Producción y sostenibilidad del nogal en la zona sur
En el marco del Programa Tecnológico de Fruticultura para la zona sur (PTECFS-66647), que se desarrolla desde la Región del Maule al Sur, investigadores de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile están llevando a cabo el proyecto “Sostenibilidad del nogal en la zona sur”, el cual se enfoca en estudiar y resolver aquellos problemas que podrían estar afectando a la producción de nueces en la zona, y comprometan la sostenibilidad futura del frutal.
Gabino Reginato (gareginat@uchile.cl), José Luis Henríquez (jhenriqu@uchile.cl), Miguel Valenzuela y Mauricio Ramírez.
Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de Chile.
El proyecto se enfoca en tres líneas de investigación: (1) Un estudio de zonificación del cultivo en el área, que tiene como objetivo determinar la aptitud climática para el nogal entre la Región del Maule a la Región de La Araucanía, asociándolo a las características de crecimiento y de producción de los huertos plantados en la zona. Además, se modelará la aptitud medioambiental para el cultivo del nogal en la macrozona a 20 años plazo, en vista al desafío que impone el cambio climático, bajo tres posibles escenarios: situación favorable, situación desfavorable y sin variación. Finalmente, se pretende zonificar de acuerdo al riesgo de heladas y al riesgo de peste negra; (2) Comportamiento agronómico del nogal en la macrozona, lo que se realiza mediante la caracterización del crecimiento de los árboles y la producción de los huertos ya establecidos, y (3) Manejo sanitario del nogal, enfocado principalmente en el manejo de la peste negra del nogal y en la búsqueda de protocolos que, manteniendo la efectividad de control, permitan reducir la cantidad de cobre metálico aplicado por hectárea, evitando que se genere resistencia de la bacteria a este.
CARACTERIZACIÓN PRODUCTIVA DE LOS HUERTOS EN LA ZONA SUR (2018-2019)
La producción de un huerto está íntimamente ligada a las condiciones de la plantación de este, por lo que el conocer las condiciones de crecimiento en la zona permitirá, en definitiva, proyectar las densidades de plantación y el manejo agronómico para alcanzar el máximo rendimiento potencial. Teniendo en cuenta lo anterior, en este estudio se evaluó parámetros de crecimiento y producción de diferentes huertos, de manera de conocer el potencial productivo en la zona, así como la situación particular de cada huerto. Para ello, en la temporada 2018-2019, se evaluaron 8 huertos de la variedad Chandler en las Regiones del Maule, Ñuble y Biobío. La evaluación consistió en determinar la interceptación de radiación fotosintéticamente activa (PAR) por parte de la cubierta vegetal, en el entendido que esta variable explica en gran medida el potencial de producción de los huertos frutales. Estudios realizados en diferentes especies dan cuenta de que, para optimizar el uso de la luz en los huertos frutales, la radiación interceptada debe ser entre un 70 y 80 % de la PAR incidente.
La PAR interceptada se obtuvo a partir de la diferencia entre la radiación incidente sobre el huerto y la radiación no interceptada, que corresponde a aquella que pasa a través de la copa y llega al suelo del huerto; el instrumento utilizado para tal evaluación se denomina ceptómetro. Adicionalmente se evaluó el tamaño de los árboles mediante el área de sección transversal de tronco (ASTT), estimado a partir del perímetro, reconociendo a esta medida como aquella que habitualmente se usa en estudios de crecimiento de árboles frutales. Paralelamente se recopiló información sobre el año de plantación, la producción y la densidad de plantación.
El estudio de los huertos en la macrozona mostró que la evolución del PAR interceptado en función de la edad respondió a dos condiciones de huerto: el primer tipo de huerto alcanza cerca de un 75% de interceptación alrededor del año 7, mientras el segundo tipo de huerto lo hace alrededor del año 10 (Figura 1). Al respecto, para nogales, se ha determinado que el aumento de la interceptación ocurre hasta alrededor del año 10; de hecho, se observa que aquellos huertos que alcanzan tempranamente la interceptación objetivo caen en problemas de emboscamiento, los que, en definitiva, redundan en problemas de producción por mal uso de la luz y por mayores dificultades para combatir la peste negra.
Para la evaluación del crecimiento de los árboles frutales se ha usado tradicionalmente el área de sección transversal de tronco (ASTT), pues esta unidad ha demostrado tener una relación directa con la masa foliar, aunque se pierde esta relación en la medida que los árboles son intervenidos con poda o son de mayor edad, situación en donde se incrementa el ASTT, pero no así la masa foliar.
En el caso particular del estudio, se asoció el ASTT con la PAR interceptada por cada árbol, expresando su interceptación en metros cuadrados (m2). En general, estas variables están fuertemente asociadas –a mayor ASTT mayor PAR interceptado-, aunque en el caso del grupo de árboles 3, no se muestra relación alguna (Figura 2). Estos árboles corresponden a los más antiguos evaluados, los que llenaban completamente el espacio asignado, confirmando que el ASTT solo debe ser usado para estados tempranos de la vida del árbol. Dentro de los grupos de árboles con una relación estrecha entre ASTT y PAR interceptado (Grupos 1 y 2), se observó una evidente diferencia en la pendiente de la asociación (Figura 2). Aquellos árboles de huertos que presentan un incremento menor de PAR en el tiempo presentan troncos más grandes en relación con la PAR que interceptan. La diferencia entre los grupos de árboles pone en evidencia la precaución que se debe tener al evaluar el tamaño de una unidad productiva (árbol o huerto) por su ASTT; de la misma manera, pone en valor la unidad PAR interceptada, reflejando esta mejor el tamaño real de los árboles estudiados.
La información de producción de las unidades estudiadas corresponde a las mediciones realizadas en los huertos en la temporada anterior. Si bien, al ser huertos jóvenes, esto pudiese haber introducido un cierto error, fue posible construir curvas de producción en función de la edad aparentemente característica (Figura 3). Aquellos huertos en que se asignó a cada árbol 35 m2 de área (plantación a 7 x 5 m) muestran una producción creciente hasta el año 8; ya que generalmente a esa edad empiezan los problemas de emboscamiento, limitando su nivel productivo a alrededor de 4.500 kg/ha, como se observa en el grupo 1 de árboles (Figura 3). Por otra parte, huertos donde se asignó mayor superficie a los árboles (49 m2), o huertos donde se asignó una menor área, pero en un suelo con limitaciones para el desarrollo, tuvieron mayor posibilidad de expresión de crecimiento y contaron con mayor tiempo para llenar el espacio asignado; estos huertos mantuvieron mayor luminosidad dentro de los árboles, permitiéndoles alcanzar mayores niveles de producción sobre los 6.500 kg/ha, lo que se observa en el grupo 2 de árboles (Figura 3).
Como ya se indicó, estudios existentes sobre huertos frutales, los que incluyen nogales, indican que la producción potencial es función directa de la fracción de PAR interceptada. Adicionalmente es posible encontrar ineficiencias producto del mal uso de la luz (mala distribución) al interior del árbol, las que impiden que este potencial se exprese. Los huertos plantados con 35 m2 de área asignada por árbol (plantación a 7 x 5 m) mostraron una producción que crece linealmente hasta alrededor de 65% de PAR interceptada (la excepción es un huerto con interceptación cerca del 40%, con baja producción; que corresponde a un huerto joven, vigoroso, que aún no tenía suficiente madera frutal); por encima del 65% de PAR interceptada, la producción fue menor, posiblemente por el emboscamiento (autosombreamiento) que presentan los árboles (Figura 4).
Respecto de las otras condiciones de espacio asignado, estas presentan mejor distribución de la luz dentro de los árboles (árboles de crecimiento lento) y tienen mayor producción al mismo nivel de interceptación de PAR que donde se asignó 35 m2. Los árboles con 23,8 y 35 m2 de área asignada y de bajas producciones, son huertos jóvenes (menores a 5 años), vigorosos, con poca madera frutal. Se observa, además, que el huerto que está por sobre el 85% de interceptación presenta menor producción, aunque está plantado con 49 m2 de espacio asignado a los árboles (plantación a 7 x 7 m), lo que indica que los árboles están con problemas de autosombreamiento.
La interpretación anterior queda ratificada al analizar la Figura 5, la cual muestra la eficiencia productiva, expresada como kg/m2 de PAR interceptada. Se observa una eficiencia creciente hasta alrededor de los 7 años, independiente del espacio asignado a los árboles. Al respecto, hasta esa edad, la eficiencia productiva es creciente porque el árbol va perdiendo paulatinamente su carácter vegetativo, característico de la juventud, cambiándolo por un carácter cada vez más productivo, característico de la adultez. Adicionalmente, en ese periodo, en ninguna de las situaciones productivas analizadas se observó problemas graves de emboscamiento (autosombreamiento), aunque sí problemas crecientes. Posterior a esa edad comienzan los problemas de mala distribución de luz al interior de los árboles, perdiéndose la madera frutal por falta de suficiente luz, restringiéndose la producción sólo a la periferia de la copa.
Los estudios consideran que la radiación interceptada por huertos frutales se optimiza cuando el huerto intercepta alrededor de un 70-80 % de la PAR incidente. Si se analiza la eficiencia máxima observada en este estudio (alrededor de 1,2 kg/m2 de PAR) y se proyecta a una hectárea que intercepte un 70% (7.000 m2/ha), y se lograra buena distribución de la luz al interior de los árboles, la producción potencial superaría las 8 toneladas por hectárea en la zona.
En conclusión, de la observación realizada durante el primer año de estudio, se detectó un problema de gran relevancia para los huertos de la macrozona. Al estar plantados en buenos suelos y sin limitaciones, los árboles crecen también sin limitaciones, lo que se traduce en emboscamiento de los huertos, lo que se confirmó en huertos de 12 a 14 años, donde el sombreamiento del centro y la parte baja del árbol lleva a una reducción de la producción, restringiéndose a la periferia y principalmente a la parte alta de los árboles, lo que, además dificulta el control de peste negra. Esta situación se traduce en una drástica caída de los rendimientos con la edad; también el sombreamiento interno del árbol lleva a la muerte de los dardos y ramillas por falta de luz solar, lo que en algunos casos se confunde erróneamente con el ataque de hongos y lleva a decisiones erróneas de manejo que incrementan los costos de producción.
INTERVENCIÓN DE HUERTOS Y RESULTADOS PRODUCTIVOS (2019-2020)
Dado el diagnóstico del primer año de estudio, se planteó como objetivo evaluar distintas intervenciones en los huertos teniendo en cuenta el manejo de la copa, en el entendido que el problema detectado estaba centrado en el manejo de esta. En ese sentido se realizaron ensayos de poda y de aplicación del regulador de crecimiento Uniconazol; ambos tipos de ensayos tendientes a solucionar los problemas de autosombreamiento o para mejorar la baja eficiencia en el uso de la luz al interior de la copa de los árboles.
En relación con la temporada 2019-2020, las condiciones climáticas fueron favorables, lo que permitió altas producciones (sobre los 9.000 kg/ha) en los nocedales en la zona centro sur del país, favoreciendo la obtención de resultados que no estuvieron afectados por factores externos, específicamente la incidencia de peste negra, lo cual limita la producción en algunas temporadas, produciendo un importante daño económico a los productores de nueces en la zona centro sur del país.
Evaluación de aplicaciones de uniconazol: Se realizaron tres ensayos con un producto comercial, cuyo ingrediente activo es uniconazol, uno en un huerto de la zona centro norte, ubicado en Calera de Tango, donde se probaron dosis de 0 a 2,5 L/ha (cinco tratamientos), y dos ensayos localizados en Los Ángeles; en el primero se evaluaron dosis de 0 a 3,5 L/ha (tres tratamientos) y en el segundo dosis de 0 a 7 L/ha (cuatro tratamientos).
En el ensayo de Calera de Tango se detectó, en general, menos metros cuadrados de PAR interceptado por los árboles tratados, indicando mayor luminosidad en los tratamientos con el producto (Figura 6). También se detectó una mayor carga frutal, expresada como frutos/cm2 ASTT, en los tratamientos con el producto, respecto del control. En resumen, el uniconazol aumentó el cuaje y también el calibre de los frutos en algunos de los tratamientos (SUM-1,5 y SUM-2,5), a pesar de que se encontraban más cargados, pues se recolectaron más frutos/cm2 ASTT (Figura 7).
En relación con el primer ensayo, en Los Ángeles, los resultados permitieron inferir un cierto efecto sobre el follaje con la dosis más alta de uniconazol (SUM-3,5), dado que esos árboles, aunque presentaban un mayor ASTT en primavera, a fines de temporada expresaron un menor crecimiento, con menor proyección de sombra, expresado como m2 de PAR interceptado (Figura 8).
En cuanto a los parámetros productivos, la dosis más alta incrementó el tamaño del fruto y la productividad de los nogales, es decir, se manifestó un efecto positivo sobre el calibre a pesar de la mayor carga frutal, con un impacto en el follaje menos evidente respecto de lo observado en Calera de Tango (Cuadro 1). Estos resultados lograron un incremento en el valor del producto, justificando probablemente este tipo de intervención (Figura 9).
El segundo ensayo realizado en Chandler no mostró una respuesta favorable al producto; este era un huerto de mayor edad (17 años), con árboles sombríos e interceptación por sobre el 85%, y baja eficiencia productiva, lo que pudo haber limitado la expresión de potenciales resultados.
En resumen, teniendo en cuenta los tres ensayos realizados en huertos de nogal más iluminados, se observaron efectos de reducción del crecimiento vegetativo, aumento en el cuaje y aumento en el tamaño del fruto y la productividad. No se observaron efectos atribuibles al producto en huertos con problemas de emboscamiento.
Evaluación de intervención con poda: Se realizaron tres ensayos en huertos ubicados en San Rafael, Los Niches y Los Ángeles, probando en cada uno de ellos tres niveles de poda, diferenciados por intensidad de poda, principalmente eliminando material de menor desarrollo. Para el caso de la poda leve se eliminaron los brotes que nacían y estaban situados por debajo de las ramas; en la poda moderada se eliminaron adicionalmente los brotes que nacían de la parte superior de las ramas laterales y, por último, en la poda severa, se agregaron las bifurcaciones en la zona distal de cada rama lateral.
En todas las localidades se observó que el criterio de poda efectivamente cumplió con diferentes grados de severidad; pues a medida que aumentó la severidad de la poda, se eliminaron más dardos, siendo un 50% mayor la poda severa respecto de la leve (Figura 10).
En la Figura 11 se muestran los diferentes efectos medidos en los ensayos de poda realizados en Los Niches y Los Ángeles, respectivamente. En ambos se refiere al grado de efecto respecto del logrado con la poda leve (Valor 1), dado que esta recibió la menor intervención. En ambos huertos se observó que la intensidad de poda no afectó el tamaño del árbol, siendo similar el grado de interceptación de PAR. Es decir, el árbol se recuperó emitiendo brotes, logrando la misma interceptación de PAR a fines de temporada. Por otra parte, se determinó que con una mayor severidad de poda (moderada y severa) se redujo la carga frutal y la productividad bruta (kg/árbol), presentándose en la poda severa una disminución en torno al 15% en la carga frutal y 13% en la productividad, respecto de la poda leve. Sin embargo, en las podas más severas se presentó mayor eficiencia en el uso de la luz, expresado como mayor productividad ajustada por carga frutal, y un incremento en el peso del fruto, para árboles que presentaron la misma carga frutal. Esto último también se vio reflejado en la distribución de calibre, ya que la poda severa tuvo un 5,6 y 18,5% más de fruta de calibre grande (≥34mm), respecto de la poda leve, tanto en Los Ángeles como en Los Niches (Figura 12).
Dado que el efecto de reducción de producción fue compensado en parte por la mejora del peso del fruto, resulta de utilidad comparar el valor de la producción en ambos ensayos. Relacionado a esto, se observó mayor ingreso (US$/ha) para el huerto ubicado en Los Ángeles, dada la mayor carga frutal detectada en este ensayo. En relación con los tratamientos de poda, en ambos ensayos se presentó un mayor valor de la producción con la menor intervención del árbol. Sin embargo, ocurre lo contrario cuando se compara a una misma carga frutal, debido a un mayor tamaño de la nuez (Figura 13).
ANÁLISIS PRODUCTIVO GLOBAL PARA LA MACROZONA
Crecimiento vegetativo: Para visualizar la intensidad de crecimiento de los árboles de los diferentes ensayos y posibles diferencias entre zonas, se comparó la tasa de crecimiento anual (cm2 ASTT al año 2020/edad) de los árboles de los diferentes ensayos montados durante la temporada, detectándose mayor crecimiento vegetativo anual en los huertos ubicados en Los Ángeles respecto de aquellos ubicados más al norte, todos con manejo tecnológico similar. Este antecedente en cierta medida confirma las apreciaciones de la temporada 2018-2019, en el sentido que las condiciones edafoclimáticas son particularmente favorables para el desarrollo vegetativo, especialmente bajo algunas situaciones en la zona centro sur (Figura 14).
Comportamiento reproductivo: Se comparó gráficamente la eficiencia productiva, en kg/m2 PARi, de los árboles de los cinco huertos, expresándola de acuerdo con la fracción de PAR interceptada, la cual varió de 48 a 92%. Respecto de esto, se observó que los árboles -de aquellos huertos que interceptan una fracción de PAR en torno al 70%- tuvieron la eficiencia más alta, llegando individualmente a valores de 1,6 a 1,8 kg/m2 interceptado, destacándose ambos huertos de la zona de Los Ángeles. Al proyectar estos resultados de árboles individuales, el potencial de producción sería cercano a los 12.000 kg/ha (Figura 15).
Por otra parte, se determinó una relación general inversa entre el peso del fruto y la carga frutal, destacándose dos huertos ubicados en la zona de Los Ángeles con densidades de fruta más alta, es decir, mayor carga frutal y, por lo mismo, con menor tamaño de fruto. Un tercer huerto ubicado en la zona (LA-2), pero con niveles de interceptación más altos, mostró similar carga frutal que los huertos de Calera de Tango y Los Niches, pero con menor tamaño medio de fruto, al compararlo al mismo nivel de carga frutal. Al efectuar la comparación, al mismo nivel de carga frutal (Cuadro 2), los huertos ubicados más al norte mostraron mayor tamaño de fruto. En definitiva, existiría mayor facilidad para tener mayor tamaño de fruto en huertos de la zona centro o centro norte (CT y LN), no obstante, en la zona centro sur (LA) habría mayor facilidad para obtener producciones más altas por una mayor densidad de frutos (Cuadro 2).
AGRADECIMIENTOS
Programa Tecnológico “Centro para la investigación e innovación en fruticultura para la zona sur” (16PTECFS-66647) y a su proyecto “Aspectos sanitarios, de sostenibilidad y de uso eficiente de recursos en nogal en la zona centro sur”, ambos apoyados por Corfo.
Más información: www.centrofruticulturasur.cl