La innovación y la competitividad de la agricultura colombiana
Los gremios están llamados a mostrarle a las empresas cómo la innovación está determinada en gran medida por su habilidad y perseverancia para impulsar la investigación y construir un mundo igualitario.
La ciencia, la tecnología y la innovación son factores centrales de la Agenda 2030 de la ONU y se mencionan en numerosas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales se relacionan directamente con la agricultura al referirse a la infraestructura rural, el uso del agua, la energía, el trabajo decente, el empoderamiento de las mujeres y la producción, entre otras variables.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, asegura que “El despliegue estratégico de la innovación es un factor esencial para la transformación de los sistemas agroalimentarios y servir de motor para lograr un desarrollo rural inclusivo, resiliente y sostenible”.
Por otra parte, la agricultura mundial se enfrenta a desafíos complejos sin antecedentes que se relacionan con el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, las migraciones, los conflictos, la inestabilidad económica y los efectos de la pandemia. La desigualdad de ingresos es cada vez mayor y muchos habitantes de las zonas rurales en todo el mundo viven en condiciones de pobreza o pobreza extrema. Es claro que el sector necesita una nueva forma de hacer las cosas.
De acuerdo con la Red de Innovación de las Naciones Unidas (UNIN), “Innovar es hacer algo nuevo y diferente, ya sea solucionar un viejo problema de otra manera, abordar un problema nuevo con una solución probada u ofrecer una solución nueva a un problema nuevo”.
La innovación en la agricultura se relaciona con diferentes procesos que permiten realizar modificaciones, desde la ciencia, la tecnología y el relacionamiento institucional, para generar cambios novedosos en el diseño, la producción o el reciclaje de bienes y servicios, fomentando una transición hacia sistemas sostenibles en favor del medio ambiente, el desarrollo de las comunidades y el progreso económico.
Existen muchas esferas de la innovación aplicables a la agricultura, sin embargo, destaco las tecnológicas, las institucionales y las sociales porque establecen una relación intrínseca entre los procesos económicos, ecológicos y de las comunidades. Así se construye una nueva forma de pensar en el sector agrícola generando ideas que le agreguen valor.
La innovación tecnológica permite alcanzar un nuevo nivel de productividad, calidad, diversidad, eficiencia y sostenibilidad medioambiental. Consiste en la aplicación de nuevas ideas, conocimientos científicos o prácticas tecnológicas dirigidas al desarrollo, la producción y la comercialización de productos o servicios.
Por su parte, la innovación institucional ayuda a identificar retos comunes, realizar acuerdos -públicos y privados- e impulsar la creación de nuevas normas y formas de organizar las relaciones entre los distintos actores del sector, para encontrar soluciones que brinden valor añadido.
Finalmente, la innovación social desarrolla o mejora estrategias para cambiar positivamente la manera en que se satisface y responde a las necesidades de los trabajadores y sus comunidades en temas como la educación, la equidad de género y la generación de empleo.
En el anterior sentido, el XI Simposio Internacional de Floricultura, Siflor 2024, que actualmente adelanta Asocolflores en Medellín, es un exitoso ejemplo de cómo los gremios deben responder a las condiciones cambiantes del mercado y sus lineamientos internacionales, desde la innovación empresarial.
Los gremios están llamados a mostrarle a las empresas cómo la innovación está determinada en gran medida por su habilidad y perseverancia para impulsar la investigación y construir un mundo igualitario.
Durante más de 50 años el liderazgo, capacidad de adaptación, sostenibilidad y manejo de aspectos fitosanitarios de los floricultores colombianos se han caracterizado por su enfoque humano y gerencial. Eso le da un valor agregado muy grande a Siflor y además hace parte de su reconocimiento mundial.
Hace once años Siflor surgió como un tema eminentemente técnico, y de manera rápida y constante, ha evolucionado para dar respuestas a las necesidades del sector. Hoy tiene la madurez que brinda una década de actividades.
En esta versión, cuenta con conferencias en nutrición, manejo de suelos, control de plagas e inteligencia artificial, por nombrar solo algunos de sus temas técnicos y científicos. También, se discute acerca de la perspectiva de la innovación social aplicada en el sector floricultor, el vínculo entre el éxito empresarial y el bienestar de los trabajadores, y el fortalecimiento del potencial humano, entre otros temas referentes a la sostenibilidad social.
La floricultura colombiana trabaja permanentemente por buscar y brindar soluciones que, desde las dimensiones social, económica y medioambiental contribuyan para que nuestro país y el mundo en general logren cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La investigación y la innovación son fundamentales para cumplir este propósito. Siflor es una contribución de gran impacto en este sentido.
Como la floricultura, existen otras actividades agrícolas en el país que con su trabajo y compromiso están demostrando que la innovación es fundamental para responder a las exigencias de los mercados internacionales, y que es un principio esencial para la competitividad de la agricultura colombiana y sus exportaciones.
Impulsemos la investigación en la agricultura y compartamos los nuevos conocimientos adquiridos para demostrar su valía a la hora de identificar ventajas y desventajas, maximizar las ventas, mantenerse a la vanguardia desde cualquier sector y, tal vez lo más importante, contribuir al crecimiento de los individuos y la sociedad.