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Dr. Edgar Rodríguez Gálvez, fitopatólogo

La clave contra el Mildiu está en adelantarse a la enfermedad

En el 2012 apareció por primera vez en Piura e hizo que la producción de uva de mesa cayese hasta en un 50%, en algunos campos. Este verano, con estas lluvias catastróficas, volvió a aparecer, pero los productores estuvieron mejor preparados para enfrentar la enfermedad gracias a la experiencia del 2012 y a los aportes de especialistas como el fitopatólogo Edgardo Rodríguez. Entre los principales errores de 2012 se señala que no había productos de control y la imposibilidad para entrar al campo con maquinaria de aplicación. En esta ocasión los productos si estaban en stock y eran aplicados incluso por avión.

07 de Agosto 2017 Gabriel Gargurevich Pazos
La clave contra el Mildiu está en adelantarse a la enfermedad

El primer momento en que apareció el Mildiu de la Vid (Plasmopara viticola) en Piura fue entre febrero y marzo del 2012, cuando fuertes lluvias azotaban el norte del país. Muchos productores de uva de mesa no conocían el Mildiu pero gracias a especialistas, como el Doctor Edgar Rodríguez Gálvez, de la Universidad Nacional de Piura, finalmente se pudo identificar. El fitopatólogo explica que en 2012 se sufrió una baja de producción significativa; en algunos campos arriba del 50%, pero en otros simplemente no se exportó absolutamente nada. Es más, muchos productores de uva de mesa no sabían qué enfermedad era el Mildiu y no se habían preparado para efectuar las aplicaciones de productos químicos necesarias para controlar a este hongo; incluso las empresas químicas no contaban con fungicidas específicos contra Mildiu en su stock, en vistas a controlar a una de las enfermedades más graves en viticultura.

En Piura no se conocía el Mildiu de la vid por el simple hecho de que el cultivo tenía poco años en la zona. El caso es que muchos fundos no estaban preparados y, según explica Rodríguez, “hubo problemas de logística además de que no se podía ingresar a los campos para hacer las aplicaciones necesarias. En ese tiempo no se disponía de aviones y menos de pistas de aterrizajes en los fundos para llevar a cabo esta tarea”. Cabe recordar que en el 2007 recién salieron los primeros 14 contenedores con uva de exportación piurana. Hoy Piura es el segundo gran exportador de uva de mesa a nivel nacional y pronto podría arrebatarle el primer lugar a Ica. Las cinco más grandes empresas dedicadas a la exportación de uva de mesa son Pedregal, Rapel, Ecosac, Beta y Agrovictoria; cuatro de ellas cultivan en Piura.

APLICAR ANTES DE QUE LOS SÍNTOMAS SE MANIFIESTEN

“Lo ideal es comenzar las aplicaciones desde que empiezan las lluvias, no esperar a que los síntomas se manifiesten”, advierte el fitopatólogo, en relación a las medidas que se deben de tomar frente al Mildiu, en épocas de emergencia por lluvia en los campos. Esa fue la recomendación que el Doctor Rodríguez dio a sus asesorados cuando comenzaron las lluvias catastróficas y los huaicos que, al cierre de esta edición, continuaban en todo el país, pero golpeando con más fuerza a las regiones del norte, como Piura. “Este año, a diferencia del 2012, se ha manejado la presencia del Mildiu bastante bien; la gente está aplicando los productos… ¡Hoy existen una gran cantidad de marcas! Hay quienes prefieren esperar a que la enfermedad se manifieste en 1%, 2% o 3% para empezar a realizar las aplicaciones, pero en el caso de Mildiu, yo no trabajo así; creo que siempre debemos aplicar en ‘ausencia’ para adelantarnos a la enfermedad y empezar a pulverizar cuando las condiciones ambientales son favorables”, precisa Rodríguez.

Y ante largos períodos de precipitaciones, ¿tiene sentido aplicar entre lluvias? El Doctor Rodríguez responde: “Si tiene sentido. De todas maneras hay que hacerlo, a pesar de las lluvias constantes. En Piura hemos tenido la suerte de que las lluvias, en general, han estado empezando a las seis de la tarde o siete de la noche, así que hemos tenido todo el día para aplicar. Nosotros esperamos a que el follaje se seque y después hacemos las aplicaciones; de no hacerlo, tendríamos problemas serios. Aquí en Piura, hemos estado aplicando un día sí, un día no”.

El fitopatólogo acota que los productos que se aplican son tanto sistémicos como de contacto. El hongo coloniza el mesófilo de la hoja y forma sus estructuras asexuales (esporangióforos) por los estomas apareciendo estos por el envés de la hoja por lo que se pueden utilizar productos de contacto cuando se pulveriza por tierra con máquina o pistola, “porque estamos debajo de la planta y podemos alcanzar el micelio del patógeno. Si se va a aplicar por avión –porque los campos tienen suelos arcillosos y las máquinas no pueden entrar por exceso de humedad, solamente se pueden usar sistémicos”.

Un punto a tomar en cuenta: es probable que eventualmente aparezca daño en el campo, a pesar del uso de fungicidas. “El daño que vemos es una manifestación del micelio del patógeno, pero el verdadero efecto del Mildiu se aprecia claramente en la etapa de producción, en la formación de los racimos”, explica el Doctor, para luego agregar que los cultivos de uva en Piura, a mediados de marzo, cuando Redagrícola lo visitó para entrevistarlo, se encontraban en la etapa de formación. Pero, ¿qué es exactamente el Mildiu de la Vid, cuál es su accionar y cómo afecta a los cultivos de uva de mesa?

Síntoma del Mildiu en el haz de la hoja. Aparecen manchas cloróticas intensas.

LAS CARACTERÍSTICAS ESPECIALES DEL MILDIU

El Mildiu requiere, para su desarrollo, como mínimo dos horas de agua libre sobre las plantas. Así, este patógeno está muy relacionado a las lluvias; si no hay lluvias, no hay humedad alta, no hay Mildiu. Pero cuando aparece, ataca todos los órganos verdes de la planta, incluyendo racimos y bayas. El Mildiu es considerado un seudo hongo, genéticamente relacionado con Fitóftora (Phytophtora). Este seudo hongo forma estructuras de infección llamados Haustorios dentro de las células vegetales desde donde comienza a absorber nutrientes.

El Mildiu es un endoparásito que ingresa por los estomas de la planta y coloniza el mesófilo de la hoja, para luego formar estructuras de reproducción asexual llamados esporangióforos, los que sostienen a los esporangios, que son a sus vez estructuras que contienen las zoosporas, cuerpos microscópicos unicelulares y biflagelados que se forman con fines de dispersión. Dentro de la hojas, en el mesófilo, el patógeno forma oosporas que son estructuras de supervivencia de largo plazo (dormancia) en condiciones adversas. “Una de las características de este patógeno tiene que ver con el hecho de que sus esporas son móviles, nadan, a diferencia de las esporas de otros patógenos que requieren del viento o las salpicaduras de agua para su dispersión. Las esporas del Mildiu tienen dos flagelos uno de los cuales gira como una suerte de hélice y le da impulso o movimiento, el otro le sirve como timón para orientarse. El Mildiu es un patógeno que crece muy rápido, es un ‘parásito obligado’, por lo que no se logra desarrollar en medio del cultivo, como sí se puede hacer, por ejemplo, con Fitóftora (Phytophtora spp.), que es ‘prima’ del Mildiu”, aclara el investigador de Universidad Nacional de Piura.

A cada mancha clorótica del haz le corresponde un signo: grupo de esporangióforos y esponrangios del patógeno que salen por los estomas.

En concreto, lo que hace el Mildiu es formar estructuras de infección (Haustorios) dentro de las células vegetales y empieza a absorber nutrientes. El fitopatólogo añade: “Se alimenta principalmente de azucares, por lo que debilita totalmente a la parra. Entonces en la etapa final, la de producción, la planta no tiene azúcares para desarrollar las bayas, por ejemplo”. El Dr. Edgar Rodríguez explica que ante el ataque de Mildiu no se observan diferencias varietales de susceptibilidad debido a que la penetración del patógeno se produce a través de los estomas de las hojas, por lo que es imposible que haya resistencia, ya que todas las plantas y todas las variedades de uva de mesa presentan estas estructuras en las hojas.

NUTRICIÓN PARA HACER MÁS RESISTENTE LA PARED CELULAR

Es conocida la importancia del calcio en la estructura de la cutícula de las bayas pero el profesor Rodríguez además propone utilizar silicio y sobre eso está investigando: “Uno de los trabajos de investigación que actualmente estoy desarrollando, tiene que ver además con el uso de Silicio en combinación con sulfato de cobre pentahidratado. Este trabajo debo terminarlo este año y lo vamos a hacer netamente en bayas. Ya hemos trabajado con silicio para manejar enfermedades de la madera tales como Lasiodiplodia ya que el silicio no solo es un protector y reforzador de la pared celular sino que también aparece relacionado con resistencia sistémica inducida de las plantas (SAR, por sus siglas en inglés)”.

Según el fitopatólogo, el silicio -en términos generales- presenta un efecto protector muy importante ante los hongos ya que se incorpora en la pared celular y la refuerzan, por lo que los hongos no logran ingresar a la planta. En la vid están midiendo el efecto que pueda tener el silicio y así mismo el quitosano en la generación de resistencia, como coadyudantes de sulfato de cobre pentahidratado, para controlar -por ejemplo- Lasiodiplodia, porque los hongos de la madera son de gran impacto en la uva de mesa en Piura.

PIE NEGRO: UN PELIGRO BAJO LA LUPA

Pero hay otra investigación en la que se ha embarcado el Doctor Rodríguez Gálvez que tiene que ver con otra enfermedad: el Pie Negro. Dice: “Estamos muy preocupados porque es una enfermedad que no se sabe cuándo puede aparecer pero que destruye las plantas. Cuando notamos los síntomas iniciales es ya casi imposible detener el problema, a nivel de planta. Aquí hay un conglomerado de patógenos y hemos aislado hasta el momento unos 400 aislamientos de hongos, como fusarium y especies asociadas a Cylindrocarpon solamente de raíz, que es lo que nos interesa. Necesitamos saber qué hongos está propagando el Pie Negro en el Perú, específicamente, en Piura. Es una enfermedad muy peligrosa, ha causado estragos en varias empresas, parece que depende mucho de la planta madre, del vivero, queremos estar seguros de eso…En estos momentos estamos haciendo aislamientos de raíces, tanto en plantas jóvenes como adultas, que han tenido el síntoma; lo que queda es lo más fácil, la caracterización molecular, que no hacemos nosotros aun, lamentablemente, pero que se va a hacer en un laboratorio en Portugal. Luego de eso, nos queda hacer la prueba de patogenicidad: se toma al hongo aislado y se lo inocula a plantas sanas… Mi objetivo es la patogenicidad, para ver cuál es el hongo que causa daño de verdad; hemos plantado semillas de patrones, estamos trabajando con semillas, y esperamos trabajar con plantas obtenidas in vitro, con tejidos estériles, que no tengan síntomas, eso es sumamente interesante. Hay un vivero que estoy asesorando donde ya hay plantas sanas, con patrones sanos, sin estrías, sin nada, están haciendo una inversión increíble, se están haciendo ensayos con plantas de vid, todos los viveros deberían hacer lo mismo, se necesita invertir… La idea es hacer algo importante para el país, un protocolo que pueda ser compartido, porque la industria de la uva de mesa tiene para desarrollarse mucho más”.

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