La gestión del plástico como gran desafío para la agricultura
América Latina ya suma más de 100.000 hectáreas (ha) de cultivos protegidos y 500.000 ha con mulching, lo que incrementa con fuerza el volumen de residuos en una actividad que debe aprender a lidiar con su gestión sostenible.
La plasticultura constituye un gran aporte para enfrentar el cambio climático en aspectos como la sequía, heladas, granizo, tormentas y la aparición de nuevas plagas. Sin embargo, al mismo tiempo debe enfrentar desafíos que le son propios, principalmente relacionados con la disposición de los desechos y la presencia de microplásticos residuales en los campos o en las aguas. La gran meta mundial, subrayó, es llegar a cero plásticos indeseados en la naturaleza.
Así lo explica el experto venezolano Hello Castellón, cuya presentación fue uno de los puntos altos del 16º Congreso Internacional de Agroplasticultura, Cidapa Chile 2022. En el evento se revisó la situación mundial de esta especialidad, que corresponde al conjunto de tecnologías para la aplicación de los materiales plásticos técnicos, con el fin de potenciar el desarrollo agrícola y contribuir a la protección ambiental. El congreso fue organizado por el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (Cipa), junto al Comité de Plásticos en la Agricultura de Chile y el Comité Iberoamericano para el Desarrollo y Aplicación de los Plásticos en Agricultura (Cidapa).
En su presentación, Castellón detalló que el consumo de plásticos anual en la agricultura alcanza la cifra de 12,8 millones de toneladas en todo el planeta. En Iberoamérica, España encabeza el ránking de cultivos protegidos, con alrededor de 75.000 ha, la mayor superficie de cultivos protegidos bajo plástico, luego México con unas 43.000 ha, Brasil con cerca de 35.000, Colombia 8.100, Argentina 7.800 y luego Chile 7.600. Destacó en Perú el considerable incremento de superficie de arándanos protegidos en la zona de sierra, que está llegando a las 1.000 ha. El total de América Latina llega a 114.000 ha. En cuanto a mulching o acolchado, China lo usa en 20 millones de hectáreas, cifra muy lejana de las 500.000 ha de América Latina.
En Chile, Claudio Toro, director de CIPA, señaló que la agricultura utiliza del orden de 80.000 toneladas de plásticos al año. Una parte importante se destina a la protección de frutales, que se estima ya cubriendo 5.000 ha, principalmente cereza (3.500 ha) y uva de mesa (1.000 ha). En cuanto a hortalizas, flores y producción de semillas-bulbos, se calculan 2.000 ha bajo invernaderos o casas sombra, con 950 ha en Azapa y Lluta.
Antonio Bliska Jr. y Alberto Stabisky dieron cuenta de la realidad de Brasil y Argentina en este ámbito, constatando un crecimiento constante. En ambos países existe un muy fuerte uso para conservación de forrajes y granos destinados a la alimentación animal.
En general todas las presentaciones coincidieron en la necesidad de desarrollar una agroplasticultura circular y sostenible. La preocupación recurrente se refirió a las soluciones para hacerse cargo de los residuos, incluyendo su recolección, limpieza, gestión, reciclaje y certificaciones.
En cuanto a la situación coyuntura actual, se constató una escasez de materias primas y un aumento del costo en la producción de plástico, al cual también contribuye el alza de los valores de la energía. Se observa, asimismo, una profusión legislativa, con regulaciones cada vez de mayor exigencia. En lo positivo, se verifica un aumento del reciclaje y el avance en el uso de materiales biodegradables o compostables.