Copiapó, la uva chilena de exportación más cercana a Perú
Este valle, ubicado en el desierto de Atacama, es el que en mayor medida se traslapa en el país del sur con lasalida de los embarques desde Piura e Ica. Cuando la uva peruana empezó a crecer en los mercados internacionales, muchos pensaron que los días de Copiapó estaban contados, pero logró reinventarse y atraer inversiones. Ya no apunta a una cosecha tan temprana, renueva variedades, prioriza la uva blanca, incrementa su rendimiento por hectárea y aumenta su participación en Asia. Un dato clave: su escasez de agua le marca una frontera de producción casi infranqueable.
El valle de Copiapó se encuentra 1,255 kilómetros al sur de la frontera entre Perú y Chile, unos 40 km menos que la distancia entre Ica y Piura. Esta zona ubicada en la región de Atacama del país del sur es la que más se aproxima a las fechas de las exportaciones peruanas. Sus envíos en la temporada 2016/17 llegaron a 11.5 millones de cajas de 8.2 kg, según estimaciones de la Asociación de esa zona, APECO. Esto la pone bajo los 15.3 millones de cajas de Piura y los 17,2 millones de Ica, pero sobre la tercera zona productiva que es Lambayeque, con 2.8 millones de cajas (reporte SENASA,campaña 2016/17).
La estrategia histórica copiapina se empeñaba en una carrera por salir lo antes que fuera posible, para llegar a un mercado estadounidense desabastecido.
–Yo me acuerdo hace 10 años haber cosechado el 30 de octubre –señala Joseba Zugadi, gerente de la Sociedad Agrícola Las Juntas, de la empresa Subsole–, pero hay un actor, Perú, creciendo también con variedades nuevas. Y tenemos otro competidor, la fruta propia de EE.UU.
En efecto, los productores norteamericanos han avanzado considerablemente en el desarrollo de variedades tardías y con la tecnología de guarda empujan a sus contrincantes cada vez más hacia fines de año, algo que también se tiene muy claro en Perú.
–Antes los estadounidenses terminaban sus cosechas temprano y en noviembre no les quedaba nada, entrabas a un nicho vacío –comenta Hernán Pulgar, gerente de producción de la empresa Ruta en Copiapó–. Ese escenario cambió, hoy tienes que salir a final de noviembre para empezar a llegar antes de Navidad.El negocio actual de Copiapó es atrasarse un poquito y llegar a final de diciembre y gran parte de enero.
–Copiapó se ha ido corriendo comercialmente –reafirma Horacio Parra, gerente de Copiapó de Agrícola Atacama–, y también arrancándose un poquito de la fruta peruana. Ahora temprano para nosotros es fines de noviembre, de ahí para adelante.
SIEMPRE HAY UN ESPACIO PARA LA UVA BUENA, PARTICULARMENTE PARA LA BLANCA
Aun con la mayor competencia, las exportadoras continúan invirtiendo en Copiapó, incluso hay capitales chinos (ver recuadro) y la empresa de Zugadi está captando fondos de inversión internacionales para un campo con renovación varietal completa.
–¿Por qué nuestra empresa está apostando en la zona? Los que estamos acá creemos que Copiapó compite con Copiapó –plantea el gerente de Las Juntas–.Siempre hay un nicho para la fruta buena, particularmente para la uva blanca. Y si eres capaz mantenerla 60 a 70 días, o más, da lo mismo que tengas a Perú al lado y que tengas al frente EE.UU. La uva blanca tiene el mismo espacio que hace una década; el primer buque llegó a EE.UU. a mediados de diciembre a enfrentarse con fruta roja que tenía cerca de un mes guardada en los frigoríficos. El volumen de uva blanca de Perú, aunque viene creciendo, todavía es escaso. Y se consumen dos o tres cajas de uva blanca por caja de uva roja.
Si algunos años atrás Copiapó se teñía de rojo con Red Globe, hoy muchos están volviendo a la entonces abandonada Thompson seedless.
–Thompson seedless fue lo primero que se plantó en el valle –recuerda Juan Carlos Lillo, representante de la exportadora Ruta en Copiapó–. Hubo un momento en que se arrancaron esos huertos. Eran plantas francas, no cubrían bien, se ponían amarillentas. Pero con el uso deportainjertos empezó un cambio y hoy estamos con 200 ha de esa variedad. Se vende súper bien.
No obstante, se están buscando variedades alternativas, sobre todo apuntando a un manejo más fácil que se traduzca en menos requerimiento de mano de obra, uno de los grandes cuellos de botella por su costo. Un cosechador puede ganar fácilmente 500,000 pesos mensuales, unos 2,500 soles. Por eso más sus atributos de calidad (calibre, firmeza, sabor) y los buenos resultados comerciales obtenidos hasta ahora, se están plantando con fuerza los nuevos cultivares de distintos programas.
Lo dicho no significa exclusividad para las blancas; vides rojas y negras tienen asimismo su espacio para responder a la demanda.
Inversiones e ingeniería china llegan desde el sector minero
En Copiapó existe una confrontación entre minería y agricultura, en especial debido a la pugna por el agua. Un caso poco común, por consiguiente, es el de Agrícola Catania Verde, donde los bajos precios internacionales del cobre llevaron a la compañía Minera Catania Verde S.A. –de inversionistas chinos: Sinocop, el grupo Tongling y Catania Cobre Chile– a postergar proyectos en la región de Atacama y lanzar una iniciativa frutícolade modo de aprovechar sus terrenos y derechos de agua.
Con el liderazgo de Abraham WeiminHu y bajo la administración general de Paloma Hu, plantaron 59 ha de Thompson seedless,Arra 15, Red Globe, y algo de ChimentiGlobe. Los destinos previstos son principalmente China, Hong Kong y Corea, aprovechando la ventaja de conocimiento estratégico y contactos ya existentes en esos mercados, aunque por cierto no están cerradas las puertas para otros.
A una estructura inicial de almacenamiento de agua con capacidad de 7.000 m3, a comienzos de 2016 se sumaron un segundo tranque de alrededor de 20.000 m3. El cálculo de las dimensiones y la ingeniería quedó a cargo de los profesionales chinos de la Minera. La obra quedó terminada tras cuatro meses de arduo trabajo. El pequeño volumen de la primera cosecha, obtenida en la última campaña, se destinó a pasas que se enviaron como muestra comercial exploratoria. La idea de Abraham WeiminHu es innovar en el diseño de la infraestructura para aprovechar “hasta el más mínimo grano”, sacando partido de las capacidades de ingeniería de la empresa y manejando material que por lo común se pierde para aprovecharlo como jugo o deshidratados.
Una iniciativa innovadora para Copiapó es el ensayo productivo de arándanos, solicitado por sus compradores en China. Visitaron distintas experiencias de campo en Ica, estimando que sus condiciones de producción se parecen más a las de Atacama que las de las zonas productivas de Chile. Apostaron por la variedad Emerald, de Sunnyridge.El berry azul no se adapta bien a condiciones de salinidad, y las aguas de Catania Verde tienen conductividades y pH muy altos, de manera que debieron instalar una planta de osmosis inversa para satisfacer las necesidades hídricas de la plantación piloto. Todo el equipamiento es de origen chino.
–¿La idea es salir con fruta octubre-noviembre, como lo hacen en Perú?
–Esta sería una fecha ideal–indica el jefe de campo, Rodrigo Valdés–, pero está todo en evaluación.Esto es un ensayo.
LA GRAN LIMITACIÓN ES EL AGUA
Copiapó ha mantenido prácticamente estable su superficie de uva de mesa. Si en 2005 había 7,753 ha plantadas, el 2015 la superficie llegaba a 7,746 ha. Mario Holbert, socio de Agrícola Copayapu y Agrícola El Fuerte, grafica la escasez del recurso hídrico para la expansión de esa área:
–Yo arranqué 20 ha porque no tenía agua. Se secaron los pozos, no hay nada que hacer.
–Tienes que asegurarte las fuentes de agua y los pozos han visto bajar sus niveles de napa –testimonia Horacio Parra–. Tenemos un río que es bastante bueno, pero pienso que eso marca bastante el volumen potencial.
Pese a todo lo señalado, advierte, Mario Holbert, hay una salida para crecer:
–Puede bajar la superficie, pero no la producción. Los nuevos proyectos están haciendo más cajas/ha. Y hay una lógica: los huertos con pocorendimiento no pueden flotar económicamente, por lo tanto tiene que haber una inversión moderna, con variedades nuevas y portainjertos, usando muy bien la tecnología de riego. Por ejemplo, nosotros en este campo estamos en promedio sobre 3,00 cajas/ha.
–¿Qué tan grande es la diferencia en productividad?
–Para el caso de Copiapó –cuantifica Joseba Zugadi–, a grandes rasgos son 11 millones de cajas divididas en 7,000 ha: 1.,500 cajas/ha en promedio. Las variedades productivas hoy están dando 2,500 cajas hacia arriba. Estás subiendo tranquilamente en 1,000 cajas/ha. A lo mejor las hectáreas se mantienen o bajan, pero yo creo que la productividad va a ir subiendo, lo cual es mucho mejor.
–Antes tú con 1,800 cajas/ha, quedabas feliz. El precio era muy alto. Ahora la idea es sacar 3,000 o más–coincide Lillo.
MERCADOS: PERÚ DA ESTABILIDAD AL NEGOCIO
Un aspecto que caracteriza a Copiapó es la predominancia del mercado norteamericano como destino. Aun cuando ya no representa el 70% que significaba en 2008, EE.UU. todavía se lleva más de la mitad de la fruta copiapina (figura 1). No obstante, la irrupción de Asia está marcando una tendencia a la diversificación en los últimos años.
La presencia de uva estadounidense y peruana hizo que los precios se aplanaran, según constata Mario Holbert, salvo excepciones, como la campaña 2015/16, en que los valores de la fruta temprana fueron altos.
–Lo que ha pasado siempre en la historia –reflexiona Joseba Zugadi– es una gran reacción del mercado cuando no hay oferta. El precio se dispara. Pero aparece un poquito de uva de mesa y se viene abajo. La mejor situación, creo yo, ocurre con un flujo durante todo el tiempo. Perú no es un peligro, porque da estabilidad al negocio. La experiencia nos dice que cuando el precio ha partido en 60 dólares [por caja], la bajada es grande.Es mejor partir en 40 o en 30, porque se va a mantener.
Frente a esa lógica de precios planos, los copiapinos están tomando opciones que les den mayorproducción a menor costo unitario. Por otra parte, seleccionan cultivares que puedan viajar a cualquier parte del mundo, “multimercado”, como las califica Holbert, para diversificar sus puntos de venta. Al mismo tiempo, sacan provecho del factor calidad, algo que se da naturalmente en las condiciones de su zona.
¿Qué significa todo esto para la industria peruana? Primero, que enfrenta un competidor sólido, afianzado, experto en el rubro, con un espacio ganado en décadas de comercialización, que se ha adaptado a los cambios. Aun así, se trata de una zona con su potencial acotado por la escasez de agua. En consecuencia, seguirá siendo una muy delgada franja verde. ¿Puede crecer? Sí, algo, vía productividad, pero todo indica que se mantendrá en un rango estable; por tanto, no solo resulta predecible, sino también deja todo el espacio abierto para mercados crecientes cuya amplitud nunca será capaz de abastecer.