De septiembre a octubre pero incluso hasta marzo
Los envíos peruanos de arándano siguen creciendo campaña tras campaña. Según las proyecciones de Proarándanos, en 2019 habrá unas 8.000 ha plantadas en el país, las que producirán unas 100.000 toneladas. Ante una demanda que sigue en aumento, se estima que el fruto seguirá siendo un muy buen negocio, aunque se presume, como es normal, que los precios no sean los percibidos hasta hoy día.
Las exportaciones de arándanos comienzan a ganar protagonismo en la oferta de frutas que Perú envía al mundo. La uva de mesa es la estrella, sin duda alguna, pero eso no resta que por detrás la pequeña baya de color azul siga creciendo a paso de gigante en volúmenes de producción y exportación. Si en el periodo de abril de 2015 a marzo 2016 fueron 13.700 las toneladas exportadas, Proarándanos calcula que en el mismo periodo, pero entre 2018 y 2019 se alcanzarían un total de 100.000 toneladas, debido al ritmo actual de inversiones en campo y a la creciente demanda por una fruta con altas propiedades nutricionales.
Según comenta el gerente de Proarandanos, Sergio del Castillo, “una de las firmas más grandes del país -que provee de plantas al sector- ya tiene pedidos adelantados incluso hacia 2019 para plantar arándanos en diferentes terrenos de la Costa y Sierra del país. Esto nos habla de lo intenso que será el trabajo en campo en los siguientes meses y años para seguir afianzando nuestras exportaciones de arándanos”. 2016 cerró con un aproximado de 3.500 ha de arándanos cultivadas cuando hace unos cuatro años se contabilizaban apenas unas 200 ha. En la actualidad, la mayor concentración de este cultivo se encuentra en La Libertad, seguido de otras regiones como Lambayeque, Ica, Lima, Áncash y Cajamarca.
EN 2017 SE SUPERARÁN LAS 5.000 HA PLANTADAS
Lo más probable es que este año se superen las 5.000 ha y ese ritmo de crecimiento continuará en los próximos años debido a la demanda insatisfecha detectada en los principales mercados del mundo. Del Castillo indica que las estimaciones del gremio arrojan que para el 2018 ya serán entre 7.000 a 8.000 ha de arándanos, lo que significa duplicar el área cultivada en apenas un par de años. Es por ello que Proarándanos considera que, para ese entonces, los volúmenes exportados llegarán a las 100.000 toneladas. Y de allí, a volver a duplicar esa cifra, no tomará mucho tiempo.
En cuanto a volúmenes traducido en valores totales de exportación, Del Castillo prefiere no aventurarse, debido a que los precios podrían caer frente al incremento de hectáreas cultivadas en el mundo.
En 2015 los envíos sumaron un poco más de US$90 millones. Se estima que las exportaciones en 2016 alcanzaron los US$ 232,9 millones, lo que significó un crecimiento de 140% respecto al año anterior. Cifra que seguirá creciendo exponencialmente en los próximos años. Claro está, como señala Del Castillo, eso dependerá de si se mantienen los precios actuales o bajan debido al incremento de la oferta de fruta. El año pasado el precio estuvo entre US$7 y 8 el kilo, lo que es bastante rentable para el productor peruano.
“Lo que está por verse es si los precios se van a mantener en los siguientes años. Si bien el precio estuvo en US$7 a 8 el kilo, hubo una caída de precios con la salida de la producción de Perú (a fines del 2016) a unos US$5. Para los peruanos sigue siendo competitivo, pero para otros países no”, señala Del Castillo.
A la hora de hacer las inversiones en campo, Del Castillo resalta que se debe tener en cuenta que el precio podría seguir cayendo un poco más en relación al aumento de la oferta. “Si queremos hacer una proyección de mediano y largo plazo los flujos deberían ser evaluados en función a la mitad de los actuales precios, para no tener contratiempos”, comenta.
2019, AÑO IDEAL PARA EVALUAR EL ESTADO DEL SECTOR
Indica que en un par de años se sentarán a evaluar si las inversiones continuarán en más campos o si el negocio de arándanos entra a una fase de maduración. Eso es complicado de evaluar en este momento porque Proarándanos maneja estudios internacionales que destacan el incremento en los próximos dos años de la demanda, la que estará ligeramente encima de la oferta del mundo. Por el momento, los arándanos se llevan la mayor atención entre los berries, en tierras peruanas. Otro mercado que está creciendo en el planeta, aunque no es un berry, es la cereza, pero en el Perú hoy solo hay algunos ensayos.
SIGUE DOMINANDO BILOXI
En suelos peruanos se ha concentrado la variedad Biloxi, debido a que es una variedad fácil de transportar (teniendo en cuenta que se exporta a mercados asiáticos) y noble para el clima peruano. En otros lugares del mundo no es muy común pero en el Perú se ha consolidado. “No es que sea de gran productividad, pero no es una variedad complicada de manejar y se autopoliniza. Mejor dicho, es una variedad que no requiere mayor inversión o mayor cuidado que las variedades que se cultivan en el resto del mundo”, comenta. Además, es una variedad que no paga patente.
En paralelo, Del Castillo comenta que hay un gran número empresas de EE UU que hacen desarrollo genético, en vistas al clima y suelo donde se quiera cultivar el frutal, es decir, se puede crear una variedad ‘a la carta’. “En los berries puedes mandar a hacer tus variedades, son tuyas, y tú las comercializas. Algunas de estas empresas ya están en el Perú. Hablamos de empresas grandes con presencia en diferentes partes del mundo, lo que garantiza un producto uniforme y de calidad”, sostiene el gerente de Proarándanos.
Si bien la ventana en que Perú es más competitivo va de setiembre a diciembre, algunas empresas están cosechando en un mayor número de meses en el año. Camposol, por ejemplo, la principal empresa exportadora de arándanos, tiene una cosecha que se extiende hasta marzo. El negocio fundamental es exportar en fresco, pero se está comenzando a enviar cada vez más volúmenes IQF (congelado).
Los arándanos son para grandes y pequeños productores
El grupo Camposol proyecta que este año culminará su ambicioso proyecto de cultivar 2.000 ha. En 2016 exportaron 13.000 toneladas, las que representan aproximadamente el 70% del total de los envíos peruanos. Otra empresa que también ha apostado por este cultivo es Talsa, cuyo gerente general es Ulises Quevedo, la que ya debe contar con unas 1.000 ha cultivadas.
Sin embargo, este es un cultivo que también está siendo manejado con éxito por pequeños agricultores. De acuerdo a Sierra y Selva Exportadora, existen pequeños productores que manejan entre 1 y 10 ha que ya vienen exportando. Estos representaron un 15% de las exportaciones del año pasado. Uno de ellos es el productor Fernando Jiménez Loayza de Agrícola La Esperanza, ubicado en Huaral, quien en 2016 exportó 36 toneladas de arándano a EE UU y Europa. Para este año espera ingresar al mercado chino, gracias a que entrarán en producción 10 nuevas hectáreas. Igualmente, Pierina Sotomayor, de Blue Agro Perú, una empresa de Cañete, hará sus primeros envíos a China y también a Emiratos Árabes.
EL LARGO CAMINO AL MERCADO CHINO
Si bien los mercados de EE UU y Europa son los principales destinos de esta fruta, otros países están comenzando abrir las puertas a la producción peruana. Hace pocos meses se firmó el protocolo sanitario para su ingreso a China, durante la visita del presidente de ese país, Xi Jinping, con ocasión de la reunión de líderes de las economías del foro APEC en el Perú. La expectativa es poder ingresar a un mercado de 1.400 millones de potenciales clientes. Si bien no es una fruta muy conocida, su consumo estaría comenzando a extenderse y eso trae buenas expectativas.
De hecho, ya fueron enviadas algunas muestras de la fruta en el vuelo de carga inaugural de aerolínea China Eastern. Sergio del Castillo dice que este año comenzarán las exportaciones, aunque aun falta cumplir algunos pasos previos con las autoridades sanitarias chinas. A inicio de enero se encontraba una delegación del país oriental definiendo con la contraparte local el plan de trabajo para certificar el cumplimiento del protocolo. Luego de ello, se podrá iniciar las exportaciones comerciales de la fruta que arribaría a algún puerto de China luego de una travesía de unos 30 días.