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En la producción de arándanos

Claves para el manejo nutricional en condiciones de salinidad

A medida que el arándano ha ido ‘colonizando’ diversas zonas productivas, en algunos casos se ha necesitado la instalación de plantas de ósmosis inversa para retirar las sales de sus aguas. Sin embargo, en ciertas condiciones, es posible controlar lo anterior con estrategias nutricionales dirigidas a dar más presencia a las sales nutrientes (nitratos, calcio, magnesio y potasio) y no a las sales nocivas (sodio, cloruros y bicarbonatos), para obtener arándanos de una alta calidad comercial.

07 de Junio 2022 Equipo Redagrícola
Claves para el manejo nutricional en condiciones de salinidad

La especialización en el cultivo del arándano está permitiendo, en la práctica, desbaratar algunas premisas entre los productores. Una de ellas es que este berry es un cultivo que no tolera altas salinidad. Sin embargo, bajo cierto manejo nutricional, es posible obtener un producto exportable de bayas dulces y crujientes, pese a desarrollarse en condiciones salinas, según destaca el Dr. Prometeo Sánchez García, profesor investigador del Colegio de Postgraduados de Ciencias Agrícolas de México.

Dr. Prometeo Sánchez García.

Para ello, plantea tres estrategias: biológicas, físicas y químicas para poder manejar al cultivo en estas condiciones difíciles. La biológica incluye el uso de variedades tolerantes a la salinidad y de bioestimulantes como los ácidos húmicos, algas marinas, aminoácidos, glicina betaína y todo lo que tenga que ver con el manejo antiestrés de la planta.

En cuanto a la estrategia física es la de menor costo, ya que corresponde a los riegos y lavados. Para esto es necesario tener sustratos y suelos con un buen drenaje, es decir, aquellos que tengan una capacidad de intercambio catiónico menor a 20 meq/100 gramos (cmol(+)/kg). También plantea un sistema de drenes que son las camas altas para eliminar las sales, señala el especialista.

En cuanto a la estrategia química, el Dr. Sánchez plantea un desplazamiento de las sales, mediante las cuales el sodio se combate con calcio y magnesio e incluso potasio y los bicarbonatos con ácidos. Todo esto como una alternativa al uso de otras herramientas como el uso de ósmosis inversa para tratar las sales del agua.

DIFERENCIAS EN LA SALINIDAD

Previamente a estas consideraciones, se debe tomar nota sobre el concepto de salinidad cuantitativa en arándano, que establece cuántas sales hay en la solución nutritiva del suelo expresada normalmente como conductividad eléctrica (CE). Entonces, cuando hablamos de la salinidad cuantitativa, la literatura indica que el arándano es un cultivo que no tolera más de 1 deciSiemens por metro (dS/m) de CE.

Sin embargo, el Dr. Sánchez informa que en diferentes proyectos realizados en México se ha observado plantas que crecen y se desarrollan con CE mayores a ese indicador.  “La literatura dice que esas plantas ya deberían estar muertas. Entonces, qué está sucediendo cuando vemos que podemos hacer crecer plantas de arándanos con conductividades más altas”, se pregunta.

Cuando el cultivo es manejado con buena calidad de agua, explica que en efecto se debe manejar soluciones nutritivas con CE que no rebasen 1 dS/m; incluso puede llegar a 1,2 o 1,3. “En el caso de Biloxi puede ir hasta 1,5, pero dependerá de la cantidad de raíces y el tamaño de la planta, la carga de fruta, para subir la CE en ciertas ocasiones que no son normales”, refiere.

Para quienes no cuentan con ese escenario de normalidad, una solución es el uso de ósmosis inversa y evitar todo riesgo al eliminar las sales del agua. Sin embargo, eso tiene un costo que, en el caso del Norte de México es 1 USD/m3   de agua sin sal.

Entonces, sí es posible el manejo del arándano con una mayor CE, siempre y cuando la cantidad de sales predominantes en una solución nutritiva sean sales nutrientes y no sales nocivas como son el sodio, cloruro y bicarbonato. “Es importante tener claro que la salinidad cuantitativa medirá la CE y la salinidad cualitativa nos dirán cuáles son esas sales”, recalca.

Disminución del rendimiento de algunos cultivos en función de la salinidad del agua de riego (salinidad cuantitativa).

ESTRATEGIAS BIOLÓGICAS: VARIEDADES Y DRENAJE

En un trabajo realizado en México, se midió la tolerancia a la salinidad de las variedades Biloxi, Ventura, Victoria, Júpiter Blue, Atlas y Bianca, manejando la nutrición basada en un programa con cloruro de sodio, sin cloruro de sodio y otras combinaciones. Se comprobó que Biloxi no es una variedad que tolere altos niveles de sales. “A partir de una CE de 1,5 ya se observaba un estrés por salinidad medido a través de clorofila indirectamente con el medidor portátil el SPAD”, explica.

En ese mismo estudio se comprobó que Júpiter Blue es una variedad con un menor índice de susceptibilidad a la salinidad y que solo con una CE mayor a 9, las plantas se comenzaban a secar. “Ese es un umbral bastante alto de tolerancia a la sal”, refiere. “Ventura también es tolerante, no tanto como Jupiter Blue, pero como es muy vigorosa eso le ayuda a que no se afecte tanto la biomasa por efecto de salinidad”,

Otra estrategia física pasa por tener suelos y sustratos con buen drenaje. Desafortunadamente, hay productores que establecen su huertos en suelos arcillosos, que retienen mucha agua con baja velocidad de infiltración. La ventaja en Perú es que el arándano se ha establecido en suelos arenosos. Sin embargo, el Dr. Sánchez aclara que se debe identificar el tipo de arena (gruesa o fina). “Si es un suelo de arena fina, se va a comportar más como un suelo franco y la velocidad de infiltración será un poco más lenta”, precisa.

http://35.164.54.7/pe/virtual/RA83PERU-2/html5forpc.html#p=38

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