Importancia de la poda del Avellano Europeo
En Chile es común encontrar muchos huertos de avellano europeo en fase de producción que entran en alternancia productiva, situación que causa baja en los rendimientos y en los ingresos de los productores. Lo anterior, se puede reducir considerablemente realizando podas regulares de tipo manual o mecánica.
Foto 1. Inflorescencias femeninas.
La poda comprende diferentes labores realizadas directamente en el árbol, para modelarlo según una determinada forma y regular su actividad vegetativa y productiva, con el objetivo de obtener el máximo rendimiento económico. Para ejecutarla adecuadamente es necesario conocer previamente las estructuras del árbol: yemas y brotes
En el avellano se tiene yemas mixtas (yemas a flor y vegetativas), pero además latentes y durmientes, presentes en la corteza del árbol, estas últimas para proteger la supervivencia de la planta en caso de daños particulares. El vigor medio y alto de las principales variedades cultivadas en Chile (Tonda di Giffoni y Barcelona) hace indispensable la poda, sin la cual se produce una escasa renovación de la copa del árbol y con ello un progresivo debilitamiento de la estructura productiva con una limitada emisión de nuevos brotes mixtos, que portan las inflorescencias femeninas (Foto 1), las masculinas, yemas mixtas yemas vegetativas, latentes y las infrutescencias (Foto2).
PODA DE FORMACIÓN
En los primeros años una poda de formación racional de los árboles, tiene como finalidad constituir -en un plazo relativamente breve- la formación elegida de la estructura, en función de las condiciones agroecológicas y agronómicas específicas de cada lugar. Por lo tanto, el objetivo de la poda de formación es formar el árbol rebajando las plantas a diferentes alturas en relación a la fertilidad del suelo y de la forma de conducción elegida. Este tipo de poda es indispensable para asegurar el equilibrio futuro de los árboles y a la vez simplificar las futuras podas de fructificación de los árboles adultos. Adicionalmente favorece la iluminación y aireación de la copa de los árboles. La poda racional de los árboles de avellano europeo, requiere un conocimiento previo de la fisiología, comportamiento biológico, hábito de crecimiento, fructificación y vigor de la variedad.
PODA DE FORMACIÓN HASTA LOS 7 AÑOS DESDE EL ESTABLECIMIENTO:
Formación multieje (4 a 5 ramas): al segundo año elección de 4 a 5 brotes vigorosos y eliminación del resto de hijuelos supernumerarios que nacen a partir de las raíces o base de la planta. Posteriormente es necesario evitar en la copa de la planta un exceso de ramas y brotes. Lo anterior, mediante podas suaves. Además es fundamental la eliminación de los hijuelos basales ya sea mecánicamente o mediante la aplicación de desecantes químicos (Foto 3 multieje).
Formación en monoeje (eje central único): al segundo año se debe elegir el brote más vigoroso para la formación del eje, el cual debe ser rebajado a 80-100 cm desde el nivel del suelo, salvo si se utilizan plantas pre-formadas en vivero de 2 años de edad. Luego, durante los próximos años, es necesario mantener el eje principal y proceder a la elección de las ramas (4 a 5) bien orientadas con el fin de dar volumen al árbol (Foto 4). El sistema se recomienda principalmente para variedades más vigorosas, de modo de facilitar labores de cosecha. Para el establecimiento se sugieren plantas vigorosas con más de un metro de altura, de buen desarrollo radicular, y libres de enfermedades, particularmente aquellas de la madera. No se recomienda utilizar plantas con escaso vigor o débiles, dado que se retrasa la entrada en producción y además son más propensas a ataques de enfermedades.
CONSTRUCCIÓN DEL ESQUELETO PRODUCTIVO
En la construcción del esqueleto productivo se debe privilegiar la obtención de la mayor superficie fotosintética con el menor esqueleto posible. La copa debe estar bien expuesta a la luz y al mismo tiempo, sostenida por una estructura sólida, capaz de soportar a futuro elevadas cargas de avellanas.
PODA DE PRODUCCIÓN
En avellano europeo la poda de producción se realiza principalmente durante el invierno, en plantas en estado de reposo vegetativo, con pocos cortes de poda, principalmente para eliminar ramas secas, enfermas, senescentes y mal ubicadas. Sin embargo, es necesario realizar podas para renovar madera frutal con el objetivo de lograr rendimientos buenos y constantes, de modo que los árboles no entren en alternancia o para atenuar este fenómeno característico en avellano europeo con un manejo eficiente (poda, nutrición, riego). En plantas adultas excesivamente envejecidas por falta de poda se ha observado un menor vigor de los brotes de un año de edad, afectando significativamente la producción y calidad de la fruta. Se han evidenciado correlaciones entre la longitud y formación de yemas mixtas: los brotes de un año deberían tener una longitud de -al menos- 15 a 20 cm. Por otro lado, brotes muy vigorosos afectan significativamente la producción, favoreciendo la producción de yemas vegetativas. Lo anterior, avalado por nuestros estudios en la zona sur de Chile.
FALTA DE PODA Y ALTERNANCIA PRODUCTIVA
La falta de poda de producción provoca una menor formación de yemas a flor dentro de la copa de los árboles, con un desplazamiento de la producción de la fruta hacia el exterior. Ello favorece la alternancia de la producción y una progresiva disminución productiva, particularmente en la parte basal e interna del árbol. Los cortes de poda permiten una mayor intercepción de luz, renovar las estructuras productivas y, como se ha señalado anteriormente, favorecer la formación de nuevos brotes productivos (mixtos) al segundo año de vegetación. Además, la falta de poda de producción ha evidenciado una progresiva reducción del vigor de los brotes, aumento de ramas secas, escasa penetración de la luz al interior de los árboles, reducción de los rendimientos e inferior calidad de las avellanas. En los cultivares polinizadores la falta de poda ha afectado la producción de flores masculinas (amentos) y con ello la producción de polen. Por ello, también es importante podarlos con el fin de renovar madera frutal y lograr con ello una mayor producción de amentos.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA PODA MECÁNICA
En huertos en producción la poda mecánica permite reducir significativamente el tiempo empleado para realizar esta labor. Para una poda mecánica se emplean 27 segundos por árbol respecto a una poda manual que requiere entre 26 a 45 minutos, dependiendo del desarrollo de los árboles. Las podas mecánicas racionales han permitido contener la alternancia de producción, especialmente en huertos envejecidos. Además, se ha determinado un menor porcentaje de frutos vanos en huertos sometidos a poda. No obstante en el primer año luego de realizada la poda hubo una pérdida importante de la producción, debido a la eliminación de ramas con presencia de flores femeninas polinizadas o cuajadas, dependiendo de la época de la poda (invierno o primavera). Sin embargo, las pérdidas de rendimiento se han recuperado a partir del segundo año después de efectuada la poda con incrementos interesantes respecto a los árboles no podados (Foto 5).
PODA MECANIZADA EN VERDE
Estudios realizados durante primavera-verano con podas en verde han logrado buenos resultados respecto a producciones acumuladas (tres temporadas) y características tecnológicas superiores de las avellanas, con un menor porcentaje de frutos con defectos (Foto 6). La poda en verde a fines de primavera verano puede ser una buena alternativa para el sur de Chile, dado que se podría bajar la incidencia de enfermedades fungosas y bacterianas de la madera. De acuerdo, a la experiencia acumulada, se sugiere la realización de podas mecanizadas mediante cortes laterales o ‘hedging’ y corte superior de la copa o ‘topping’ con rotaciones cada 4 a 5 años. No obstante, es necesario considerar caso a caso las condiciones de los huertos verificando el ciclo de repetición de los cortes de poda, intensidad, cantidad de masa vegetal a extraer, épocas de cortes (primavera, otoño, invierno) y evaluación de los efectos de esta práctica sobre la productividad en años sucesivos y aspectos cualitativos de las producciones (rendimiento al descascarado, peso de semillas, peso de frutos, frutos vanos, frutos con defectos y presión de enfermedades, particularmente de la madera.
En la poda de producción el tipo de cortes son sustancialmente idénticos a los que son efectuados durante la formación de las plantas, cambiando el tamaño de los cortes e intervalo de realización de las podas.
En resumen: es importante conseguir luz debido a que el avellano es una planta ávida de luz y solo a través de la energía luminosa de los rayos solares la planta es capaz de diferenciar inflorescencias masculinas (amentos) y femeninas productivas. Por otro lado, mediante la poda anual se eliminan ramas secas, rotas, atacadas por enfermedades (hongos, bacterias), insectos e hijuelos lignificados de gran tamaño no posible de controlar mediante desecantes. Como se ha señalado anteriormente, cada 4 a 5 años se sugiere realizar cortes verticales y horizontales para contener el vigor mediante el acortamiento de las ramas principales. Se sugiere dejar las plantas entre 4 a 5 m de altura. En ramas gruesas se sugiere sellar las heridas con pasta poda para desinfectar y cicatrizar las heridas. Respecto a los brotes internos -que provocan sombreado- se sugiere eliminarlos o plegarlos. Por otro lado, se aconseja eliminar los brotes ubicados entre los 80 a 100 cm a nivel de los troncos de los árboles con el fin de facilitar las labores, particularmente aquellas mecanizas. Respecto a la época e intensidad, va a depender si los árboles presentan poco o elevado vigor. Si los árboles son demasiado vigorosos, particularmente en suelos muy fértiles, con adecuada disponibilidad hídrica para riego y en variedades vigorosas, que presentan un elevado crecimiento vegetativo (ej. Barcelona), es recomendable realizar podas en verde (verano) con el objetivo de contener el vigor excesivo de los árboles para favorecer la producción de órganos reproductivos (flores femeninas y masculinas), tanto en variedades principales como polinizadoras respectivamente. En trabajos de investigación realizados en el sur de Chile se ha evidenciado que el exceso de vigor de los brotes afecta significativamente la densidad de flores femeninas. Lo anterior incide en la productividad del huerto. Por ello, es importante además una nutrición equilibrada de los huertos, particularmente aquella nitrogenada bajo condiciones de suelos fértiles.
CÓMO SERÁN LOS HUERTOS DEL FUTURO
Con el desarrollo de portainjertos clonales -de menor vigor y escasa o nula emisión de sierpes-, que se comenzarán a evaluar, será posible emplear mayores densidades de plantación (sobre 1.000 plantas/ha) con sistemas tipo setos, paredes o en monoeje tipo arbustivo de menor tamaño (altura de 2,5-3,0 m) respecto al monoeje clásico actualmente en uso (4 a 5 m de altura). Estos sistemas permitirán aumentar los rendimientos unitarios por unidad de superficie, adelantar la entrada en producción, mejorar la calidad de la fruta por una mejor iluminación del árbol, y aumentar la cantidad de yemas reproductivas por mejor desarrollo de los brotes mixtos. Se espera superar las 3 t/ha bajo estos sistemas intensivos. Por otra parte, los sistemas de conducción en alta densidad con portainjertos clonales facilitarán el manejo agronómico de los huertos (poda, cosecha, aplicación de fitosanitarios y empleo de la polinización asistida o suplementaria), gracias a esta tecnología desarrollada por INIA-Carillanca.
Además, las altas densidades de plantación permitirán conseguir una elevada eficiencia en el uso de recursos como agua y nutrientes y una más rápida amortización de los huertos y, finalmente, una mayor competitividad de la industria del avellano europeo. La tecnología en alta y muy alta densidad de plantación permitirá modernizar el cultivo del avellano como ha ocurrido en otras especies frutales como cerezos, manzanos, perales entre otros.