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Gestión sostenible del recurso hídrico en Ica

Estrategias de Agrokasa para depender menos del agua del acuífero

La permanente veda hídrica en Ica ha conllevado a que Agrokasa busque otras salidas a la carencia de agua. Su última apuesta es la ambiciosa construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales que estará lista a fines de 2021. La expectativa es que para el 2022 estas aguas cubran el 44% de la demanda de la empresa y reduzcan su dependencia a lo extraído del acuífero.

04 de Enero 2021 Marienella Ortiz
Estrategias de Agrokasa para depender menos del agua del acuífero

Diversificar las fuentes de agua en el valle de Ica para el riego agrícola no es una tarea sencilla. La mayor parte de las agroexportadoras de la zona dependen casi en un 100% de la explotación del acuífero, mediante pozos de agua subterránea. Pese a este escenario, Agrokasa está desde hace una década en búsqueda de nuevas fuentes de agua y eso ha traído como resultado la pronta construcción de una planta que tratará las aguas residuales de Ica, para destinarlas a las labores de riego de sus huertos de paltos y uva de mesa.

Fernando Escurra. Gerente de Ingeniería y Mantenimiento de Sociedad Agrícola Drokasa (Agrokasa).

Hasta el 2010, la fuente exclusiva de agua de Agrokasa, que exporta paltas, uva de mesa, arándanos y espárragos era la que provenía de sus pozos subterráneos. Desde entonces, la firma comenzó a explorar otras alternativas, para mejorar la gestión del recurso hídrico. Para ello, estableció tres pilares para el desarrollo de sus estrategias: diversificación de fuentes de agua, uso eficiente del recurso hídrico y sostenibilidad. “Todos sabemos que el estrés hídrico en Ica viene de hace mucho tiempo atrás y sin visos de solución cercana. Entonces, la dependencia de las fuentes subterráneas es un problema del que Agrokasa era parte”, comentaba durante la Conferencia Digital Redagrícola Ica, Fernando Escurra, Gerente de Ingeniería y Mantenimiento de Sociedad Agrícola Drokasa (Agrokasa).

La empresa agroexportadora cuenta con 24 años y opera con dos fundos en Ica (Santa Rita y La Catalina) y en Barranca (Las Mercedes). En esta última, no hay problemas de abastecimiento hídrico, debido a que cuentan con el agua superficial del río Pativilca.


 

VEDA HÍDRICA PARA EL AGRO

Desde 1970 existe una veda en la perforación de nuevos pozos para la extracción subterránea de agua y su uso agrícola. De acuerdo a información de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el desbalance entre lo que ingresa y lo que sale de la acuífero origina que cada año el volumen descienda entre 1 y 1.5 metros en el valle de Ica. Una de las tantas salidas estudiadas es la ejecución de proyectos de infraestructura para el almacenamiento y trasvase de agua desde las cuencas altas, ubicadas en este caso en Huancavelica, para abastecer las miles de hectáreas de agroexportación en la región.

BÚSQUEDA DE OTRAS ALTERNATIVAS

Hacia el 2010, la empresa tentó suerte en la captación de las aguas superficiales, para lo cual, construyo un acueducto para extraer el recurso de zonas menos deprimidas, muy cercanas al río, donde la recarga era muy rápida.

Un año después, la empresa construyó un sedimentador que ocupa 6,5 hectáreas, bajo el nombre de Santa Rita, mediante el cual se pudo tomar agua superficial del cauce San Agustín y almacenarlo en pozas. En 2013, se construyó el sedimentador Chivillona, mediante el cual se pudo acceder al agua del canal La Achirana. Este ocupa un área de 4,5 hectáreas.

“A lo largo de estos 10 años,  la disponibilidad del agua superficial nunca ha sido constante. Ha habido años buenos y años malos. Si se hace el balance total, Agrokasa ha captado 21, 6 millones de metros cúbicos (MMC) de agua superficial y se ha infiltrado, porque las pozas estas diseñadas para ello, 8,6 MMC, es decir el 40%. Entonces, hemos usado 13 MMC, que es el 60% del agua captada”, precisa Escurra. Agrega que los reservorios no tienen recubrimiento y eso incentiva la infiltración.

La captación de agua solo se hace en épocas de avenida, de enero a abril, y se produce cuando los pequeños agricultores han satisfecho su demanda. Esto  ha originado, incluso, que no se capte algunas veces ni una gota del sedimentador Chivillona, porque no hubo disponibilidad. Adicionalmente, el agua se paga de acuerdo a lo captado, no a lo usado, pese a que muchas veces se usa solo el 60 o 70 por ciento.

En resumen, esto ha sido beneficioso para los objetivos de Agrokasa, porque no solo se dejó de quitar presión al acuífero sino que ha permitido que descansen los pozos. En época de avenida, el agua superficial llega a representar hasta el 30% de la demanda de AGK. En tanto, en el mismo periodo, el uso del agua de los pozos cae a 40%. “Esto significa un ahorro de agua, menos consumo de energía menos depresión del acuífero, es decir una serie de ventajas, dijo el representante de la empresa.

Antes de ingreso a campo, igualmente, esta agua pasa por un sistema completo de tratamiento que empieza por: la floculación y coagulación, para remover gran parte de las impurezas; seguidamente por lagunas de sedimentación, para remover las arenas; y finalmente por los filtros de grava.

Al igual que Agrokasa, otras empresas han hecho inversiones para construir en el Valle de Ica sus reservorios para almacenar agua que sustituya en parte a la que extraen de los pozos subterráneos.

 

TECNOLOGÍA QUE SERÁ UTILIZADA

La tecnología que se usará es una PTAR compacta de lodos activados con tecnología MBR, una de las más avanzadas del Perú y una de las más modernas de Latinoamérica. Estará al mismo nivel de las que hoy cuentan las 12 plantas de tratamiento residual más grandes del mundo. Este tipo de tecnología permite extraer el agua con una calidad altamente recomendada para cualquier tipo de cultivo.

TRATAMIENTO DE LAS AGUAS DE LA CIUDAD IQUEÑA

En la constante búsqueda de otras fuentes alternas de agua, Fernando Escurra cuenta que hace unos años atrás detectaron la oportunidad de comprar y tratar las aguas crudas de la ciudad de Ica.

“Como parte de la búsqueda de alternativas de fuentes de agua, primero tuvimos los pozos de agua subterráneas; luego, vimos que podía ser una opción las superficiales, y al ser esta última solo temporal, se analizó donde conseguir agua de manera constante, durante todo el año. Fue así que conversando con Alfredo Sotil –gerente de la Juasvi-, que tenía experiencia en la Empresa Municipal de Agua Potable y alcantarillado de Ica (Emapica), se tomó nota sobre una fuente importante: el agua residual”, cuenta.

Luego de algunos acercamientos que no prosperaron, recién en el 2017 es que Agrokasa logra avanzar en su objetivo de tratar las aguas residuales de la ciudad, cuando se promulga una normativa nacional que permite a las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento la comercialización de sus aguas crudas y tratadas. Entonces, Emapica realiza una licitación para la adquisición de estas aguas crudas, que fue adjudicada a Agrokasa. El contrato se firmó el 18 de enero del 2019, después de muchas idas y venidas. Ya para el 16 de abril de este año quedó aprobado el estudio de impacto ambiental.

“Cuando estaba todo avanzando, nos agarra la pandemia.  Con el estudio de impacto ambiental en la mano recién se solicitó a medianos de junio la licencia de construcción. Superadas varias etapas, estamos próximos a obtener la licencia de construcción. La construcción demora unos 12 meses. Por ello, consideramos que estará lista a finales de agosto del 2021, para comenzar a tratar el agua para nuestros cultivos”, explica.

El contrato con Emapica autoriza a Agrokasa a la captación y tratamiento de hasta 9 MMC por año de agua residual de la ciudad de Ica. Para ello,  captarán los afluentes antes de su ingreso a las lagunas de oxidación de la planta de tratamiento de aguas residuales de Cachiche.

Entonces, esta planta de tratamiento no solo hará que se mejoren las condiciones ambientales y sanitarias de la población de Ica, sino que también permitirá prevenir la contaminación de suelos y fuentes de agua y el no uso de aguas sin tratar en cultivos de consumo humano. Si bien no se tomará toda el agua residual que produce la ciudad, la parte restante será tratada por las 3 lagunas que tiene Emapica para ser usada por los pequeños agricultores de la zona.

Proyecto en construcción. Maqueta del proyecto de la planta de tratamiento.

“Actualmente, lo que ocurre con las lagunas de Emapica es que han sobrepasado su capacidad de diseño. Entonces, al quitarle una parte importante de las aguas residuales, esas tres lagunas van a poder tratarlas de manera adecuada”, dice. De esta manera, se logrará el tratamiento del 100% del agua residual de la ciudad de Ica, siendo una experiencia única en alguna ciudad del país.

La agroexportadora ya contaba con el diseño del PTAR, que eliminará los contaminantes presentes en el agua a nivel físico, biológico y químico, y al cierre de esta nota estaban próximos a iniciar la construcción. Esta tecnología es usada por las 12 plantas más grandes del mundo.

La inversión que será asumida íntegramente por Agrokasa significará US$20 millones, sin contar los costos de operación y mantenimiento durante los 20 años de contrato, equivalentes a US$25 millones. “Todos estos son gastos que se evitará al Estado Peruano y los contribuyentes”, apunta Escurra. Adicionalmente se pagará, durante la duración del contrato, por cada metro cúbico de agua cruda, un total de US$9 millones. En total, la empresa invertirá en los próximos 20 años un total de US$54 millones.

Pese a que el agua tratada cumplirá los estándares de calidad para el riego de cualquier tipo de cultivo, esta será destinada sólo para cultivos de tallo alto, según Escurra. Por ejemplo, no se usará para el riego del espárrago.

 

OTRAS PLANTAS DE MENOR DIMENSIÓN

Agrícola Cerro Prieto (ACP) construyó una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) para reusar el recurso hídrico en el riego de áreas verdes, lo que les permitió una reducción de 7,653 m3 en el consumo de agua. Esta planta elimina arena, residuos orgánicos y microorganismos propios del proceso de la planta empacadora, para que una vez tratados sean reutilizadas en el riego de áreas verdes y caminos no pavimentados.

USO EFICIENTE DEL RECURSO HÍDRICO

Tras avanzar en el pilar de la diversificación de las fuentes de agua, otro objetivo de Agrokasa es utilizar el agua de manera eficiente. En esa línea, toda la conducción del recurso hídrico, tanto de la PTAR –cuando termine de construirse- como de las aguas superficiales o subterráneas, viene a través de ductos cerrados que evitan pérdidas por evaporación e infiltración.

Además, todo se realiza a través de un sistema de riego 100% por goteo, es decir que no se cuenta con ningún sistema de aspersión o por gravedad. “Esto significa que el riego en campo es totalmente automatizado. Y, dependiendo del cultivo, utilizamos múltiples mangueras por cultivo para tener mayor bulbo y regar por menos tiempo de manera uniforme”, indica.

Adicionalmente, los sistemas de riego son por pulsos y con manguera antidrenante, básicamente para palto y arándanos.

Para un mayor control se realiza el monitoreo permanente de la humedad del suelo para saber cuándo y con cuánto regar. Para esto último, se cuentan con sondas de capacitancia que permiten determinar la cantidad de agua necesaria para alcanzar las raíces activas y así optimizar el uso del recurso. En la palta, se instalan los dendrómetros para medir crecimiento de troncos y frutos y determinar la cantidad adecuada y momento del riego.

Tallos altos. Los espárragos no serán considerados en el riego con aguas tratadas.

PRÁCTICAS AGRONÓMICA PARA OPTIMIZAR USO DEL AGUA

Entre las prácticas agronómicas figura el riego sólo de día de los cultivos, de tal manera que el agua asimile lo ofrecido a la planta. “Según la medición que realizamos con los equipos que tenemos, las plantas desarrollan mejor sus actividades durante el día, entonces, es cuando más necesitan de los nutrientes y el agua. No es que no asimilan el riego nocturno, sino que lo hacen mejor de día”, apunta.

Como un complemento, se desarrolla la práctica del uso de mulch y aporques para mantener la humedad del suelo, que no se evapore y sea asimilada por más tiempo por las raíces. Otra práctica es el subsolado periódico para mantener suelos porosos e incentivar el drenaje hacia las raíces más profundas del agua.

EL PILAR DE LA SOSTENIBILIDAD

El tercer pilar es la sostenibilidad del uso del agua. Justamente, gracias a las acciones realizadas, la empresa refiere que han podido ajustar el consumo del agua por cultivo sin afectar las producciones de los mismos. En el caso del espárrago se empezó con 16,576 m3/ha y hoy es de 11,351 m3/ha al año, sin afectar las producciones. En el caso de la vid, ha habido altibajos en el proceso de aprendizaje, pues primero bajaron, luego subieron y hoy utilizan en 9,437 m3/ha al año.

Debido a estas reducciones, la huella hídrica por cultivo está por debajo del promedio nacional. En el caso del espárrago, figuran en 0.91 m3/kg cuando el promedio nacional es 1.22 m3/kg. En el caso de la vid están en 0.43 m3/kg al año cuando el promedio nacional es de 0.58 m3/kg.

CAMBIOS EN LA MATRIZ DEL CONSUMO DE AGUA

Entonces, la matriz de consumo de agua ha ido migrando, bajo la idea de reducir lo más que se pueda las aguas subterráneas. Hasta el 2010, el 100% del agua que se usaba en los cultivos de la empresa provenía de las aguas subterráneas. En la actualidad, el 12% es agua superficial y el 88% es agua subterránea a través de pozos. A partir del 2022, cuando entre en funcionamiento la PTAR, el agua subterránea significará el 49% de la fuente, la superficial el 7% y el agua residual el 44%. Entonces, la matriz de consumo de agua va a estar bastante equilibrada, dice Escurra.

“Nos gustaría tomar más agua superficial pero lamentablemente no la hay. La planta de aguas residuales estará en realidad lista a finales de agosto del 2021, pero los beneficios completos se observarán a partir del 2022”, explica. Con ese 44% de aguas tratadas, Escurra informa que se podrá regar alrededor de 660 ha, aproximadamente. En especial, esta agua se destinará para el fundo más grande, La Catalina, donde hay uva, palta y pronto arándano.

“Esta es la primera experiencia del Perú de una planta de gran tamaño que tratará aguas residuales para cultivos de agroexportación. El caso de Ica es muy particular y hemos logrado conciliar la necesidad de la población, Estado y agroexportadores. El Estado se ahorrará unos US$75 millones de inversiones, la población va a tener agua de mayor calidad, no se va a contaminar los suelos y Agrokasa contará con una mayor disponibilidad de agua”, concluye.

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