Los ciclos fenológicos de la vid en Ica se acortarán hasta 10 días en los próximos 15 años
El CITE Agroindustrial ICA está investigando los impactos del cambio climático en la vid, el principal cultivo de la región sureña. De ese estudio se desprende que el número de días de la fenología de diferentes variedades se reducirá para el periodo comprendido entre 2016-2030. Y, de acuerdo a estudios de modelación, predice que para el periodo 2030-2100, los ciclos fenológicos serán más cortos aún. Ello supondrá campañas más cortas, en las cuales habrá un menor uso de agua, de insumos, de mano de obra. Sin embargo, desde el punto de vista sanitario significa ciclos biológicos más cortos, lo que se traduciría en un mayor número de generaciones de plagas por campaña. Y, comercialmente hablando, implicará la búsqueda de nuevas ventanas comerciales para esa uva. Redagrícola conversó con la bióloga Hanna Cáceres, investigadora de la institución, sobre los resultados y el futuro del estudio.
Por Manuela Zurita
“Ahora tengo una manera más de pronosticar las fechas de cosecha. Se nos estaba pasando, pese a que la bibliografía lo dice, no lo usábamos”, cuenta Hanna Cáceres, investigadora del CITEagroindustrial Ica que le comentó uno de los gerentes de las compañías que participan de la investigación “Impacto del cambio climático en algunos cultivares de uva de mesa en Ica” en relación al indicador “Grados Días” (GD), que definen el requerimiento térmico de un cultivo. Y lo hizo mientras se presentaban los resultados obtenidos durante las campañas 2014 y 2015. “Eso fue lo que dijo. Uno como investigadora siente que estás haciendo algo aplicable, que no queda en los papers”, relató y confesó a Redagrícola la bióloga, quien también expuso la información en el último SIUVA Sur 2016.
– ¿En qué consistió la investigación “Impacto del cambio climático en algunos cultivares de uva de mesa en Ica”?
– Consistió en desarrollar tres puntos. En primer lugar, se determinaron los requerimientos biometeorológicos para obtener la normal fenológica de cada cultivar; en segundo lugar, se evalúo el efecto de la variabilidad climática en la vid de mesa, utilizando una serie histórica climática de 55 años, desde 1960 a 2015, y se utilizaron diferentes índices bioclimáticos, empleados en los estudios de zonificación vitivinícola en el mundo. En tercer lugar, se determinó el impacto del cambio climático en los cultivares de uva de mesa, utilizando escenarios de climas futuros y sus efectos en la fenología de la vid.
– ¿Qué hipótesis orientaban la investigación cuando la iniciaron y cuáles comprobaron?
– Existe una extensa bibliografía que evidencia cambios en el clima. La población iqueña reporta eventos climáticos adversos como precipitaciones mayores a lo normal y en fechas fuera de lo acostumbrado. Así también en sus cultivos manifiestan alteraciones en las fechas de su cosecha, pasificación de la fruta, etc. Por ello, nos planteamos determinar los cambios que se están dando en cuanto a la temperatura en Ica, desde décadas atrás y determinar los cambios futuros y cómo esto influye en el cultivo, en el crecimiento y desarrollo de las plantaciones de uva de mesa.
La investigación contó con la colaboración de dos empresas externas, líderes en el manejo de uva de mesa en Ica. El equipo técnico del CITEagroindustrial Ica realizaba las evaluaciones en esos fundos y además se tomaron datos de los campos experimentales del CITEagroindustrial Ica. “Tenemos un compromiso de confidencialidad con esas empresas, por lo que una vez concluida la investigación difundiremos su nombre”, explica.
¿INTERESADAS EN PARTICIPAR EN LA INVESTIGACIÓN?
Las firmas productoras interesadas en ser parte de la investigación pueden contactar a Hanna Cáceres al e-mail hcaceres@citeagroindustrial.com. “De las empresas, necesitaríamos que nos brinden su data climática, las fechas de poda, la fecha de aplicación de cianamida, la fecha en la que el cultivar esté en el 50% de brotación, 50% de floración, 50% de envero y la fecha en la que la uva llega a 16°Brix. Y, por supuesto, si cuentan con información histórica, mejor”, explica.
– ¿De qué manera el Fenómeno de El Niño demostró ser una variable eficiente para investigar la incidencia del cambio climático en los cultivares de uva de mesa que estudiaron?
– Existe una clara diferencia entre cambio climático y variabilidad climática. El cambio climático muestra un proceso que no es temporal y que puede verificarse en el tiempo, revisando datos climáticos, como por ejemplo, la temperatura. Por otra parte, la variabilidad climática se presenta cuando con cierta frecuencia un fenómeno genera un comportamiento anormal del clima, pero es un fenómeno temporal y transitorio, como el FEN. Luego de haber mencionado esto, nuestra investigación inició en el 2014 considerado un año normal, pero el 2015 fue considerado un año de ‘Niño Moderadamente Extremo’, por ello los resultados preliminares brindados en el SIUVASUR 2016 corresponden a la data del año 2014. A su vez, en el 2015 observamos que la temperatura mínima promedio en los meses de julio, agosto y setiembre aumentó en 2.3°C, 2.4°C y 1.9 °C, respectivamente respecto al 2014. Esto nos permitió correlacionar la temperatura con la fenología en el período comprendido de plena floración a pleno envero, que disminuyó en 6 días para el cultivar Red Globe en el 2015.
– ¿Por qué fue importante para esta investigación contemplar como factores para cada cultivar: el año de instalación, el patrón, la densidad, el sistema de conducción y la edad? ¿Qué esperan que revelen estas variables? ¿Por qué no otras?
– Todo viñedo tiene elementos permanentes (EP) y elementos culturales (EC) (Hidalgo, 1993). Los primeros se refieren a aquellos que se fijan para siempre al realizar la plantación. Algunos impuestos como el clima, el suelo y otros elegidos como la variedad, el patrón, la densidad y la disposición de la plantación, los que en conjunto conforman el ecosistema medio-planta. Los segundos (EC) se refieren al sistema de conducción, la poda (número de yemas/cargador), el laboreo, la fertilización, los tratamientos fitosanitarios y los grados Brix que se cosechan. Además, para una serie de expertos, la duración del período fenológico de la vid es afectado por la radiación solar, momento de poda, carga frutal, fertilización, prácticas culturales, características varietales y riegos, entre otros; que retrasan la maduración. Incluso las condiciones climáticas y nutricionales del año anterior condicionan las características de la ocurrencia y el desarrollo de los eventos fenológicos del año siguiente. Por citar otra experiencia, Mandelli comentó en 2002 que las plantas jóvenes o débiles anticipan la fecha de inicio de la brotación, mientras que las plantas más vigorosas sufren un retraso. La temperatura del suelo, la textura, el contenido de humedad interfieren con la fecha de la brotación. Por todo lo mencionado, estos factores son importantes a tener en cuenta ya que determinan la productividad del viñedo y tienen relación con la fenología de un cultivo.
– Según la investigación, ¿cuánto incide el cambio climático en las etapas fenológicas de las variedades Red Globe, Flame Seedless, Thompson Seedless, Crimson Seedless, Superior Seedless? ¿Qué impactos han observado?
– La variable climática más importante para medir cambio climático es la temperatura. Es así que el Índice de Promedio de Temperatura de la Estación de Crecimiento (GST) desde 1960 hasta el 2015 es 20°C, lo que nos ubica en una zona caliente y para un futuro cercano (2016-2030) nos ubicaremos en una zona muy caliente con 21°C (+4%). Es así que el número de días de la fenología de los cultivares en estudio Red Globe, Flame Seedless, Thompson Seedless, Crimson Seedless y Superior Seedless se reducirá en 10, 8, 8, 9, 10 días, respectivamente, para el período 2016-2030.
– ¿Qué requerimientos biometeorológicos tiene hoy la vid de mesa en Ica?
– Como resultado preliminar de esta investigación, correspondiente a la data obtenida en el 2014 (año normal) podemos decir que el cultivar Red Globe desde la aplicación de cianamida hidrogenada hasta la cosecha tiene 1775.6 GD; para Thompson Seedless tiene 1658.6 GD; para Crimson Seedless 1778.5 GD; para Superior Seedless 1458 GD; y para Flame Seedless 1429.3 GD. Por otro lado, debemos tener en cuenta que la suma de la temperatura media en la fase de desarrollo de la planta es constante para una especie vegetal dada. Esto quiere decir que siempre un cultivar necesitará el mismo requerimiento térmico no importa el lugar donde se la cultive.
Cifras reveladoras
Hanna Cáceres explica el cuadro: “Las plantas de Red Globe elegidas en el 2014 tenían 9 años de edad, injertadas con patrón Harmony, sistema de conducción en Parrón Español y de acuerdo al manejo cultural de cada fundo externo. En base a ello podemos decir que desde la aplicación de cianamida (AC) hasta el estado fenológico punta verde el cultivar Red Globe tomó 24 días en el 2014 y en el 2015. Además, desde punta verde hasta plena floración tomó 51 días en el 2014 y 50 días en el 2015. Desde plena floración hasta pleno envero tomó 87 y 80 días en el 2014 y 2015, respectivamente. Desde pleno envero hasta cosecha tomó 34 y 36 días en 2014 y 2015, respectivamente. Eso quiere decir que la fenología total en el 2014 y 2015 fue 196 y 190 días respectivamente. No existiendo diferencia significativa en la fenología de esos dos años evaluados (un año normal 2014 y Niño Moderadamente Extremo 2015). Se puede observar que la mayor diferencia en el número de días en el 2014 y 2015 fue en el período fenológico pleno floración hasta pleno envero con 7 días de diferencia. En esa época la data climática podemos observar que la temperatura mínima promedio del mes de agosto y setiembre fue mayor en el 2015 en 2.4°C y 1.9°C, respectivamente, lo que asumimos la diferencia de días en el período fenológico en el 2014 y 2015”
PRONOSTICAR LA COSECHA Y PLANIFICAR LAS LABORES
– ¿Cuál es la importancia de esta conclusión para la producción de la uva de mesa en Perú? ¿A qué conclusiones llegaron para las demás variedades ‘seedless’?
– La información obtenida de GD y el número de días de cada cultivar en esta investigación desde ya permitirá pronosticar el día de la cosecha de cada cultivar, la fecha de aparición de cada período fenológico para poder anticiparnos a la planificación de labores y, con ello, a la adquisición de insumos y la búsqueda de mano de obra. Eso es de vital importancia para los tomadores de decisión en los campos de vid.
– ¿Cuánto ha evolucionado la fenología de la vid en Ica desde 1960 a la actualidad como consecuencia de la variabilidad climática?
– De acuerdo a los avances que tenemos y en base a los resultados del 2014, podemos decir que por cada 10 años que han transcurrido se ha acortado 2 días el período fenológico desde 1960 al 2015. Esto se logró obtener haciendo regresiones con la data climática más antigua que existe en Ica, colectada de la estación meteorológica San Camilo ubicada en el Fundo San Camilo, cercado de Ica. El período continuará reduciéndose. Es así que se deben tomar las medidas que esto conlleva y muy en especial en las plagas que van muy de la mano de la variable climática temperatura.
– ¿Qué significa que Ica sea una zona cálida, según el índice bioclimático HI?
– Para determinar si una zona específica es ideal para el cultivo de la vid existen Índices Bioclimáticos y uno de ellos es el índice Heliotérmico de Huglin (HI). Es así que desde 1960 hasta el 2015 el HI nos ubica en una zona cálida con una suma de temperaturas durante todo su desarrollo del cultivo (desde brotación hasta cosecha) de 2,499°C. Este índice tiene clasificaciones para determinar la zona ideal para el cultivo de la vid, que van desde zona muy fresca hasta zona muy cálida. Ello hace decidir los cultivares idóneos para instalar en cada zona vitícola. Representando esto una interrogante más que tienen los empresarios para decidir si el cultivar nuevo a adquirir se desarrollará en esta zona climática.
LOS CICLOS FENOLÓGICOS SE ACORTAN
– ¿Qué depara el cambio climático para la producción de vid en Ica, según sus estudios de modelación de escenarios climáticos para 2030 y 2100?
– Los ciclos fenológicos se acortan. Esto puede ser positivo ya que supondrá campañas más cortas: menos agua, menos insumos, menos mano de obra por campaña, etc. Pero desde el punto de vista sanitario significa ciclos biológicos más cortos, mayor número de generaciones de plagas por campaña, etc. Además, implica buscar ventanas comerciales en las nuevas fechas de obtención de la uva o replanificar las fechas de poda, etc.
– ¿Qué recomendaciones dan a los productores, en relación a estas predicciones? ¿Qué supone que el ciclo fenológico de la Red Globe se acorte?
– En primer lugar esta investigación tiene que continuar y no solo por el equipo técnico del CITEagroindustrial Ica, sino en cada fundo. Voluntariamente debe realizarse ese tipo de evaluaciones y no solo en la vid, sino en todos los cultivos. Se debe tener en cuenta la importancia de conocer los requerimientos térmicos y el ciclo fenológico de los nuevos cultivares a adquirir, preveer labores, búsqueda de mano de obra, etc.
– ¿Cuáles son las próximas etapas de esta investigación? ¿Se ampliará a otras zonas productoras de importancia en el país, como Piura?
– Nuestra investigación aún no ha concluido. Solo hemos dado resultados preliminares. La otra etapa en la que estamos trabajando es el impacto del cambio climático en las plagas y enfermedades (Trips y Oídium). Este estudio comenzó en 2015 y continuará por dos años más. Además, estamos desarrollando herramientas que nos permitan pronósticar los rendimientos e implementar investigaciones para determinar los requerimientos hídricos la uva de mesa. Esta propuesta la venimos realizando con fondos propios del CITEagroindustrial Ica. Sí deseamos abarcar otras zonas del Perú, pero para ello necesitamos mayor presupuesto y empresas que deseen colaborar en esta investigación. Esperamos que a través de este medio se comuniquen con nosotros, ya que estamos muy interesados en continuarla. De las empresas, necesitaríamos que nos brinden su data climática, las fechas de poda, la fecha de aplicación de cianamida, la fecha en la que el cultivar esté en el 50% de brotación, 50% de floración, 50% de envero y la fecha en la que la uva llega a 16°Brix. Y, por supuesto, si cuentan con información histórica, mejor.