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Posibles impactos de la llegada de La Niña

¿Qué pasa si se producen heladas en septiembre?

Se espera una posible llegada del fenómeno de La Niña durante septiembre, con lo cual las temperaturas mínimas de fines de invierno y comienzos de primavera deberían ser inferiores a un año normal. Por consiguiente, aumenta el riesgo de heladas. Giovanni Lobos, de INIA Intihuasi se refiere a este tema y a otros aspectos vitales para la producción frutícola, asociados a temperaturas.

28 de Agosto 2024 Francisco Fabres
¿Qué pasa si se producen heladas en septiembre?

Giovanni Lobos, M.Sc., extensionista e investigador de INIA Intihuasi presentó el tema “Baja acumulación de frío invernal y golpe de sol, efectos del cambio climático en la fruticultura” en el seminario “Estrés biótico en frutales,” organizado por UCDAVIS Chile Life Sciences Innovation Center.

Giovanni Lobos hizo una presentación en el seminario “Estrés biótico en frutales”, de UC Davis Chile.

Cada vez hay más preocupación, hizo notar, por el efecto del cambio climático en cuanto a provocar una insuficiente acumulación de horas de frío en otoño-invierno, ya que, como consecuencia, los frutales de hoja caduca sufren una serie de trastornos que repercuten directamente en el manejo y la producción de los huertos. La acumulación de horas de frío a nivel de huerto comienza cuando las plantas presentan un 50% de senescencia de las hojas. Si este proceso se retrasa en otoño, el periodo de acumulación se reduce. Pero también se han empezado a registrar horas de calor en invierno, o sea tres días seguidos o más con temperaturas sobre 20°C, periodos en los cuales a partir de los 18°C hacia arriba se descuentan de las horas-frío ya acumuladas. Así, por ejemplo, en localidades como San Juan (Argentina), donde todos los días invernales superan los 18°C, el saldo final puede llegar a un valor negativo de -400 unidades de frío; igual condición puede ocurrir en la zona norte de nuestro país.

Existen diversos modelos de cálculo. Los de horas frío y unidades de frío funcionan bien en otoños e inviernos con bajas temperaturas, pero cuando ocurren días de calor, el modelo de porciones de frío resulta más adecuado.

CLAVES PARA UNA BUENA SALIDA INVERNAL

Se debe tener muy en cuenta estos antecedentes para determinar la oportunidad de aplicación de cianamida u otros reguladores equivalentes, claves en el manejo de la salida del letargo invernal. Si no se cuenta con sistemas de medición propios, la información se puede obtener desde la amplia red de estaciones que presenta el INIA a nivel nacional a través del sitio web www.agrometeorologia.cl.

“El año pasado en cerezo en la región de Coquimbo tuvimos que aplicar con 16 porciones porque no hubo frío. Eso se efectuó en las fechas acostumbradas, entre el 7 y el 15 de julio, dependiendo de las variedades, primero las más precoces y después las más tardías. Lo normal en Limarí es hacerlo con 25 porciones y en la zona central con 40. En nogal vamos a hacer la aplicación probablemente entre el 10 y el 20 de agosto”.

Hay que considerar las características de cada variedad y del frío acumulado, añade Lobos. Pone el ejemplo de Serr en nogal, donde si se supera la acumulación de horas-frío, se incrementa el porcentaje del aborto de la flor pistilada, el cual puede llegar hasta el 80%. Esto se genera porque aumenta el traslape entre la floración masculina y femenina. Evidentemente el dato es relevante para estimar la cuaja y ejecutar los manejos para evitar dicha condición, comenta.

Cuando el frío todavía no se había transformado en un “bien escaso”, se aplicaba cianamida en las dosis más bajas, es decir 2% en nogal, 2,5% en cerezo y 3% vides. Hoy, dependiendo de la acumulación de frío, se realizan aplicaciones con dosis que varían: lo usual en cerezo es 3% y en uva de mesa hasta 4%, pero esos porcentajes se suben o se bajan dependiendo del frío lo acumulado. El año pasado en Limarí en nogales se aplicaron dosis altas, del orden de 4%, debido a la falta de frío; en el sur, donde en general no se da esta situación, se usan dosis bajas, del orden de 0,3%, más que nada para uniformar la brotación. En 2023 en cerezo la cifra se ubicaba alrededor del 3,5%, en uva de mesa hasta 5%. Este año en cerezo, dada la buena calidad de acumulación de frío, se recomendaban dosis bajas, de 2 a 2,5%. Por eso es importante estar atentos y revisar cada 15 días la acumulación de frio invernal según la zona donde se encuentra el huerto.

NI PERDER PRODUCTO SIN EFECTO NI APLICAR DE MÁS

“El año pasado, ante la falta de frío en buena parte de las zonas productoras, los que aplicaron al 2% en cerezo o en nogales fue como si hubieran tirado agua –grafica el profesional–. Por el contrario, si se aplican dosis altas en un año como el 2024 solo se estará perdiendo innecesariamente la parte del producto utilizada en exceso; no hay un efecto negativo, sin embargo se aumentan los costos. Sí hay un riesgo cuando se emplea cianamida en forma muy cercana a brotación, por eso la recomendación es hacerlo entre 25 y 45 días antes.

La endodormancia finaliza cuando la planta ha acumulado el 80% del requerimiento de frío invernal. A partir de ese momento interviene la variable acumulación de calor, el otro insumo que la planta necesita para brotar. Aun cuando el frío acumulado sea más que suficiente, si no se dan esas temperaturas mayores, la brotación se atrasará y será desuniforme.

REVISAR LA ESTRATEGIA DE APLICACIÓN DEL COMPENSADOR DE FRÍO

En un año como el actual en que se espera el inicio de La Niña desde septiembre, existe un mayor riesgo de heladas en primavera. En consecuencia, en nogales hay que revisar la conveniencia de aplicar tempranamente un compensador de frío o si será preferible postergarlo un poco para que las heladas no coincidan con las fases fenológicas más susceptibles de sufrir daños. No así en cerezo en Limarí ya que el negocio está en salir lo más temprano posible, por una parte, y por otra el fruto en septiembre ya va a tener un estado de desarrollo que lo hace menos susceptible a las heladas. En cerezo las heladas afectan especialmente cuando el fruto está recién cuajado, provocando abortos, es decir con temperaturas cercanas a -1,5°. En O’Higgins, en cambio, donde la floración debiera producirse a principios de septiembre, la manifestación temprana de La Niña podría traer complicaciones, en cuyo caso se debe tener preparadas las herramientas de control de heladas.

La Dirección Meteorológica pronostica que, con la Niña, las mínimas deberían ser inferiores a lo normal, pero las máximas van a estar sobre lo normal. No obstante, las temperaturas mínimas bajas harían más lenta la acumulación de días grado en las últimas semanas del invierno y los inicios de la primavera. Ante dicha situación habrá que considerar el uso de un regulador de crecimiento, ya no para suplir el frío, sino para evitar la desuniformidad de la brotación. Existen compensadores que ayudan a lograr una brotación más uniforme, los cuales se aplican una semana después de la cianamida y en algunos casos, algunos reguladores de crecimiento se aplican hasta 5 días antes de brotación, con el objetivo de uniformar los estados.

El balance de acumulación de frío y de días grado puede dar sorpresas:

“El año pasado hubo muy poco frío en Coquimbo y Valparaíso. En ese momento pensamos que íbamos a tener una brotación malísima, súper retrasada en cerezo y nogal. Aunque aplicamos cianamida hidrogenada, no llegamos ni al 60% del frío requerido por las plantas. Afortunadamente en 2023 una alta acumulación de días grados compensó el frío faltante. En esa zona el cerezo empieza a acumular días grado desde el 15 de julio en adelante, y la acumulación de grados días en ese mes fue prácticamente la acumulación que se genera en todo el invierno de un año normal. Gracias a ello la planta despertó antes y en Ovalle la cosecha de cerezo se adelantó a la semana 41, con retornos de 20 a 30 dólares por kilo a productor”.

EL CLIMA INUSUAL DE 2023 IMPACTA EN ESTA TEMPORADA

En aquellos huertos de frutales de carozo y nogal en que no se utilizó un compensador de frío invernal o en que se usaron dosis de cianamida insuficientes, se produjeron desbalances en las brotaciones, se vieron ramillas solo con frutas, ramillas solo con hojas, yemas deshidratadas, yemas que no brotaron, pérdidas superiores al 60% en algunos casos. Se pudo apreciar una gran desuniformidad, en noviembre, por ejemplo en cerezo se encontraban simultáneamente yemas hinchadas, puntas verdes, flores, frutos recién cuajados e incluso maduros. Y los fenómenos climáticos de baja en el frío, aumento de días grado y la alta radiación que ocurrieron en 2023, traerán consecuencias en 2024 debido al estrés o daño sufrido en la etapa de formación de las yemas. “El porcentaje de dardos de esta temporada es menor que una normal. Los trastornos de un año se pasan a la siguiente, recién podremos recuperar completamente los centros productivos para el próximo año”, afirma Lobos.

Con posterioridad a cualquiera de estos eventos que generan estrés se recomiendan productos foliares antiestrés, principalmente basados en algas. Pero si hubo mucha muerte de ramillas, la única forma de recuperar esos centros productivos es con poda tanto en invierno como de verano, para vigorizar nuevamente y recuperar los huertos.

El uso de fitorreguladores en el momento oportuno es la gran herramienta para manejar la salida de dormancia y lograr una mayor uniformidad. Además de los productos tradicionales, el extensionista e investigador de INIA Intihuasi recomienda a los fruticultores evaluar en sus huertos el uso de nitrato de calcio vía foliar. Luego de una aplicación inicial de cianamida hidrogenada en cerezo, en vez de una segunda aplicación del mismo producto o de compensadores, ha habido buenos resultados, y a un menor costo, utilizando en su reemplazo nitrato de calcio a los 7 días. Lo más común es una dosis al 4%, pero se debe estar atento porque, por ejemplo, en el caso de plantas sometidas a estrés puede generar alguna fitotoxicidad a nivel de yema. Cuando existe ese estrés, en lugar de nitrato de calcio es preferible usar compensadores sin calcio, de utilización después de cianamida.

Desuniformidad en cerezo. Foto de noviembre de 2023.

Con posterioridad a cualquiera de estos eventos que generan estrés se recomiendan productos foliares antiestrés, principalmente basados en algas. Pero si hubo mucha muerte de ramillas, la única forma de recuperar esos centros productivos es con poda tanto en invierno como de verano, para vigorizar nuevamente y recuperar los huertos.

El uso de fitorreguladores en el momento oportuno es la gran herramienta para manejar la salida de dormancia y lograr una mayor uniformidad. Además de los productos tradicionales, el extensionista e investigador de INIA Intihuasi recomienda a los fruticultores evaluar en sus huertos el uso de nitrato de calcio vía foliar. Luego de una aplicación inicial de cianamida hidrogenada en cerezo, en vez de una segunda aplicación del mismo producto o de compensadores, ha habido buenos resultados, y a un menor costo, utilizando en su reemplazo nitrato de calcio a los 7 días. Lo más común es una dosis al 4%, pero se debe estar atento porque, por ejemplo, en el caso de plantas sometidas a estrés puede generar alguna fitotoxicidad a nivel de yema. Cuando existe ese estrés, en lugar de nitrato de calcio es preferible usar compensadores sin calcio, de utilización después de cianamida.

Diferencia de nogales tratados con cianamida y si aplicación.

En Limarí otro instrumento que se está empleando para mejorar la dormancia o la calidad del frío acumulado, corresponde al uso de mallas raschel en cerezo. Su función es disminuir la posibilidad de que la temperatura sobrepase los 18°C, mejorando la calidad del frío. Se ponen cuando la planta comienza a acumular frío en invierno, por lo general a medidos de mayo. Se retiran una semana antes de la aplicación de cianamida hidrogenada. Además del efecto sobre la temperatura, ayudan a una brotación más uniforme, bajan la radiación, mejoran la condición de la planta y aportan a la precocidad de la cosecha. Giovanni Lobos estima que su empleo se va a ir expandiendo a zonas al norte de la región de Coquimbo donde la temperatura de invierno resulte poco favorable en términos de acumulación de frío.

Uso de mallas sombreadoras en cerezo en Ovalle para mejorar la calidad del frío invernal.

LA AMENAZA DE LA RADIACIÓN EXCESIVA SE HA VUELTO UNA CONSTANTE

Una condición donde se suma una temperatura sobre los 30°C, una humedad relativa menor a 30% y una radiación superior a 800 W por metro cuadrado, va a generar, independientemente de la especie frutal de hoja caduca, problemas de golpe de sol en el huerto. Situaciones así están ocurriendo todos los veranos, por lo tanto debemos prepararnos.

Giovanni Lobos plantea que nada supera al desarrollo foliar como protector de la fruta. Un déficit hídrico no controlado puede producir una defoliación anticipada, además de dificultad de asimilación en la fotosíntesis, problemas con la conductancia estomática y efectos perniciosos en los frutos, como es, por ejemplo, una cáscara delgada en el caso de las nueces. En consecuencia el riego resulta fundamental.

Las mallas fotoselectivas, indica Lobos, contribuyen a regular la temperatura, la radiación, la humedad relativa, el déficit de presión de vapor, y contribuyen a disminuir la demanda hídrica. Estas mallas se han usado en especies como uva de mesa, manzano y palto, además de cerezo. Sin embargo, dado el costo de las mallas, que supera los US$7.000/ha, la opción que se está haciendo más común en distintas especies o variedades de menor rentabilidad corresponde a los bloqueadores solares. Su uso, explica el especialista, debe comenzar bastante antes de los momentos de crisis:

“En nogales, por ejemplo, no voy a aplicar un bloqueador en enero. En la zona norte y centro-norte empezamos desde octubre, luego en noviembre y en diciembre. Aunque los productos proponen cinco aplicaciones por temporada, con esas tres aplicaciones suele ser suficiente. Hemos evaluado distintos bloqueadores y nuestra recomendación es preferir aquellos que generen una película contra la radiación porque son los que mejor protegen la fruta y la madera. No basta la regulación térmica, deben disminuir la radiación.

Las condiciones climáticas adversas se van a repetir con mayor frecuencia, advierte Lobos, finalmente, por lo que no podemos quedarnos pasivos. Debemos analizar las condiciones de la zona donde se encuentra el huerto para tomar las precauciones de manera de mitigar los efectos perniciosos. La tecnología actual permite saber con una semana de anticipación la ocurrencia de fenómenos como las heladas o los golpes de calor, por ejemplo. Es posible adelantarse y tomar las medidas correctas. “Lo único que no se debe hacer es no hacer nada”, concluye.

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