Nuevas variedades de uva de mesa para países de Sudamérica
Murcia es la región que más produce y exporta uva de mesa en España. Buena parte de las 120.000 toneladas que cosecha se consumen en algún país de Europa. Hace décadas cultivaban variedades autóctonas, después cambiaron a variedades foráneas y hoy utilizan parras obtenidas de un programa genético propio. Seis variedades blancas y seis rojas ya se comercializan en Europa y crecen en superficie. Lo siguiente era licenciarlas a otros países, lo cual ya se hizo para Chile, Perú, Argentina y Brasil.
Por Rodrigo Pizarro Yáñez, desde Murcia
En barco y sin generadores. Así se enviaba la uva de mesa que se cosechaba en los campos de Almería, España, en los años 30. Había una buena dosis de riesgo, porque no existía la tecnología que asegurara una buena poscosecha ni tampoco se había desarrollado la exportación vía aérea, que podía permitir arribar con la fruta en menor tiempo. En condiciones precarias, solo acompañadas de un barril de corcho para quitar la humedad, todas las temporadas se enviaban 50.000 toneladas (t) a gran parte del planeta, convirtiendo a Almería en una potencia exportadora de uva de mesa.
Pero Almería cambió. La proliferación de invernaderos en los años 60 provocó que los agricultores cambiaran a un cultivo más intensivo y rentable, como podía ser la producción de tomates. A los pocos productores de uva de mesa que aún creían en esta fruta no les quedó más que emigrar hacia otras zonas productoras, como Murcia y Alicante. Todo lo que se producía esos años era uva con semilla. Aledo era la principal variedad, de la que todavía queda una pequeña producción en la zona de Alicante.
Poco a poco, la uva sin semilla fue abriéndose paso, hasta transformar el paisaje agrícola del sur de España. Murcia pasó a ser la principal zona de producción, con “el 95% de la uva sin semilla del país”, subraya Joaquín Gómez Carrasco, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Fruta de Hueso y Uva de Mesa (APOEXPA). Primero lo hacían con variedades autóctonas, pero luego las empresas fueron incluyendo variedades foráneas y más tarde plantaron variedades ‘club’ de algunos programas de California, como SunWorld o SNFL.
El resultado es que hoy, solo en Murcia, se producen 120.000 toneladas de uvas sin semilla, que dirigen principalmente al resto de Europa. “Ese es nuestro mercado natural, aunque estamos intentando hacer negocios con China. Podría ser una buena oportunidad porque trabajamos en meses distintos que Chile y Perú. Es una alternativa que vemos porque Europa es un mercado muy maduro y no crecerá mucho más. También está Sudáfrica, que nos compra uva en los meses que ellos no tienen”, explica Gómez Carrasco.
MURCIA SE LANZA A PRODUCIR VARIEDADES PROPIAS
La uva de mesa en gran parte procedía de genética extranjera, principalmente de California. Si bien algunos cultivares se han comportado de maravilla bajo las condiciones de Murcia, también ha habido experiencias desagradables. “Y no fue un hecho puntual, con un productor en particular, sino que fueron muchos. Dependíamos de genética que en su país de origen funcionaba bien, pero que tuvo problemas en las condiciones productivas y climáticas de Murcia”, recuerda el presidente de APOEXPA.
Con estos antecedentes, decidieron tomar las riendas y hacer un mejoramiento adaptado a las características propias de la producción de uva en Murcia. Así es como 18 empresas productoras dieron vida a ITUM (Investigación y Tecnología de Uva de Mesa), una empresa que se asoció con el Programa de Mejoramiento Genético del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), el cual venía trabajando en el desarrollo de nuevas variedades de uva de mesa desde 1991.
“Hemos apostado por un desarrollo varietal de acuerdo a las condiciones climáticas de Murcia. Apuntamos a satisfacer las necesidades del mercado, con uva que sea crujiente, sabrosa, de buen color y, desde el punto de vista de los productores, que sean variedades productivas, que su costo de producción no sea alto y que no requieran demasiada mano de obra”, explica Esther Gómez, CEO de ITUM.
La decisión de las 18 empresas que forman parte de ITUM se apoyaba en buenos fundamentos. “Teníamos un mercado que estaba insatisfecho y en Murcia el IMIDA estaba realizando un interesante desarrollo varietal”, subraya Gómez. Esta investigación público-privada no tardó en dar sus frutos, con el lanzamiento de las primeras variedades. En concreto se trata de doce, seis vides blancas y seis de rojas, que han sido nombradas Itumone, Itumtwo, Itumthree… hasta Itumtwelve.
“Son doce variedades, que abarcan un amplio calendario de cosecha. En Murcia, antes de Princess, que se cosecha en agosto, pero no llega a septiembre, no teníamos ninguna variedad de uva sin semilla. Hoy contamos con variedades que comenzamos a cosechar, en condiciones del hemisferio norte, a finales de julio y las más tardías las cosechamos a mitad de diciembre”, precisa Juan Carreño, investigador responsable del programa en el IMIDA.
Como se trata de productores, sabían claramente lo que quería el consumidor, y a partir de allí la transferencia es inmediata. “Partimos arrancando huertos, porque esa es la forma de asegurar la sustentabilidad del cultivo”, precisa la ejecutiva de ITUM. Así es como hoy existen 172 ha cultivadas con todas las variedades en Murcia. “Es un número pequeño aún, pero que iremos aumentando con el correr de los años, afirma Gómez. Ya hemos visto la respuesta de nuestros clientes, y eso nos hace aventurar un buen futuro para estas variedades”, añade.
UVAS QUE GUSTEN AL PRODUCTOR, AL RECIBIDOR Y AL CONSUMIDOR
Desde el punto de vista técnico, el programa de mejoramiento genético de ITUM busca variedades teniendo en mente al agricultor, al recibidor y al consumidor. Una uva es buena cuando cumple con los requisitos que exige cada una de las partes, según explica Juan Carreño.
“El agricultor demanda uvas productivas, de bajo costo, con un menor requerimiento de mano de obra (poca poda y pocos despuntes), que no presente problemas de rajado, que genere poca uvilla, de buen color, que no presente caída de bayas; en uvas blancas, la menor presencia posible de ‘browning’, que se da mucho en las condiciones climáticas de Murcia. Desde el punto de vista del consumidor, nos piden uvas sabrosas, de un aspecto bonito, de buen tamaño y sin semillas. Lo más importante para los recibidores es que las nuevas variedades tengan una buena vida de poscosecha y sean capaces de soportar las condiciones de transporte y posterior manipulación”, explica Carreño.
Un trabajo para nada fácil, concuerdan Carreño y Esther Gómez. Por eso es que muchas variedades, a las que se podría augurar un buen futuro, finalmente se quedan en el camino al no cumplir alguno de los requisitos.
EVALUADAS BAJO PLÁSTICO Y SOBRE PORTAINJERTOS
Hasta ahora, todas las plantaciones se han hecho a pie franco, en parronal español, a un marco de plantación de 3 x 2,5 m, dejando entre 3 y 4 cargadores por brazo. “Estamos iniciando su evaluación en portainjertos, usando 1103 y Paulsen, pero aún no tenemos resultado concretos”, precisa Carreño.
Como el 80% de la producción de uva de mesa en Murcia se realiza bajo plástico, estas variedades también se han probado en esas condiciones. “Usamos el plástico para adelantar precocidad. Aquí lo ponemos antes de brotación o cuando la parra está brotando, y nos mejora la cuaja, la calidad del cuajado y el problema de la uvilla que se da en ciertas variedades. En todas esos aspectos, las variedades de ITUM se han comportado bien”, explica el responsable técnico del programa.
Asimismo el plástico se usa en Murcia para proteger a la uva de las lluvias cuando está madurando. “También hemos visto una buena respuesta en este caso”, afirma el investigador. En Murcia no es fácil llegar con uva en diciembre, cuando aumenta el consumo debido a las fiestas de fin de año. 2013 ha sido un año complicado, porque la temporada se trastocó con las lluvias que hubo en agosto. Pero las variedades de ITUM respondieron bien. Cuando llueve hay un problema añadido. Como el plástico hace una especie de invernadero, necesitamos que tras las lluvias haya un clima seco, porque de lo contrario aparece rápidamente la botritis. Afortunadamente, eso no ocurrió”, relata Carreño.
VARIEDADES MENOS DEMANDANTES DE MANO DE OBRA
Con una mano de obra escasa y por tanto cara, el programa de ITUM ha buscado variedades menos demandantes en mano de obra, sobre todo en lo que se refiere a la poda y limpieza de racimos. “En ningún caso queríamos una Thompson, Flame o Scarlotta, que requieren mucha mano de obra. Tampoco queríamos una uva como Prime, que en las condiciones de Murcia le sale mucha uvilla. Aquí no nos podemos dar el lujo de tener una uva con mucha mano obra, quizás en Sudáfrica sí, donde el jornal es mucho más barato que en España”, considera Carreño.
“En Murcia teníamos Thompson, pero se arrancó toda porque era una variedad que nos demandaba mucha mano de obra y además se manchaba”, agrega el presidente de APOEXPA.
Los cultivares obtenidas por el ITUM son muy productivos. “Esa es una de las características que buscábamos desde el inicio”, subraya Carreño. Se trata de un rasgo imprescindible en un país como España, donde se buscan rendimientos de 40 t/ha. “Seleccionamos aquellas que pudieran cumplir esas expectativas sin grandes problemas. Había otras que también eran muy productivas, pero se rajaban y manchaban, y fueron desechadas”, aclara el investigador.
PRÓXIMOS DESAFÍOS: POSCOSECHA Y VARIEDADES RESISTENTES A MILDIÚ Y OÍDIO
“Nos queda pendiente aún la asignatura de la poscosecha”, afirma la CEO de ITUM. La razón es sencilla: los mercados a los que España envía su fruta son cercanos. Por tierra, a Rusia, un camión tarda como máximo cinco días; una realidad totalmente distinta a la de Chile o Perú.
Una producción de 40 t/ha no es una buena opción para un país como Chile, porque con esos rendimientos baja considerablemente la condición de la fruta y su capacidad de soportar bien un largo tiempo de postosecha.
“Aquí en Murcia continuamos con este tipo de estudios, porque es importante. Ya hemos visto que la variedad blanca, tardía, ‘Itumfive’ aguanta más meses en una cámara de frío, con grandes producciones en campo”, sostiene Carreño.
Buscando ampliar los objetivos iniciales del programa, los responsables técnicos han añadido una nueva meta: la resistencia a enfermedades. “En concreto a mildiú y oídio”, recalca el especialista. Es un trabajo todavía en fase preliminar, habrá que esperar seis o siete años para obtener los primeros resultados, “que vendrían a solucionar problemas importantes en Murcia, pero también en otras zonas del planeta”, afirma.
ANA LAS TRAE A SUDAMÉRICA
El desarrollo de Las nuevas variedades se pensó en un primer momento para fortalecer a los productores locales, sin desconocer que tarde o temprano habría interés de otros países por contar con esta tecnología. Ese fue el caso de ANA Chile que, tras conocer y seguir durante algunos años el trabajo que se hacía en Murcia, se incorporó formalmente en al programa.
“Fue algo que nos sorprendió. Ellos venían todas las temporadas y a la cuarta se interesaron y comenzamos a negociar”, recuerda Gómez. “Nos parecía perfecto porque Chile produce en contra estación y es una forma de mantener la uva durante más tiempo en los mercados, algo que se complementará con lo que se pueda producir en otros lugares. Estamos en una fase inicial y no hemos definido todavía cómo funcionará el tema del royalty. Lo que sí tenemos claro es que se manejarán como ‘variedades club’, con una superficie controlada”, continúa.
Y el interés de ANA no es por una, dos o tres variedades, sino por todo el programa de mejoramiento. “Los esfuerzos de ITUM e IMIDA están orientados a sacar un producto que impacte positivamente al agricultor español y luego al resto de la cadena de valor”, afirma Luis Fernández, director ejecutivo de ANA. De esta forma, se exige que las variedades sean extremadamente productivas y que no requieran de mucha intervención en campo. “Estos factores, que se relacionan con los costos de producción y disponibilidad de mano de obra, comienzan a incidir fuertemente en Chile y con seguridad lo harán en el resto de los países de Sudamérica, donde las introduciremos comercialmente”, añade. ANA obtuvo la licencia para desarrollar comercialmente las variedades de ITUM en Chile, Perú, Argentina y Brasil.
Para Fernández, la selección de genotipos relacionada a su capacidad de mantener fruta en buenas condiciones colgando en la planta “es muy interesante y deberemos estudiar cómo se correlaciona respecto de la capacidad de guarda en frigorífico, ya cosechada, factor fundamental para el éxito de estas variedades en la industria del Cono Sur”.
ANA firmó un contrato exclusivo de licencia para la explotación comercial de las variedades en las principales naciones productores de uva de mesa sudamericanas. Sin embargo, por más de una razón, las variedades no se habían podido traer. La buena noticia para los ejecutivos de ANA es que las plantas, al momento del cierre de esta edición, estaban a punto de ser enviadas a Chile. “Enviaremos 100 plantas ‘in vitro’ de cada una de las variedades. Están limpias de virus y las enviamos ‘in vitro’ porque así el periodo de cuarentena es más corto”, sostiene Carreño. Al mismo tiempo que iban a enviar las plantas a Chile, tenían listo el pedido de las variedades para Sudáfrica. “Allí el licenciatario es SNFL, el cual nos ha solicitado 20 plantas ‘in vitro’ de cada una de las variedades”, continúa el especialista.
Una vez que pasen la fase cuarentenaria, “debemos evaluarlas para conocer cómo se adaptan a las condiciones agroclimáticas de cada una de las principales zonas productoras sudamericanas y respecto a su comportamiento en guardas prolongadas en frigorífico, tema sobre el cual tenemos escasa información”, precisa Fernández. Un tema en el que concuerda Carreño. “Las evaluaciones deben continuar en Sudamérica. Pero si en España hemos visto que algunas variedades, con rendimientos de 40 t/ha, viajan bien, aunque a mercados más cercanos, con un menor rendimiento productivo, debieran tener una buena poscosecha”, sugiere.
Sobre las proyecciones de su desarrollo en nuestro continente, Fernández estima que las variedades se internarán Chile en lo que queda del 2013 y espera que el 2014 ya estén en los otros países. “Las evaluaciones deberían comenzar el 2015-2016 y podríamos tener plantaciones comerciales de aquellas variedades que se destaquen el año 2018. Es un camino largo, pero necesario de recorrer cuando se hacen introducciones de variedades con responsabilidad”, explica.
–Por las características de Perú, ¿puede que se desarrollen allí antes que en Chile?
–Perú tiene condiciones excepcionales de crecimiento que nos permitirán tener resultados de evaluaciones más rápidamente. Lo anterior, sumado a que hay varias selecciones que tienen características que las harán muy atractivas para ese mercado, me lleva a pensar que está dentro de las posibilidades que sea Perú el país donde estas variedades se desarrollen en forma más acelerada”, analiza el director de ANA.
NUEVAS VARIEDADES, NUEVOS MERCADOS
Las variedades de ITUM ya han sido recibidas por los clientes europeos. Han pasado la prueba en mercados tan exigentes como el alemán y británico. No es raro ver un desfile de compradores en la Estación Experimental que ITUM tiene en Murcia. “Los compradores británicos conocer el programa. Lo van siguiendo desde hace años en nuestra finca. Han visto como han evolucionado las variedades en campo y también cómo han llegado a destino”, recalca Carreño.
No es excepcional que los ingleses lleguen a conocer las variedades ‘in situ’. Se trata del principal mercado para la uva murciana, pues recibe el 40% de los envíos. Por eso, observan con preocupación la competencia de California. “Hemos visto como supermercados ingleses están comprando uva de California que, por fechas de cosecha, coincide con nosotros. Pero creemos que con estas variedades podremos enfrentarlos y dar una seria batalla, que esperamos ganar”, sostiene Esther Gómez.
Y los ejecutivos de ITUM buscan posicionar las variedades en otros mercados.
China es una opción interesante. De ahí que participaran por primera vez en Asia Fruit Logistica, de Hong Kong, “con una buena recepción por parte de los recibidores”, subraya Gómez. “La idea de licenciar la fruta a otros países pasa por tener las variedades disponibles por más tiempo en los mercados. Eso lo podremos hacer con Sudáfrica, Chile y Perú. Con Brasil el asunto es diferente. La industria ha crecido, pero aún les queda mucho por hacer en uva de mesa. Su introducción allí la veo más para que sean destinadas al mercado interno, que es grande y tiene la capacidad de demandar un producto como este”, continúa. Lo cierto es que ya se conocen en Europa y, muy importante, están gustando. Eso da garantías de seguir creciendo en superficie en Murcia, y luego en el resto del mundo. Ese es también el reto.