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En palma de aceite

Efecto de la nutrición para conseguir un producto de calidad

Los fertilizantes y los nutrientes juegan un papel fundamental para incrementar los rendimientos en los cultivos, pero también en los flujos ecosistémicos que hacen parte de la seguridad alimentaria y nutricional.

14 de Enero 2025 Dr. Nelson Virgilio Piraneque Gambasica1 y Dra. Sonia Esperanza Aguirre Forero2.
Efecto de la nutrición para conseguir un producto de calidad

La nutrición vegetal es un tema poco manejado para la mayoría de las personas incluso aquellas que trabajan en el campo de la producción vegetal. Así, la nutrición humana depende de la nutrición de los cultivos de los cuales se alimenta y, por tanto, es necesario comprender cómo es que las plantas obtienen los nutrientes para lograr una producción sostenible de calidad. Por lo tanto, un crecimiento sostenido de la productividad en el corto y en el largo plazo, implica el uso eficiente de los insumos físicos y bióticos, para que el potencial genético de las plantas se exprese adecuadamente y, además, se requiere que los factores de producción estén alineados y en su justa medida.

Entre estos se encuentran temperatura, precipitaciones, vientos, entre otros difícilmente podremos controlar, pero otros se pueden modificar con el fin de maximizar los rendimientos y la calidad de los productos como el manejo de arvenses, insectos plaga y enfermedades y la fertilidad del suelo definida como la capacidad del suelo para aportar los nutrientes esenciales y demás condiciones que requieren las plantas en cantidades y pro- porciones adecuadas durante todo su ciclo productivo. La palma de aceite (Elaeis guineensis, Jacq.) es una oleaginosa que se ha convertido en un cultivo estratégico a nivel mundial y en el contexto colombiano donde se introdujo por su alta productividad y versatilidad en la industria alimentaria y no alimentaria. Su aceite tiene múltiples aplicaciones: grasa comestible, materias primas para biodiésel y diversos productos industriales y su producción representa una fuente significativa de ingresos en diversas regiones del país.

En este contexto, su calidad es un componente crítico que determina su posición en el mercado donde diversos factores influyen en esta respuesta, y entre los más significativos se encuentra la nutrición vegetal. Por esto, la gestión adecuada de los nutrientes en las plantaciones puede producir aceites de mayor calidad, con implicaciones tanto para la industria como para el bienestar de los productores. Así, la calidad del aceite de palma es un factor crucial que determina su valor en el mercado que no solo depende de la genética de la planta, sino también de las prácticas agronómicas entre las que se encuentra la nutrición vegetal.

La palma de aceite, así como los demás cultivos, es sensible a las deficiencias nutricionales, por lo que es necesario contar con los conocimientos y herramientas para responder adecuadamente al suministro de nutrientes para generar crecimiento sostenido con incremento de la tasa fotosintética y como propiedad emergente, buen tamaño y calidad de los frutos y del aceite que de ellos se extrae.

El aceite de palma es el principal aceite producido, con una producción mundial anual superior a los 50 millones de toneladas donde alrededor del 85% se utiliza en aplicaciones alimentarias.

La fertilización, paso fundamental dentro del sistema productivo de la palma de aceite, ocupa cerca del 45% de los costos de producción con cerca de $439000/t de RFF (racimos de fruta fresca) y de $2000000/t de aceite de palma crudo (APC) (Mosquera et al., 2022) y se ha demostrado que nutrientes esenciales como el nitrógeno, fósforo y potasio no solo afectan el crecimiento del cultivo y la producción de racimos, sino que también tienen un impacto directo en las características químicas y fisicoquímicas del aceite (Thompson-Morri- son et al., 2024).

Por lo descrito, los productores colombianos enfrentan el desafío de maximizar la producción e incrementar la calidad del aceite por lo que es necesario en- tender la relación existente entre la nutrición vegetal con la obtención de pro- ductos de alta calidad y la sostenibilidad ambiental.

NUTRIENTES ESENCIALES PARA LA PRODUCCIÓN DE ACEITE DE PALMA DE CALIDAD 

Los nutrientes esenciales que deben ser suministrados al cultivo de palma de aceite para un óptimo crecimiento y desarrollo son nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg), y azufre (S). Los micronutrientes requeridos por las plantas de palma de aceite son Fe, Mn, Zn, Cu, Mo, B, Ni y Cl. Se conocen como esenciales porque desempeñan funciones fisiológicas y bioquímicas específicas en las plantas y no pueden ser reemplazados por otros. Algunos de ellos se requieren en grandes cantidades y por eso se denominan macronutrientes (N, P, K, Ca, Mg y S) y, aquellos que se requieren en pequeñas cantidades y se conocen como micronutrientes (B, Cu, Fe, Mn, Mo y Zn).

El principal macronutriente esencial requerido por la palma de aceite es el nitrógeno, componente fundamental en las proteínas vegetales, ácidos nucleicos y las coenzimas del metabolismo celu- lar. Sus formas asimilables son amonio (NH4+) o nitrato (NO3-) que sólo representa en condiciones excepcionales el 5% del nitrógeno total del suelo y llega a las plantas principalmente por fertilización. Por lo descrito, las formas orgánicas de N predominan en el suelo y, por tanto, es necesario aportar al suelo material vegetal con alta relación C/N para que la planta no quede desprovista de N por el metabolismo de los microorganismos en el suelo y se conserve el ciclo biogeoquímico.

Por otro lado, desde el punto de vista de sus funciones, el N está involucrado en la producción de aminoácidos, hormonas (que regulan el crecimiento de la raíz), hace parte de compuestos orgánicos como la clorofila que le da el color verde a las plantas. Su efecto se puede verificar en el incremento de biomasa y producción de frutos explicadas por la mayor capacidad fotosintética que les otorga a las plantas.

Otro macronutriente es el potasio (K), elemento que se encuentra generalmente en muy bajas concentraciones en los suelos palmeros de allí su importancia en los planes de fertilización. Una vez dentro de la planta se dirige a tejidos meristemáticos y frutos en crecimiento. Colabora en el metabolismo del N, razón por la que debe vigilarse la relación entre estos nutrientes. El K regula la activación y la velocidad de las reacciones enzimáticas, conserva la neutralidad de aniones y el pH a niveles adecuados en las células, mantiene el potencial osmótico negativo y con ello el ingreso de agua e influye en la elongación celular siendo el segundo nutriente más requerido por la planta. Su deficiencia reduce el metabolismo vegetal con reducción de los niveles de almidones, lípidos, acumulación de N soluble, activación de la nitrato-reductasa desfavoreciendo la síntesis de proteica y, por tanto, acumula aminoácidos básicos que son metabolizados aumentando contenidos de putrescina (diamina tóxica formada durante la descomposición de los alimentos). Además, el K es importante en la apertura y cierre estomático, requerido para mantener suministro adecuado de agua aún en condiciones de estrés hídrico.

El calcio (Ca) es el tercer macronutriente más absorbido por la palma de aceite, participa en funciones celulares vitales, tales como: regulación de la liberación de hormonas de la planta, elongación celular en las raíces, mantiene la permeabilidad de la membrana celular y la actividad enzimática. En suelos ácidos es parcialmente perdido por lixiviación, mientras que en suelos con pH elevado reacciona con carbonatos, sulfatos y/o fosfatos formando carbonatos, sulfatos y/o fosfatos de Ca los cuales son prácticamente insolubles y, por tanto, no disponibles al vegetal sien- do necesario recurrir a prácticas como el encalado en suelos ácidos. La tasa transpiratoria afecta su absorción, de allí que depende de las condiciones ambientales (temperatura, humedad relativa) para que este nutriente se transloque hacia los puntos de crecimiento y los frutos. Por tanto, baja transpiración se traduce en menor producción y crecimiento. Es el responsable del equilibrio Anión/Catión y hace parte de la pared celular aumentan- do la resistencia mecánica de los tejidos de la planta incluyendo los frutos, mini- miza la degradación de la vitamina C, la producción de etileno (responsable de la maduración de frutos), CO2 y la incidencia de plagas y enfermedades.

El fósforo, es un elemento indispensable para el crecimiento vegetal. Cumple funciones en la planta, entre las que se encuentra la transferencia energética (ATP y ADP), la fotosíntesis, la trans- formación de azúcares y almidones, el movimiento de nutrientes dentro de la planta y la transferencia genética (Rahman, 2010).

El Magnesio (Mg) es esencial para el metabolismo de las plantas y cumple una función estructural al ser parte de la molécula de clorofila (responsable del color verde de las plantas) y de allí, de las tasas fotosintéticas. Este elemento junto al K, son los más importantes en la activación enzimática.

Los micronutrientes, aunque re- queridos en cantidades menores, también son importantes. Elementos como boro, cloro, zinc y magnesio influyen en la salud general de la planta y, en consecuencia, en la calidad del aceite producido.

RELACIÓN ENTRE NUTRIENTES Y CALIDAD DE LA PRODUCCIÓN 

En la absorción y transporte hacia los diferentes órganos de la planta, los nutrientes son los que tienen marcada influencia en la calidad del producto final, por lo que estudiar la relación entre la nutrición vegetal y la calidad del aceite de palma, ha proporcionado información significativa sobre cómo los diferentes nutrientes afectan tanto la cantidad como la calidad del aceite. Uno de estos nutrientes es el nitrógeno, nutriente esencial en la producción de aceite. Investigaciones han demostrado que las aplicaciones adecuadas de nitrógeno pueden aumentar el contenido de aminoácidos y lípidos en los frutos (Dassou et al., 2022). Por ejemplo, Behera et al. (2016) identificaron que niveles óptimos de nitrógeno en el suelo se correlacionan con incremento en la producción de aceite y así, este elemento es componente clave para la síntesis de proteínas y lípidos.

El fósforo es otro nutriente crítico que juega un papel fundamental en el desarrollo y la calidad del aceite en la palma de aceite. Según los autores citados, la aplicación adecuada de este elemento no solo promueve un crecimiento más saludable, sino que también está ligada a un incremento en la calidad. Los estudios indican que las deficiencias de fósforo pueden disminuir el rendimiento de aceite y afectar negativamente los perfiles de ácidos grasos del producto final.

Investigaciones muestran que niveles adecuados de potasio en el suelo pueden mejorar la estructura del aceite y enriquecer sus características sensoriales (Viégas et al., 2020). Este nutriente también juega un papel crucial en la síntesis de proteínas y en la formación de otra serie de compuestos esenciales que contribuyen a la estabilidad del aceite, como los tocoferoles.

Por otro lado, los micronutrientes, que, aunque se requieren en cantidades menores, tienen impacto significativo en la calidad del aceite. Elementos como el zinc y el magnesio son vitales para el crecimiento de la palma y para la clorofila, lo que, a su vez, afecta la fotosíntesis y la acumulación de lípidos. Investigaciones recientes han mostrado que la deficiencia de estos micronutrientes puede llevar a disminuir el rendimiento en la producción de aceite, así como a alteraciones en la composición química del aceite (Dasou et al., 2022; Viegas et al., 2020).

En consecuencia, una nutrición vegetal adecuada es esencial para alcanzar altos rendimientos en plantaciones maduras de palma aceitera y una nutrición no adecua- da de las plantas, se ha postulado como causa de la baja productividad (Sugianto et al., 2023). Así, es necesario cerrar las brechas a través de tecnologías para mejorar del rendimiento, lo que conduce a mayor beneficio neto del productor. Por lo tanto, es necesario el conocimiento de las condiciones edáficas y un uso adecuado de los fertilizan- tes que permitan incrementar los rendimientos de las plantaciones.

Como es de esperarse, la correcta nutrición del cultivo de palma de aceite es esencial para obtener la mayor cantidad de racimos y de aceite crudo. Sin embargo, es necesario enfatizar, que existen otros factores que limitan la producción y calidad del cultivo como la nutrición, de la que depende la productividad; por consiguiente, es importante todos los nutrientes se encuentren en forma disponible (soluble y en forma inorgánica) en cantidades y concentraciones adecuadas. Pero las características edáficas y climáticas de cada región productora hacen que sea una tarea muy ardua para técnicos y profesionales del sector. Así, la variabilidad espacial se convierte en un desafío para los investigadores en el área, quienes deben emprender estudios de absorción diferencial de nutrientes por el cultivo en virtud del sitio donde se encuentra, las características biofísicas del mismo y las etapas de crecimiento de las palmas (conocido como etapas fenológicas). Esto es el primer paso para dejar la dependencia de tablas de referencia diseñadas en condiciones diferentes a los suelos colombianos donde la disponibilidad de nutrientes se ve afectada por múltiples factores.

LAS INTERACCIONES ENTRE LOS NUTRIENTES

¿Alguna vez ha escuchado a su médico decir que el calcio no se absorbe si no está debidamente acompañado de la vitamina D? Esto se debe a que cada nutriente dentro del proceso metabólico requiere de la presencia de otros para funcionar correctamente, es decir, que los nutrientes no actúan de manera aislada. La interacción entre ellos in- fluye de manera notoria en el crecimiento de las plantas y en la calidad del aceite. Por ejemplo, un exceso de nitrógeno puede interferir con la absorción de potasio, lo que podría repercutir negativamente en la calidad y en la relación aceite/ racimo. Esto nos lleva a la necesidad de adoptar un enfoque holístico en la gestión de nutrientes, considerando no solo la cantidad y tipo de fertilizante aplicado, sino también la interacción entre los diferentes nutrientes y las condiciones del suelo. El enfoque es nutrición donde todos los nutrientes se encuentren en forma equilibrada.

Los estudios han mostrado que la dosificación equilibrada de nitrógeno, fósforo y potasio, junto con la atención a los micronutrientes, puede resultar en un mejor rendimiento y una calidad superior del aceite (Thompson-Morrison et al., 2024). Un esquema de fertilización bien diseña- do, contempla interacciones que pueden maximizar la producción de aceite y mejorar su perfil nutricional. Así, los resultados han permitido establecer que por cada kg de N absorbido por la palma y concentrado en los RFF, se requiere 0,1 kg de P, 1,27 kg de K, 0,17 kg de Ca, 0,2 kg de Mg y 0,1 kg de S (Donough et al., 2017).

Lo anterior se logrará siempre y cuando se realice un manejo técnico y eficiente de los nutrientes con la fuente, dosis, momento y lugar correctos (IPNI) lo que solo se logrará a partir de una visión holística del agroecosistema, del conocimiento del sistema productivo y de la variabilidad temporal y espacial que existe en las plantaciones unido a los análisis de suelos, foliares y de aguas, el balanceo correcto de los nutrientes a aplicar, el uso de fertilizantes de liberación controlada y el manejo adecuado de la materia orgánica (Ajeng et al., 2024).

CONCLUSIONES

La relación entre la nutrición vegetal y la calidad del aceite de palma africana es un aspecto crítico que debe ser comprendido y gestionado adecuadamente. Una nutrición equilibrada con prácticas de fertilización sostenibles, conocimiento de la variabilidad y el respeto por la salud del suelo es esencial para producir un aceite de alta calidad. A medida que el mercado global demanda productos más sostenibles y de calidad, es vital que los productores y técnicos del sector palmero implementen prácticas fundamentadas en conocimiento local con la comprensión de las interacciones entre nutrientes, por ello es necesario avanzar en investigaciones al respecto, basadas en el concepto de agricultura de precisión o manejo por sitio específico.

Además, el fomento de la investigación continua en este campo ayudará a descubrir nuevas técnicas y enfoques que puedan beneficiar tanto a los productores como al medio ambiente buscan- do la sostenibilidad en los territorios palmeros. Al adoptar un enfoque holístico en la producción de palma de aceite, no solo se mejorará la cali- dad del aceite, sino que también se contribuirá al bienestar de las comunidades rurales involucradas en el proceso productivo enfatizando en el impacto del cambio climático sobre la producción y la calidad del aceite.

La calidad del aceite de palma en Colombia puede mejorarse significativamente a través de prácticas nutricionales correctas teniendo en cuenta los diferentes contextos existentes en las regiones palmeras de Colombia. Se enfatiza la necesidad de más investigaciones en este campo, así como la posibilidad de implementar programas de capacitación para los productores y técnicos, en lo que se destaca el análisis de datos para encontrar los niveles y relaciones de niveles adecua- dos a cada situación particular.

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