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Más superficie, más producción, más ventas al exterior

Actualidad de la industria del arándano de exportación en Perú

Año a año en Perú se han sucedido las inversiones, se han expandido las producciones y se han abierto mercados.

18 de Julio 2019 Equipo Redagrícola
Actualidad de la industria del arándano de exportación en Perú

Hoy por hoy, Trujillo –capital del Departamento de La libertad-, a 560 km al norte de Lima, se ha transformado en la ‘capital del arándano’ en Perú. Esta es la principal zona productora, en la que se han desarrollado grandes inversiones, que ha dado como resultado que la pasada campaña se exportó US$590 millones. Lo concreto es que en Trujillo hay 5.000 ha instaladas en un territorio donde hasta hace una década este cultivo no existía. Sin embargo, ya se pronostica que el cultivo podrá crecer en esta zona hasta llegar a las 8.000 ha. Y puede que esas previsiones se queden cortas.

“Hace ocho años recuerdo haber escuchado a expertos decir que era imposible el desarrollo del arándano en el Perú, pero hoy somos el segundo exportador mundial de este producto”, señala Ricardo Polis, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (Agap).

Pero una cosa es producir y la otra vender y el arándano peruano se está vendiendo en los más exigentes mercados, hasta ahora con buenos resultados. Aunque, para que esta industria siga siendo competitiva, la receta, según Polis, pasa por la calidad. “Hay que tener y mantener los criterios de calidad. Perú, en cortísimo tiempo, se abrió paso en el competitivo mercado internacional de las frutas y hortalizas, porque es un país confiable en calidad y cumplimiento, desplazando a países competidores que tenían muchos años en el mercado. No hay que perder nunca este foco”, subraya.

CHINA, EL MERCADO AL QUE TODOS ASPIRAN

China es un mercado que está en constante evolución, con una población que cada vez tiene mayor poder adquisitivo y que está cada vez más interesada en alimentos beneficiosos para su salud. Si solo se tienen en cuenta las cifras de consumo de las personas con mayor poder adquisitivo, estas no comen más de 30 gramos al año. Lo interesante es que ese consumo está subiendo. Y si hoy China representa para Perú menos de un 10% de los envíos, no es extraño que a futuro esa cifra pase al 20 o 30%. Pero, ¿dónde está el techo del mercado chino? Esa es una pregunta que pocos se atreven a contestar, lo cierto es que si el consumo se disparase, la oferta sería insuficiente y que el crecimiento de Perú en ese mercado ha sido importante. Desde que llegase la primera fruta, en 2016, los envíos se han expandido un 1.200%, pasando de 460 toneladas a 6.350 toneladas la pasada campaña.

LAS VENTANAS SE ESTÁN ACABANDO

La producción del Perú, si bien está concentrada en La Libertad, hay otras zonas productoras atractivas las empresas están buscando zonas diferenciadoras en clima, con el fin de salir con su fruta en otras fechas, aunque los precios se estén aplanando todo el año. Hay empresas como Camposol que produce desde la semana 28 hasta la semana 14, aunque las semanas peak son de la 40 a la 44, enviando la semana 42 dos millones de kilos. 

Los precios de venta han bajado y continuarán bajando. Así, cuando en 2015 el precio promedio llegaba US$10,25/kg, al año siguiente había bajado a US$9,47/kg, mientras que en 2017 se pagaban US$8,76/kg y la campaña recién pasada se pagaron US$7,95.

RECAMBIO VARIETAL, LA CLAVE DE LA CALIDAD

El reto más importante al que debe hacer frente la industria peruana del arándano es el referente a la calidad. Y esa calidad, según los expertos, depende en buena parte del acceso a material genético de última generación, algo que las empresas del sector son conscientes y ya están haciendo pruebas con nuevas variedades. La diferencia es que en Perú ese recambio se puede hacer con rapidez y en ocho meses ya se pueden obtener retornos, situación que no se da en otros países.

Al igual que lo pasa en otros frutales, se prevé que el negocio del arándano sea un negocio de variedades. “La revolución genética es una realidad”, afirma Ricardo Polis, presidente de Agap y también director general de Fall Creek en Perú. Y una de las variedades que más está creciendo en Perú es Ventura. Polis confirma que actualmente hay plantadas unas 3.000 ha de Ventura, “y en el transcurso del 2019 esperamos que se planten unas 2.500 ha. En los próximos 5 años Ventura seguirá vigente, pero comenzarán a aparecer nuevas variedades que le darán dinamismo a esta industria”.

Esas variedades que menciona Polis ya se están probando en el país. Se trata específicamente de tres nuevos desarrollos: Atlas, Jupiter y Bianca. “Luego vendrán otras que están en proceso final de evaluación antes de ser liberadas. Es un tema muy dinámico”.

Tan dinámico que las mismas empresas desean contar lo antes posibles con una nueva generación de variedades, para llegar a los mercados con un producto novedoso. Los productores peruanos son innovadores cuando se trata del recambio varietal. La tendencia natural es a contar con genética avanzada y en ese aspecto Perú ha caminado rápido, porque ya el 70% de las variedades que se cultivan en el país son licenciadas. Ese porcentaje está compuesto por un 50% de variedades licenciadas libres y un 20% de variedades club.

El resto sigue siendo Biloxi, la variedad que empezó con el ‘boom’ y que aún sigue ‘viva’. A pesar de que ha ido reduciendo su superficie, es una variedad que se produce en todas las zonas, pero con una gran dispersión de calibres y de apariencia. Pero que, si es bien manejada, se le pueden sacar más de 25 t/ha de una fruta de calibre aceptable y de buen sabor.

La necesidad de estar a la vanguardia y con producto diferenciado es vital para seguir siendo competitivos. “En los próximos cinco años veremos muchos modelos de negocio nuevos y el productor deberá escoger el mejor para él”, sostiene Polis y precisa que en Fall Creek buscan mejorar la eficiencia en el cultivo, es decir, “que las nuevas variedades sean económicamente más interesantes, debemos lograr mayor productividad y mayor eficiencia en la cosecha. Por el lado del mercado, buscamos una mejor experiencia organoléptica y fruta con mayor vida de anaquel”, precisa y sostiene que los productores deben exigir variedades probadas, con evaluaciones específicas  y sistemas de crecimiento comprobados para cada zona productora, antes de realizar inversiones.

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