Arándanos de buen rendimiento y sabor crecen bajo plástico en Caraz
Debido a las precipitaciones en la zona de Caraz, ubicada en Áncash, el Grupo Athos optó por el uso de macrotúneles y hoy tienen 400 hectáreas (ha) productivas de arándanos en la zona con rendimientos de 25 t/ha. Previo a ello, fueron muchos años de prueba y error donde les valió la persistencia para encontrar la mejor fórmula agronómica.
Por Marienella Ortiz
Próximos a cumplir doce años desde que iniciaron los primeros ensayos en los suelos de Caraz (Áncash), el Grupo Athos considera que su proyecto de arándanos en el valle interandino transita por una etapa de madurez en su manejo agronómico. Luego de muchos años de prueba y error, las 400 hectáreas de arándanos en el lugar crecen bajo la protección de macrotúneles que evitan el impacto de la radiación o de la lluvia en determina época del año.
Durante los primeros tres o cuatro años fueron experimentando con diferentes tipos de sustratos y coberturas, para finalmente optar por el cultivo en maceta y bajo la tecnología de macrotúneles. Dependiendo de la topografía, las condiciones del terreno cambian de manera muy agresiva, por eso que se optó por el uso de macetas.
Pol Juscamaita, gerente agrícola del Grupo Athos – Caraz, afirma que ya culminó el proceso intenso de aprendizaje y ahora se preparan para entrar a una producción comercial constante tras alcanzar el ‘peak’ productivo. El último lote instalado en Caraz ocurrió a finales del 2020 y, por lo pronto, no estiman seguir creciendo en la zona. El proyecto está planteado casi en su totalidad con la variedad Emerald. Solo una pequeña parte la mantienen con Biloxi, con aproximadamente 25 ha.
CONDICIONES CLIMÁTICAS EN CARAZ
Al tratarse de un valle interandino, en Caraz las lluvias no son copiosas ni hay heladas ni granizos, como en otras zonas de la sierra. En cuanto a temperaturas, las máximas durante el año bordean entre los 23 a 29°C, con mínimas que fluctúan entre los 8 y 12°C en las madrugadas. “Este es un clima bastante estable con periodos de lluvia acotados a momentos que ya conocemos”, explica.
Debido a estas características, comenta que en un inicio probaron la instalación del cultivo a cielo abierto, pero al poco empezaron a notar la necesidad de proteger el cultivo de las condiciones externas. “Luego de esa primera experiencia, comenzamos una segunda etapa experimental, pero con la protección de los macrotúneles y vimos que nos generaba beneficios. A raíz de esos ensayos es que decidimos hacer todo el proyecto en su totalidad bajo esa tecnología”, comenta.
Sobre las características de esta estructura, refiere que no es tan hermético como un invernadero, pero permite regular la temperatura bajo el mismo, debido a que permite un mejor intercambio de aire caliente y de aire frío. Igualmente, permite la protección frente a la radiación que puede llegar a 1.500 watios/metro cuadrado en el valle de Caraz.
En tanto, en costa la radiación está alrededor de 1.000 a 1.200 watios/metro cuadrado. “La radiación puede estresar al arbusto, generar cierre estomático y evitar transpiración. Con este plástico, podemos aprovechar la totalidad del buen clima en Caraz”, dice.
PROGRAMAR LAS COSECHAS
En la zona se registran precipitaciones de octubre hasta abril, incluso en algunas temporadas puede extenderse hasta mayo. Según dice Juscamaita, las lluvias se calculan en 500 milímetros acumulados por temporada en la zona. Gracias al macrotúnel, explica que pueden cosechar incluso en temporada de lluvias. “El uso de esta tecnología nos brinda la posibilidad de direccionar nuestras cosechas a otras fechas del calendario comercial y no necesariamente en el momento más fuerte de Perú”, explica.
Normalmente, refiere que han estado ejecutando las cosechas igual que todo el país, es decir en el segundo semestre que va de julio hasta diciembre. Sin embargo, ya han estado cosechando momentos antes y después de esos meses, según las necesidades de los mercados de destino. Igualmente, comenta que esta tecnología les permite tener un riego más eficiente, lo que se traduce en un ahorro de agua. “Aunque depende de la edad de la plantación, podemos estar hablando de un ahorro incluso de hasta 25% si lo comparamos con una planta en la misma zona, sin macrotúnel”, expone.