Industria de cannabis medicinal: los pasos claves que derivaron en la legalización
El año 2015 fue clave para la industria de cannabis medicinal de Colombia ya que se inició el desarrollo de la base legal para normar el cultivo, aunque en el 2017 fue donde se dio un gran salto. Actualmente son dos los modelos de negocio más atractivos para los inversionistas, la producción de semilla para comercializar y la siembra para vender materia prima para transformar en derivados de cannabis. De acuerdo con la directora legal de 613 Partners, Juliana Salazar, la industria de cannabis medicinal colombiana se está especializando en modelos de negocio específicos para cada componente de la cadena.
La industria de cannabis medicinal de Colombia ha dado pasos agigantados en los últimos años. Un paso clave para su desarrollo fue el decreto presidencial aprobado en el 2015 por el expresidente Juan Manuel Santos, con el fin de reglamentar el cultivo de plantas de cannabis, la autorización de la posesión semillas para siembra de cannabis, el control de las áreas de cultivo, así como procesos producción y fabricación, exportación, importación y uso de éstas y sus derivados.
Juliana Salazar, directora Legal de 613 Partners, firma de consultoría especializada en proyectos de cannabis en Colombia y el exterior, nos explica el camino que siguió el sector hasta su legalización y la visión de la industria a corto y mediano plazo. Juliana es abogada y comenzó a asesorar a productores de cannabis medicinal allá por 2017. Luego incursionó en la publicación de artículos relacionados al cultivo y se especializó en la asesoría de clientes entorno al marco regulatorio, temas corporativos y laborales del negocio de cannabis medicinal, a través de la publicación Colombia Cannabis Investor.
EVOLUCIÓN DEL MARCO LEGAL DE COLOMBIA
Para producir cannabis se requiere que la producción provenga de una fuente de semilla certificada, actualmente existen 307 variedades o híbridos registrados ante el ICA provenientes de 33 empresas. Estas variedades por lo general se encuentran registradas principalmente en 4 zonas predominantes: Región andina, luego la subregión andina, seguido de los valles interandinos y por último la región caribe, seguido de otras zonas en menor proporción.
Colombia ha sido país pionero en la legislación del cannabis medicinal en Latinoamérica. En 2015 el expresidente Juan Manuel Santos sentó las bases para la reglamentación del cannabis medicinal. “Este decreto pone a Colombia en el grupo de países que van a la vanguardia en el uso de los recursos naturales para aliviar enfermedades”, aseguró en ese entonces el mandatario.
El decreto presidencial fue posteriormente derogado por el Congreso, ya que se consideró que era necesario tener una ley mucho más completa. Así nace la Ley 1787, ley con que se crea un marco regulatorio para facilitar el acceso seguro e informado al uso médico y científico del cannabis, así como de sus derivados, en Colombia. No obstante, recién en 2017 se publicó el Decreto 613 que precisó los requisitos de los distintos tipos de licencias, cupos, comercialización, entre otros, convirtiéndose en el impulso que necesitaba el sector para desarrollarse y prácticamente marcó el inicio de la industria.
“La industria de cannabis medicinal colombiana se está especializando en modelos de negocio específicos de cada parte de la cadena”.
Actualmente la normativa permite acceder a cuatro tipos de licencias, todas enfocadas únicamente al uso medicinal y/o de investigación del cannabis. La licencia que más se ha otorgado a abril de 2020, es la licencia de cultivo de plantas de cannabis no psicoactivo (% THC menor al 1% en peso seco), seguido de la licencia de fabricación de derivados de cannabis.
LICENCIAS DECANNABIS A NIVEL NACIONAL EN COLOMBIA
En total, existen 488 empresas registradas y 884 licencias en Colombia en donde predominan 3 departamentos con el 71% de las empresas están en 6 departamentos: Cundinamarca, Antioquia, Valle del Cauca, Tolima, Cauca y Boyacá. En estas zonas geográficas predominan: Cundinamarca con 122 empresas registradas con 226 licencias, seguido por Antioquia con 105 empresas registradas con 181 licencias y Valle del Cauca con 57 empresas registradas con 93 licencias.
La industria de cannabis de Colombia debe interactuar con diversas entidades para obtener las licencias y cupos -máxima cantidad anual de plantas de cannabis psicoactivo que es permitido cultivar, o cannabis que le es permitido adquirir o recibir para transformar- correspondientes: el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), Ministerio de Justicia y del Derecho, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), el Ministerio de Salud y Seguridad social y el Fondo Nacional de Estupefacientes (FNE) interactúan con las empresas y trabajan conforma a sus propias normas.
Aspectos vinculados a la importación, exportación y producción de semillas, unidad de investigación de fitomejoramiento y unidad de evaluación agronómica, son regulados por el ICA mediante reglamentos que existen para cultivos en general, los cuales se adaptaron al negocio del cannabis con algunas pequeñas modificaciones. Dichos reglamentos se aplican a modelos de negocios como los que tienen las personas o empresas que quieren únicamente comercializar semillas. Ya para el modelo de negocio del cultivo como tal, participa el Ministerio de Justicia y cuando se trata de transformación para productos finales interviene el INVIMA.
Licencias otorgadas en Colombia a abril del 2020.
VISION DEL NEGOCIO DE CANNABIS EN COLOMBIA
“Al inicio se registraron pocas empresas, unas 35 aproximadamente y estaban muy enfocadas a producir extractos de grado medicinal para exportar directamente a Canadá. Sin embargo, nos dimos cuenta de que Canadá no iba a permitir que compitiéramos por precio, ya que contamos con costos de producción más bajos en Colombia”, indicó Juliana Salazar. La visión de las compañías comenzó a transformarse al pasar de abarcar toda la cadena a especializarse en alguna parte de esta, por ejemplo, en la producción y comercialización de semilla, cultivos y producción de productos terminados (extractos).
Otro aspecto que ha variado en los últimos años es el vinculado a la integración de la industria. Salazar refiere que en 2018 existía mucha competencia, tanto internamente en Colombia como en el exterior, lo que generaba recelo entre las empresas, situación que ha cambiado ya que gremios como la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna) han articulado al sector a través conversatorios y reuniones. Ello ha derivado en que las empresas vean las ventajas y beneficios de compartir información y experiencias a favor de una industria nacional más unida.
Existen varios nichos de mercados dentro de la cadena por lo que la industria de cannabis medicinal está conformada por diversos tipos de empresas, cada una con un modelo de negocio característico. Están desde las empresas que producen semillas para comercializar, hasta aquellas que siembran con fines productivos o de venta y/o compra de flor seca para fabricación de transformados. Algo que deben considerar las personas que desean incursionar en este negocio es tener claro a qué parte están enfocados a pertenecer o especializarte según su posibilidad de inversión.
Lo que queda claro es que la industria continúa siendo atractiva para los inversionistas. En 2018 se registraron transacciones superiores a US$80 millones. En general las operaciones se relacionaban con empresas extranjeras interesadas en invertir en Colombia, debido a las condiciones climáticas del país y los atractivos costos de producción. “La oportunidad que tenemos en la industria -como región- es importante. Por ejemplo, en África existen grandes riesgos políticos, en Portugal no se podría igualar nuestros costos productivos y en algunas zonas de China existen problemas de calidad, como los niveles de metales pesados. Entonces, el cultivo de cannabis es muy competitivo a nivel de región”, indicó Salazar.
Ahora, eso se ha diversificado muchísimo y existen ofertas de inversión mucho más bajas. Para proyectos con ronda de capital desde el inicio de US$100 mil a 500 mil entre el primer año y medio, periodo necesario para lograr la curva de aprendizaje, incluyendo pruebas agronómicas y evaluación, más pruebas según las condiciones climáticas de cada zona, análisis de calidad de agua, residuos, infraestructura de invernaderos, instalación de plantas, sustrato, etc. La idea es que se inicien proyectos con una hectárea en este periodo de prueba.
Luego ya, en cuestión de costes, una empresa que se dedique al cultivo y que haya adquirido la experiencia debería estar invirtiendo entre 100 a 140 mil dólares/ha. Un punto de equilibrio que dependerá del foco de negocio al que se enfocaría la empresa, se podría encontrar entre los 3, 5 o hasta 7 años plazo.
RIESGOS EN LA PERCEPCIÓN DEL NEGOCIO
Existen aspectos claves a considerar en cuanto a la percepción del negocio, especialmente cuando circulan noticias respecto de números que no son claros, que pueden provenir de estudios de mercado serios y bien estructurados, pero que son mal interpretados por no considerar tiempo de investigación, inversión y costes de producción hasta lograr un producto final estable.
Si bien Colombia y otros países de Latinoamérica están abriendo ventanas legislativas para el desarrollo de la industria de cannabis medicinal, es fundamental que el inversionista tenga conocimiento de la normativa, sepa qué se ados en los últimos años. Colombia ha sido pionero en la legislación del cannabis medicinal en Latinoamérica. En este país las compañías se transformaron, pasando de intentar abarcar toda la cadena a especializarse en alguna parte de esta, por ejemplo, en la producción y comercialización de semilla, cultivos y producción de productos terminados (extractos).