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Robótica: El campo autónomo

Los robots tradicionales han sido diseñados para realizar tareas repetidamente. Pero los robots que se usan en agricultura deben ser mucho más versátiles, adaptándose a más de un cultivo y diferentes situaciones climáticas.

24 de Enero 2019 Equipo Redagrícola
Robótica: El campo autónomo

Por estas razones, muchos de ellos deberán ser desarrollados específicamente para el agro. Pese a estas dificultades, este sector crece con fuerza, sobretodo luego del primer gran “exit” de este segmento: la compra en el 2017 de la empresa Blue River Technology por parte de John Deere en US$305 millones. Blue River ha desarrollado una máquina que utiliza visión computarizada para ver, diagnosticar y ejecutar acciones tales como decidir cuando aplicar herbicida a una maleza, diferenciado a la maleza del cultivo. Blue River señala que a través de esta tecnología puede reducir el uso de herbicidas hasta en un 90%.

Según la empresa ResearchMoz, se espera que el mercado de robótica agrícola supere los US$16.000 millones al 2020.

Otros robots para control de malezas 

Otras empresas para el control de malezas incluyen a la startup francesa Naio Technologies, que utiliza sistemas laser y cámaras para reconocer malezas. Naio ha recibido más de US$4 millones en inversion y ya desarrolló otro robot para ser usado en viñas. También en esta categoría, la empresa suiza ecoRobotix ha creado un robot que controla malezas en cultivos en hilera.

Plantación: Plant tape

Plant tape.

La empresa española Plant Rape ha desarrollado un robot que trasplanta hortalizas. La gran novedad es que los plantines vienen sobre una cinta continua, que es fácilmente trasplantada por la máquina. Con sede también en Salinas, California, la empresa ha desarrollado sistemas para plantar lechugas, brocoli, coliflor, apio, cebollas, tomates y repollos.

Cosecha: muchas opciones

La cosecha de cultivos extensivos se automatizó hace varias décadas. Ahora el gran desafío es automatizar la cosecha de frutas y hortalizas. Y ya hay varias empresas ofreciendo sus primeros productos y prototipos.

Una de ellas es la californiana Abundant Robotics, que creó un robot para cosechar manzanas. La empresa ha recibido US$12 millones en inversión ( entre otros, de Google Ventures) y trabaja en alianza con la Washington Apple Commission.

Agrobot.

Agrobot es una empresa española con sede en Huelva que ha desarrollado robots para cosechar fresas en sistemas hidropónicos. Gracias a que está dotado con sistemas de visión computacional, el robot detecta el nivel de madurez de las fresas y cosecha solo las que están listas para ser comercializadas.

Durante varios años, un proyecto de la Unión Europea (http://www.crops-robots.eu) investigó diferentes alternativas de robóticas para la hortifruticultura, entre ellas cosechadoras de manzanas, vides y pimientos.

Soft Robotics.

La empresa israelí FF Robotics desarrolló una plataforma de cosecha (que se usará comercialmente en 2018), que simula la mano humana para realizar el proceso de cosecha de manzana, pero con una efectividad diez veces mayor y que puede recoger el 85% de la fruta.

Otro ejemplo es un brazo robótico hecho con material suave y que simula las características de un pulpo. Elaborado por Soft Robotics gracias a un joint venture de esta compañía con Taylor Farms en California, le permite a esta última seleccionar frutas y verduras de diferentes tamaños y formas y empaquetarlas para ensaladas, snacks y otros productos listos para el consumo.

Harvest Croo Robotics.

La empresa Harvest Croo Robotics –un joint venture que reúne dos tercios de la industria de la frutilla en Estados Unidos- ha desarrollado una cosechadora para este frutal, que ayuda a contrarrestar buena parte del valor de la mano de obra en cosecha, que se lleva el 33% de los costos anuales de los productores de frutilla en ese país. “Con esta máquina, equipada con GPS y cámaras, los rendimientos no están limitados a la cantidad de trabajadores. Se puede cosechar cuando las frutillas han logrado la madurez óptima, en los momentos más fríos del día e incluso durante los fines de semana”, comentan en esta empresa.

Australia: Rippa y Ladybird

El Australian Center for Field Robotics (ACFR), un grupo afiliado a la Universidad de Sydney, ha lanzado una serie de robots para uso agrícola. Uno de ellos es RIPPA (Robot for Intelligent Perception and Precision Application) que se utiliza en la industria hortícola. Este robot puede cuantificar la carga frutal y realizar aplicaciones variables. Su diseño se basa en otro robot creado por el mismo grupo, llamado Ladybird. Ladybird es un robot para uso comercial y científico ya que cuenta con muchos sistemas de sensores: hiperespectral, térmico, infrarojo, visión panorámica, LIDAR y GPS. Se base en energía solar.

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