Inka’s Berries se instala en México
La firma que lleva una década dedicada a la propagación de plantas de arándanos, y que hoy trabaja de la mano con el programa de mejoramiento de la Universidad de Georgia, se expande en México y, en dos años, aterrizará en España.
Gabriel Gargurevich Pazos
Nunca deja de ser impactante el crecimiento vertiginoso de una empresa. El fundo de Huacho fue comprado a fines del 2014, aunque recién empezó a producir el año pasado, porque tuvieron que acumular áreas, eran tierras eriazas; tuvieron que hacer caminos, jalar agua, luz… Construir de cero. Mientras, operaban en la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), hasta diciembre del 2018.
Hoy, Inka’s Berries, compañía desarrolladora de genética, productora y exportadora de arándanos, está en México, donde abrió operaciones, en el marco de una alianza con un empresario local del sector farmacéutico. El mismo modelo que desarrollan en Perú, lo están replicando en México; hacer genética avanzada es una de las líneas de negocio; otra tiene que ver con la instalación de campos propios para luego exportar. Carlos Gereda ya no es más gerente general de Inka’s Berries; hoy ha asumido la presidencia ejecutiva de la firma a nivel global.
Son 70 ha de arándanos las que instalarán al noroeste de la capital azteca, en Valle de Santiago, Guanajuato. Gereda asegura que la empresa busca complementar con la ventana mexicana, que va de la quincena de diciembre a fines de marzo o inicios de abril. Dice: “En el Perú la cosecha comienza a mediados de julio y se extiende hasta fin de año”. A US$3,5 millones, ascenderá la inversión que llevarán a cabo en su nueva operación mexicana, solo en la instalación del cultivo. No precisarán adquirir nuevas tierras, pues el terreno pertenece al socio de Gereda.
LAS 70 HA EN MÉXICO PRODUCIRÁN EN EL 2022
El negocio de frescos significa el 80% de su facturación, pero las operaciones en México permitirán que la empresa incursione en otros rubros. Ya empezaron en Perú, luego seguirá México y en el 2021 harán lo propio en España, en Huelva. Según Gereda, la estrategia es contar con un 10% de la producción de cada país.
–¿Cómo así sucedió está expansión de Inka’s Berries en México? ¿Se van a instalar 70 ha? ¿Cuándo estarán productivas?
–México siempre estuvo en nuestros planes por tener una ventana complementaria a la nuestra y por cercanía al mercado de Estados Unidos. Además, es un país que ya tiene industria y viene mejorando año tras año sus producciones. El costo operativo es similar al peruano, hay mano de obra disponible en el valle de Santiago y los niveles de remuneración son similares a los del Perú. En el 2020 plantaremos un ‘test plot’ de 25 selecciones avanzadas de nuestro programa genético. Las 70 ha tendrán su primera producción en la temporada enero/abril del 2022.
–¿De qué se trata el club de los productores? ¿De globalizar la genética?
–La empresa tiene dos unidades de negocio: “plantas” y “frescos”. La primera, es la que ha desarrollado nuestro programa genético, tanto privado como para el Club de Productores. Lo que buscamos en este programa, es que las compañías top de los países productores cuenten con genética de avanzada, que sea una solución real, tanto en productividad y calidad, para que se diferencien en el cada vez más competitivo mundo de los arándanos. El modelo que buscamos en los países de interés (ventanas complementarias a la peruana), tiene que ver con tener plantaciones propias y a su vez vender a empresas productoras el programa, cobrando un royalty por la producción de fruta, sin condicionar los canales comerciales. La empresa facturó en el 2018 S/. 15 millones. Este año, incluido subsidiarías, proyectamos a S/. 40 millones.
En Huacho, trabajan con el programa de mejoramiento de la Universidad de Georgia, del cual Inka`s Berries es el representante mundial, excepto para EE UU y Australia. “Esa relación la iniciamos en 2012, trayendo variedades mejoradas, selecciones avanzadas con Georgia; trajimos también un Programa de Seedling (plantines), básicamente para generar nuevas variedades. Ya tenemos un primer resultado: Salvador”.
Salvador es una nueva variedad de la Universidad de Georgia que se lanzó hace un año y medio y fue bautizada así en honor al hijo de Carlos. Se trata de genética ‘made in EE UU’, pero validada bajo las condiciones peruanas.