Zonificación productiva y seguimiento de variedades de cerezo
La zonificación productiva permite el manejo de cultivos diferenciado, de acuerdo a las características del ambiente de producción, lo que tiene por objetivo reducir costos, aumentar la productividad y hacer un uso más eficiente de los recursos, disminuyendo el impacto ambiental que el mal uso de insumos agrícolas ocasiona. Para ello es importante identificar, cuantificar y mapear esa variabilidad, para poder orientar los manejos del huerto de acuerdo con la zona, eliminando el manejo estándar, promoviendo un manejo sostenible.
La zonificación agro-ecológica (ZAE), de acuerdo con los criterios de la FAO, es una metodología que define zonas homogéneas en base a combinaciones de suelo, fisiografía y características climáticas. Cada zona tiene una combinación similar de limitaciones y potencialidades para el uso del territorio, lo que sirve como herramienta para mejorar la situación existente, ya sea incrementando la producción o limitando la degradación de los recursos. Cuando se cruza esa información con los requerimientos de las especies o variedades es posible realizar una zonificación productiva, una de las muchas aplicaciones o usos que tiene esta metodología.
TOMA DE DECISIONES EN ESCENARIO DE CAMBIO CLIMÁTICO
Hoy en día existe consenso que los nuevos escenarios climáticos afectarán de diferente forma e intensidad a las regiones agrícolas de Chile. Por ejemplo, en la región de O’Higgins se proyecta un aumento de temperatura de entre 2,7 y 3ºC, y una reducción de precipitación de 20 a 25% al año 2040. Sin embargo, estos cambios no serán homogéneos dentro de la región, por lo que es muy útil conocer los lugares más expuestos o donde los manejos de adaptación puedan ser similares. La zonificación productiva en un escenario actual considera valores históricos de suelo y clima, pero también permite simular condiciones de escenarios futuros de las variables climáticas, como la temperatura, que es determinante para la fenología de los frutales. La fenología de la floración puede ser usada como bioindicador del cambio de temperatura o para evidenciar el efecto del cambio climático en los frutales en diferentes sectores, redefinir zonas e implementar medidas de adaptación. Un ejemplo de ello es la tendencia a la reducción de la acumulación de horas frío de entre un 21 a 31% entre los años 2010 y 2018 que se ha observado en la región, lo que definitivamente va a reducir la posibilidad de establecer cerezos con altos requerimientos de frío, desplazando este frutal hacia el sur. También podemos identificar zonas homogéneas y tempranas para el establecimiento de cerezos de bajo requerimiento de frío y proyectar la reconversión frutícola basándose en los escenarios de cambio climático.
UN ASISTENTE VIRTUAL PARA LA REGIÓN DE O’HIGGINS
¿Qué puedo plantar en determinada localidad? ¿Dónde poner variedades tempranas de cerezo? Estas son algunas de las primeras interrogantes que un agricultor puede plantearse al momento de decidir establecer un huerto frutal. Pero estas preguntas deben responderse con la mayor información posible, ya que son decisiones estratégicas para el negocio agrícola. Sin embargo, no todos los agricultores tienen acceso a la información necesaria para acotar las posibilidades y disminuir el riesgo en la inversión. La zonificación productiva permite generar este conocimiento y lo pone a disposición de los productores. El Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura, a través de SAIA (Simulación Agronómica e Información Agroclimática) permite responder estas preguntas (Imagen 1A). Lo que hace este asistente virtual, es usar la información regional de clima y de suelo, cruzarla con los requerimientos de crecimiento de las especies frutales, estableciendo zonas geográficas con distinto grado de aptitud para cada frutal. En la plataforma es posible seleccionar la especie de interés (Imagen 1B) para que se despliegue el mapa de aptitud productiva del cerezo (Imagen 1C), en este mapa se puede visualizar una zona de color verde que es la óptima, la azul es la zona apta (con limitaciones leves), en anaranjado se muestra la zona limitante (con limitaciones mayores), y la zona violeta es la zona excluida (limitaciones severas).
Sin lugar a dudas, hoy en día tenemos acceso a numerosa cantidad de información, de distinta fuente y de distinta forma, pero lo nuevo que ofrece este sistema es la integración de la información y cómo se traduce esta para la toma correcta de decisiones. El usuario registrado en SAIA por ejemplo podrá tener la posibilidad de conocer las limitaciones que tiene el sector y decidir si puede o no realizar manejos para acondicionar el suelo o la condición de clima por la cual no se considera óptima una zona. Es así que el usuario puede decidir si usa camellones en condiciones de poca profundidad de suelo o tiene presupuesto para hacer lo necesario para establecer un frutal en pendiente superior al 5%. La plataforma SAIA estará disponible el próximo año en su totalidad, pero este año se pondrá a disposición la información regional de clima y suelo en la página www.saia.cl.
REQUERIMIENTOS DEL CEREZO Y ZONIFICACIÓN EN LA REGIÓN DE O’HIGGINS
El cerezo es una especie que en Chile se distribuye desde la región de Coquimbo a la de Aysén. Como en la mayoría de los frutales, hay dos importantes aspectos que determinan si una especie en particular podría producir bien en una región o lugar, clima y suelo.
Clima. La fenología de las especies frutales, en particular las caducas, es de gran importancia para un correcto manejo, ya que varias decisiones se toman en base a esta información, las que pueden ser determinantes en la productividad y éxito del huerto. El desarrollo de la fenología esta determinado por los requerimientos de acumulación de frío y calor. En el caso de la acumulación de horas frío, que se inicia con la caída de hojas en otoño, generalmente se puede cuantificar usando tres modelos diferentes: el modelo de horas frío, que cuantifica las horas entre 0 y 7,2°C; el modelo de UTAH que cuantifica unidades de frío y el modelo dinámico, que cuantifica porciones de frío. Este último se ajusta mejor a climas mediterráneos, como el de Chile central, pero tradicionalmente en nuestro país se usa el sistema de horas frío. En cerezos, existen variedades cuyos requerimientos de frío están determinados a partir de los modelos antes mencionados, con metodologías estandarizadas y en condiciones semi-controladas. En el Cuadro 1 se presentan los requerimientos de frío de algunas de las variedades más importantes de cerezos.
La salida de receso combina procesos que requieren de frío en invierno y también calor en primavera. El primero de ellos para romper los inhibidores metabólicos internos en la yema y el segundo para asegurar condiciones externas favorables para la brotación y el desarrollo del ciclo. Se ha reportado que la cantidad de calor requerido para la salida de dormancia no es fija, sino que está relacionada con la cantidad de frío acumulado en invierno, es así que, en inviernos con muy buena acumulación de frío, donde la variedad sobrepasa sus requerimientos mínimos, los requerimientos de calor son más bajos que en inviernos suaves o con acumulación de frío lenta. Esta aproximación corresponde al modelo integrado de frío y calor llamado “Chill Overlap Model”, el que explica la importancia del calor acumulado a la cosecha y por qué cuando tenemos inviernos muy fríos no se correlaciona necesariamente con cosechas más tempranas, ya que en ese caso la acumulación de calor puede ser también más lenta. La acumulación de calor en Días Grado de Crecimiento (DGC) se mide a partir de la suma media entre las temperaturas mínimas y máximas del día, restándose una temperatura basal de crecimiento, que para el cerezo es de 4,5°C. El conteo se inicia en yema hinchada (aunque podría ser en puntas verdes que es un estado más identificable por los productores), donde esta sumatoria de calor va a ir determinando las siguientes etapas fenológicas. Al contar con modelos fenológicos más precisos es posible hacer mejores predicciones y definir con mayor precisión la zona agroclimática óptima, actual y en escenarios futuros.
Ultimamente se han introducido al país variedades de bajo requerimiento de frío, asociadas a ciclos más cortos de desarrollo, para iniciar antes la etapa de cosecha de las cerezas, generando una ventana temprana con mejores precios en el mercado. Actualmente, algunas de estas variedades ya están establecidas en el país, aunque no se ha determinado el rango de frío requerido a nivel local, ni el de calor necesarios para cumplir su ciclo. En este ajuste está trabajando CEAF en conjunto con las empresas y asesores, para generar la información en condiciones experimentales y de campo, e incorporarla a la plataforma SAIA.
El asistente virtual también entregará información de clima relevante para seleccionar zonas como el mapa de acumulación de frío, el mapa de acumulación de calor de septiembre a diciembre, el mapa del número de heladas al año y el de precipitación acumulada en la Región de O’Higgins (Imagen 2A). En la Imagen 2B se puede observar que la acumulación de horas frío tiene rangos que van desde las 300-500 en la zona costera, hasta las 1.200 a 1.500 HF en la zona del valle cercana a la Ruta 5. Dependiendo de las necesidades de frío de las variedades de cerezo podemos seleccionar lugares donde nuestra variedad de interés cumpla con el mínimo o más de sus requerimientos reduciendo los riesgos productivos y los costos de manejo.
Como ya se mencionó, además del frío es necesaria la acumulación de calor, por lo que el mapa de la acumulación de calor en DGC nos puede servir para identificar zonas tempranas de producción, como se aprecia en la Imagen 2C, que muestra la estimación de la acumulación de DGC de septiembre a diciembre. En zonas tempranas con una rápida acumulación de calor tienen rangos que van entre 700 a sobre 800 DGC a diciembre, aquí las variedades Royal Dawn, Santina y Lapins tienen fechas de cosecha a inicios, mediados y fines de noviembre respectivamente. Mientras que, en zonas con una menor tasa de acumulación de calor, donde se registran valores de DGC entre 500 a 600 o inferiores, se cosechan estas mismas variedades hasta una semana después, pero es necesario considerar que puede haber un efecto de manejo asociado a la aplicación de rompedores de dormancia (datos recolectados por el equipo SAIA de productores asociados y por el asesor Walter Masman).
Suelo. Si bien el clima es un factor crítico y difícil de modificar, el suelo también es importante, aunque modificable en cierto grado. Para el cerezo los requemientos no son muy distintos a otros frutales, profundidad media de al menos 90 cm, con pendiente menor al 6%, con pH cercano al neutro o ligeramente inferior, con un drenaje moderado y una napa freática mayor a 1 metro de profundidad. Los aspectos mencionados anteriomente, pueden ser modificados, ya sea a través de prácticas de manejo como camellones, enmiendas, drenes y cultivos en pendiente, pero aumentando el costo de establecimiento o de mantención de los huertos. Por otro lado, la correcta selección y uso de los portainjertos puede favorecer el establecimiento y la productividad de huerto en el largo plazo.
Hoy en día, la incertidumbre asociada a la producción agrícola hace necesario disponer de herramientas que sean capaces de transmitir el conocimiento disponible, darle valor y disponerlo de manera fácil y oportuna, ayudando a enfrentar problemáticas usuales de los productores, emprendedores y tomadores de decisión en el rubro agrícola. Cuando se habla de reconversión agrícola y recambio de variedades para mantener y aumentar la competitividad del rubro, la región de O’Higgins dispondrá de un asistente virtual que oriente, a quien lo necesite, en el establecimiento y seguimiento del huerto productivo, minimizando de esta forma los riegos. El asistente virtual SAIA, en su etapa final, entregará información en tiempo real que permita hacer un seguimiento continuo a los huertos frutícolas en base a la fenología entregando la información justa y asegurar un manejo adecuado a cosecha.