueden conducir a valores hasta la mitad del acumulado a agosto. Para las regiones III y IV se recomienda el muestreo 15 días antes de la brotación.
Una pauta guía en cuanto al significado de los valores determinados (en % o mg/g) para Thompson seedless se muestra en el cuadro 4, siendo la pauta de esta variedad la única que se ha desarrollado en Chile con experimentación de campo. En el mismo cuadro se aprecia que Crimson presenta diferencias importantes, y menores en Red Globe.
RESERVAS: QUÉ ES EL ALMIDÓN Y CÓMO SE MUESTREA
El almidón es la forma principal de almacenaje de carbohidratos en vides y frutales caducos. Este almacenaje ocurre en la madera frutal y yemas, pero especialmente en las raíces. Las plantas han seleccionado el almidón como fuente de reserva debido a que, vía enzimática, se convierte en azúcares simples (glucosa, fructosa). En la vid el almidón en raíces puede llegar a ser el 40% de la materia seca. Se puede determinar en base a varios métodos, pero el que usa el Laboratorio de Servicio del Centro Regional de Investigación INIA La Platina es el conocido como método de “anthrona-sulfúrico” de McCready et al. (1950, Anal. Che.: 1156-1158). Este método mide amilosa más amilopectina.
Diferentes experiencias de terreno indican que la mantención en el tiempo del vigor y productividad del parrón está muy asociada a los niveles de reservas y en especial a las de carbohidratos. Por otra parte, varios problemas fisiológicos y de calidad de fruta se encuentran asociados a bajas reservas de carbohidratos, por ejemplo: “fiebre de primavera”, necrosis del racimo floral, fertilidad de yemas, toxicidad de amonio.
Las indicaciones para la toma de muestra son las mismas ya señaladas para la arginina y, de hecho, la misma muestra sirve tanto para arginina como para carbohidratos.
RESERVAS DE FÓSFORO EN LAS RAÍCES
Las curvas de variación estacional del fósforo (P) en raíces indican que existe una forma de reserva de gran importancia, que se acumula desde la postcosecha y alcanza máximos en el receso. La forma específica de reserva no ha sido identificada; no obstante, el P total es buen indicador de la misma. Estudios durante 3 temporadas (Ruiz, 2000) muestran que parrones débiles, de baja producción, arrojan diferencias de hasta 50% en los niveles de P respecto de los vigorosos de alta producción.
Una pauta guía en cuanto al significado de los valores determinados (en %) para reservas de almidón y fósforo en raíces de la variedad Thompson seedless se entrega en el cuadro 5.
ESTÁNDARES PARA RESERVAS DE ALMIDÓN, FÓSFORO Y ARGININA EN SARMIENTOS
También es factible la determinación de reservas en sarmientos durante el receso. Si bien este análisis no tiene la potencia discriminatoria del análisis en raíces, sí permite separar notoriamente parrones débiles de vigorosos (Ruiz, 2000). Este muestreo es más rápido y fácil que el de raíces y se puede emplear por razones de orden práctico. Para tal efecto se colectan 40 trozos (uno por planta), de unos 15 cm cada uno, incluyendo la yema al centro, del sector medio del sarmiento. El cuadro 6 entrega una pauta guía en cuanto al significado de los valores determinados para Thompson seedless durante el receso invernal (agosto).
ANÁLISIS EN FRUTA PARA DIAGNOSTICAR DESÓRDENES FIsIOLÓGICOS
Los análisis en fruta van dirigidos a diagnosticar si existen problemas nutricionales asociados a desórdenes fisiológicos tales como baya blanda o baya cristalina (waterberry) y también en fruta que sin ser “baya blanda” manifiesta poca firmeza. Después de un proyecto (INNOVA-CORFO) que abarcó un completo inventario de 36 parronales entre Aconcagua y Lolol, durante 4 temporadas, se pudo determinar que los problemas de baya blanda y de condición de fruta en general pueden tener varias causas, de muy diversa índole. Dentro de las no nutricionales se encuentran el sombreamiento excesivo, la asfixia radical y la sobrecarga de fruta en parrones de bajas reservas. En cuando a los factores nutricionales, los análisis de fruta fueron los que mejor indicaron los problemas, entre los cuales pueden mencionarse el exceso de nitrógeno, el exceso de amonio y el déficit de potasio (K). El proyecto también permitió desarrollar nuevas metodologías que consideran las fracciones “ligadas” de los elementos que tienen rol estructural; dentro de ellos el calcio, el magnesio y el boro. Estas fracciones están muy vinculadas a los problemas antes mencionados.
No fue posible desarrollar estándares como en el análisis foliar; sin embargo, por la vía comparativa entre bayas firmes y blandas en el período de cosecha, se logró discriminar si los elementos calcio (Ca), magnesio (Mg) o boro (B) están implicados en el problema. Como norma práctica, si los valores de la fruta firme o normal tienen valores superiores o menores (según corresponda) en un 10 % a la blanda, el o los elementos que presentan esas diferencias están implicados en el problema.
Para el caso del N, valores superiores al 0,8% (base seca) en fruta se asocian a inicios de problemas baya blanda, y sobre 1% el pronóstico de la uva para la postcosecha es negativo. Igualmente se asocian al problema valores de amonio en fruta superiores a 80 mg/kg base fresca, siendo deseable que la cifra se sitúe entre 0 y 40 mg/kg.
Niveles de K inferiores a 0,8 % (base seca) provocan mala condición de fruta. Valores deseables se ubican sobre 10%.
Respecto de las fracciones ligadas (calcio, magnesio, boro), estas se determinan en la fruta fresca y el diagnóstico se realiza siempre por vía comparativa entre fruta débil y fruta firme del mismo cuartel con el mismo manejo. Si los valores difieren en más de un 10 % en las muestras comparativas, el elemento está implicado y será preciso iniciar estrategias de corrección. Si no hay diferencias, hay que buscar el problema en el resto de factores que provocan baya blanda o bayas de baja firmeza. Esta estrategia se puede efectuar en parte en la postcosecha, pero en general son medidas correctivas cuyo efecto se ve solo en la temporada siguiente.