Recomendaciones para mantener y mejorar la fertilidad en la uva de mesa
En respuesta a los desafíos climáticos que afectaron gravemente la producción de uvas de mesa en 2023, el asesor internacional Dr. Breno Lacourt resalta la importancia de ir ajustando las prácticas agrícolas, según las condiciones del año, y utilizando herramientas que permitan mantener la fertilidad y productividad de los parrones en un entorno cada vez más adverso.
El año pasado estuvo marcado por fenómenos climáticos adversos que trajeron muchas mermas de producción de paltos en los campos. Las temperaturas elevadas causaron plantas súper estresadas y problemas de fertilidad de yemas. Esta situación persistió en los primeros meses del año y presentó desafíos significativos para los productores de uva de mesa en la campaña actual. Por ello, el asesor internacional en el cultivo, Dr. Breno Lacourt, enfatiza la importancia de las buenas prácticas durante las alteraciones climáticas para mantener la fertilidad de la uva de mesa.
En la actualidad, comenta que las temperaturas se están aproximando a las del 2022. “En los 16 años que visito el Perú, el 2022 fue el más frío de todos y el 2023 fue el más caliente. Felizmente, las temperaturas están bajando y están aproximándose a lo que fue el 2022”, comenta. Sin embargo, refiere que lastimosamente la poda de formación se realizó cuando aún las temperaturas estuvieron muy elevadas. “Las plantas seguían estresadas al inicio del 2024. En esta fase de inicios de la brotación, vemos una buena cantidad de fruta, pero racimos más chicos de lo normal, debido a esastemperaturas elevadas. Frente a esta situación, vengo recomendando el uso de productos o moléculas antiestresantes”, dice.
Además de los temas fisiológicos de la planta, refiere que en el 2023 hubo una gran ocurrencia de mildiu. Esta enfermedad no controlada ocasionó que los parrones llegaran a la poda productiva prácticamente deshojados por completo por esta enfermedad no controlada.
FALTA DE LUMINOSIDAD
En cuanto a los impactos directos en los parrones, la falta de luminosidad, que es el factor más importante para la fertilidad y la formación de racimos, provocó una menor producción de fruta, según explica Lacourt. Además, hubo una tendencia al sobrerraleo, especialmente en la uva de mesa Sweet Globe, que actualmente es la variedad con mayor número de hectáreas en Perú. Otra variedad afectada fue la Arra 15. Lacourt comenta que ambas son variedades genéticamente diseñadas para ralear de manera intensiva, lo que permite al productor ahorrar en costos de mano de obra. Sin embargo, el problema surgió con las altas temperaturas, que llevaron a dichos parrones a sobrepasar el punto ideal de raleo, añade.
A lo señalado se sumó que hubo lluvias en época de cosecha, sobre todo en el Alto Piura, en la parte de Chulucanas. “Esto si es complicado porque no hay manera de defenderse de una lluvia en la cosecha si el parrón no está tapado con plástico. Esa es la única manera de defender la fruta, salvo si se tiene dos variedades patentadas que son resistentes a la lluvia, como son Arra 15 y Sugar Crisp. Ellas con capaces de resistir lluvias de hasta 50 milímetros y podemos cosechar sin inconveniente dos o tres días después, pero, infelizmente, al mercado no le gustan”, apunta.
ESTRÉS ABIÓTICO Y ESTRÉS BIÓTICO (ESPECIES REACTIVAS DE OXÍGENO – ROS)
Las especies reactivas de oxígeno (ROS) participan de la fisiología y del metabolismo de la planta y pertenecen al grupo de moléculas orgánicas e inorgánicas formado por iones de oxígeno, radicales libres y peróxidos altamente reactivos. Entonces, estas moléculas están presentes, pero no pueden estar en exceso. En equilibrio, estas participan de la defensa de patógenos, en el comportamiento de los estomas, muerte programada de células y en el mantenimiento y crecimiento de los sistemas apicales y de la raíz. También se encuentran en la morfogénesis de órganos de la planta, en la respuesta a estrés y la expresión genética. “Los ROS se acoplan a los genes para influenciar, activar o desactivar genes de la célula de la planta”, explica.
Destaca que la producción de uva en el trópico está gobernada por los peróxidos y los radicales libres. Sin embargo, el brotamiento no ocurre
cuando hay un exceso de esos elementos. “Como en Piura no hay horas de sol acumuladas, igual que en Brasil, tenemos que usar la cianiamida hidrogenada que sustituye horas de sol, provocando un tremendo estrés en las células de la yema. Ese estrés o ese incremento exponencial en la producción de ROS en las células y la inactivación de la enzima catalasa, es lo que provoca el brotamiento”, explica.
“Cuando el equilibrio es quebrado y hay un exceso de producción de ROS, las enzimas no logran controlar la cantidad excesiva de ROS producida. La célula entra en estado oxidativo y ahí ocurre el problema. Se debe usar distintas herramientas para intentar mitigarlo, como por ejemplo, el uso de glicina betaína, prolina y otros compuestos, para reequilibrar la célula de la planta”, apunta.
CONTROLAR PROBLEMAS POR EXCESO DE AGUA
Adicionalmente a las temperaturas elevadas, las lluvias intensas ocasionaron más dificultades en la producción de uva de mesa, relacionadas
con problemas de hongos oportunistas y también con anoxia de raíces. “Después del brotamiento, la ocurrencia de constantes lluvias, llovizna toda la semana, trajo la entrada de hongos oportunistas en los racimos, directamente a la fruta. He visto, en algunos casos, entre 70 y 80 hectáreas perdidas de uva”, dice.
Si se observa un color betarraga en raíces encharcadas, menciona que eso es señal de anoxia. “El objetivo del productor debe ser el buscar una cabellera radicular de buena formación”, apunta.
En este escenario, las variedades tradicionales fueron más afectadas que las patentadas. “Cuando las lluvias empezaron el año pasado, si la planta de variedades tradicionales tenía por lo menos 80 días de formación, esto las golpeó mucho, lo que se vio traducido en baja fertilidad, baja conformación de racimos.
En el caso de las patentadas, cuando la lluvia empezó y tenían más de 60 días, fueron golpeadas. He visto parrones de Sweet Globe con casi cero fruta”, explica. Por estos motivos, indica que las variedades de uvas patentadas registraron una fertilidad de 18% cuando lo normal es que estén por encima de 50%. También observó tasas de necrosis de yema de 35%, cuando lo normal es 5%. “Pasó todo eso y tenemos que aprender cómo defender a la planta”, recalca.
¿Qué otros impactos se observó en los parrones? Al empezar las lluvias, los niveles de nitrógeno total en las hojas estuvieron entre 4% y 5%, cuando lo normal sería de 2,5% para abajo. También hubo niveles de nitrógeno amoniacal altísimos.
“Cuando estos estuvieron por encima de 1.500 ppm, hubo muchos problemas de sobrerraleo, sobre todo en Sweet Globe”, detalla el especialista.Como respuesta, Lacourt explica que se empezaron a hacer análisis foliares tempranamente, en la etapa de preflor, en especial en Sweet Globe. “Cuando se registraba más de 1.500 ppm de nitrógeno amoniacal, se despuntaron las plantas tras el amarre y se aplicó citocininas
sintéticas. Esto ha funcionado bastante bien para frenar la tendencia de sobrerraleo, dice.
“En algunas zonas de Piura ha llovido, después a la cosecha. En esta etapa no hay herramientas químicas u hormonales para frenar
el problema. Sin embargo, una dosis única de paclobutrazol (PBZ) por sistema ha funcionado bastante bien en estos casos”, explica. Asimismo, señala que las parcelas de variedades patentadas sin repoda, una práctica cada vez más común debido al deseo de ahorrar los US$4.000 o US$5.000 que tales labores cuestan en el norte, se vieron más afectadas en comparación con las parcelas que sí fueron repodadas.
“En las parcelas sin repoda de variedades como Sweet Globe y Sweet Celebration, se registraron niveles superiores a 3.000 ppm de
nitrógeno amoniacal y niveles muy bajos de potasio, por debajo del 2,5%”, comenta.
El mecanismo es el siguiente: demasiado calor conllevará un aumento en el contenido de nitrógeno amoniacal en los tejidos y, por ende, un sobrerraleo en variedades susceptibles, como por ejemplo Sweet Globe y Arra 15.
MEDIDAS PARA INDUCCIÓN FLORAL Y MEJOR CONFORMACIÓN DE RACIMOS EN PODA DE FORMACIÓN
El asesor internacional destaca que el uso de citocininas y etileno para frenar la canopia y provocar mejor conformación de racimos y mejor fructificación es usado desde hace mucho tiempo. En tanto, para el transloque o agoste, refiere que se debe aplicar ethefón (210 ppm) en secuencia. “Los números indicados son dependientes del clima de cada zona. En las zonas más frías hay que usar menor cantidad de productos y menores dosis. El frío reduce la necesidad de ethefón”, recalca.
FACTORES PARA LA FERTILIDAD DE YEMA
En primer lugar, está la luminosidad, destaca Lacourt. Luego vienen otros factores como el nivel del vigor de la planta, las reservas (almidón, arginina), la variedad de vid (con semillas o sin semillas), la relación entre giberelinas (ga) y citocininas (ck), la aplicación de reguladores vegetales (inhibidores de ga, incentivadores de ck).
Por ende, apunta que hay una correlación muy alta entre los factores de iluminación solar y fertilidad. La baja cantidad de horas de insolación está relacionada con la baja fertilidad y viceversa. “La temperatura va subiendo y va aumentando la fertilidad, sobre todo para las variedades más tropicales. El límite mínimo para fertilidad de yemas es de 200 vatios por metro cuadrado, pero esto variará según variedad”, puntualiza.
En el periodo de iniciación floral, a partir de la floración del ciclo anterior, se necesitan 225 horas de insolación efectiva, según explica el asesor internacional. Para ello, menciona que utiliza herramientas orientadas a mejorar este proceso, por ejemplo, el aplicativo Canopy Cover, con el fin de garantizar que la canopia esté suficientemente abierta y así entre un 20 a 30% de luz. En variedades más exigentes de luz se
requiere de 25% a 35%”, afirma. “Por increíble que parezca, al estar en una latitud muy baja, nos faltan horas de luz para los procesos de los parrones”, agrega.
EMISION DE RAÍCES Y LA CORRELACIÓN CON ETAPAS DE USO DE ENRAIZANTES
Tras estudio sobre crecimiento radicular, Lacourt informa que se han identificado tres flujos principales de emisión de raíces. El primero, y más importante, ocurre entre la floración y la cuaja, siendo el periodo clave para la producción de raíces más vigorosas, por lo que se
requiere una mayor cantidad de citocininas. El segundo flujo se da durante el envero, aunque es un proceso algo más débil que el primero. El tercer flujo ocurre después de la cosecha, cuando la planta vuelve a generar un desarrollo radical. “Esos son los momentos ideales
para aplicar enraizantes u otras sustancias con las que se desee incrementar el crecimiento de raíces,” señala.
En cuanto a los inhibidores de síntesis de giberelinas, informó que realizó el año pasado unas pruebas para corroborar sus efectos, con el uso de las sustancias cloruro de mepiquat y cloruro de clormequat. “En el tiempo, los peruanos tuvieron mucha producción de algodón. Se usaba esos productos para frenar el crecimiento de la planta”, comenta.
También menciona otras sustancias que inhiben el ácido giberélico, tales como paclobutrazol y uniconazol. “Al usar estas sustancias, hay que tener
presente que también estamos inhibiendo la producción endógena de giberelina de la planta”, puntualiza.
Mencionó un par de ensayos que realizó con las variedades Sugraone y Arra 29, debido a que ambas tienen baja fertilidad. Se aplicó distintas dosis de PBZ, mostrando buenos resultados en la producción de racimos y fertilidad de yemas. “De la misma manera se puede usar, por ejemplo, en variedades como Jack’s Salute y otras patentadas, que no tienen la misma fertilidad que todas las demás”, apunta.
EL CLIMA ES EL GRAN ACTOR
El asesor Breno Lacourt destaca cómo cada evento climatológico puede ser notablemente diferente. Por ejemplo, el Fenómeno de El Niño presentó
características distintas en 2017 y 2023, especialmente en cuanto a la duración y la frecuencia de las lluvias. En el caso de El Niño del 2017, las lluvias empezaron en la semana 3 y fueron decreciendo en la semana 14. Las precipitaciones del 2023 empezaron con intensidad en la semana 8 y continuaron hasta la semana 18 (cuadro 1)
Igualmente, señala que el nivel de las precipitaciones (mm) en las diferentes zonas del norte no fue similar a un año normal. Por ejemplo, en la zona del Alto Piura se registraron 1.800 mm, frente a los 120 mm típicos de un año normal. Mientras tanto, en Casma, donde en un año normal llueven 4 mm, el año pasado se alcanzaron los 20 mm.
Otras recomendaciones
En la poda de formación, recomienda manejar un equilibrio entre las citocininas y el ácido giberélico para obtener mayor fertilidad y conformación de racimos. Se trata de un factor de mucha importancia en la inducción floral, es decir la promoción de formación de racimos para la
poda de producción. El asesor también refiere que en algunas variedades se manejan con feminelas en la poda de formación, como es el caso de Sugraone, Crimson, Thompson, pero también en el caso de algunas patentadas como Jack’s Salute y Sweet Saphire. Por ejemplo, en el caso de Thompson se logran promedios de 4.800 cajas por hectárea.
En tanto, reitera que el aplicativo Canopy Cover se usa todas las semanas para mantener una cantidad de luz ideal que se filtra en la canopia y, por ende, garantizar una mejor fertilidad y mejor conformación de yemas. Menciona que, en el 2017, pudo comprobar que sin el seguimiento de la canopia, los parrones podían crecer atubados. Reitera la importancia de la luz en la conformación de racimos. También señala que en el caso de la Sweet Globe, una variedad con un potencial de 5.500 cajas por ha, tiene la tendencia de un escobajo muy débil. La fruta llega a China pareciendo vieja. El comprador chino va a castigar el precio.