La del arándano peruano es una historia construida por agricultores pioneros que creyeron en un cultivo que era desconocido hace una década atrás, y que hoy es una de las principales frutas que mueve la agroexportación del país. Prueba de ello son sus cifras, pasando de exportar cerca de 2.000 toneladas en la campaña 2013/14 a las más de 228.000 toneladas de la última temporada, un año que fue calificado de ‘malo’ debido a los problemas climáticos ocasionados por el Fenómeno El Niño.

Precisamente el climático es uno de los retos que ha debido enfrentar la industria arandanera, donde las condiciones cada vez más extremas afectan el desarrollo de las plantas, sus niveles de productividad y la calidad de la fruta. Abordar este reto y otros se hacía necesario para planificar una nueva campaña, que se proyecta exitosa en cuanto a la productividad y calidad de la fruta. Por ello es que los productores se dieron cita en dos eventos que abordaron la situación actual del cultivo, los desafíos a los que se enfrenta la industria actualmente y qué alternativas hay para hacerles frente.

Fueron las ciudades de Ica y Trujillo, las anfitrionas del ‘Arándano Summit 2024’, organizado por Innovak Global y sus aliados DIDIHU, Morpho y Adama, evento que contó con la participación de más de 150 personas, en jornadas que se realizaron el pasado 18 de junio (Ica) y dos días después, en Trujillo. Se trató de un espacio donde participaron destacados asesores nacionales e internacionales como el Dr. Prometeo Sánchez, Alfredo Lira, Bruno Mancilla, Fernando Diez, Raúl Mercado y Gonzalo Allendes, quienes abordaron el manejo del cultivo en situaciones extremas de clima desde el punto de vista de estrés vegetal, cuáles son las mejores decisiones en el negocio del arándano, qué tecnologías se recomiendan en climas extremos y cómo la bioestimulación es clave para el cultivo.

Luis Gerardo Piñero, líder de desarrollo de negocios de Innovak Global para la región Andina identifica al clima como un desafío importante, pero no es el único. El recurso hídrico también asoma como un tema que debe ser tratado en los campos. “El agua es un reto importante en Perú. El arándano consume bastante agua y crecer en áreas productivas implica un mayor uso del recurso hídrico”, sostiene.

Y es que, en los últimos años, los responsables de los campos han ido aprendiendo a manejar el estrés hídrico. “Hasta hace un tiempo no teníamos más que una referencia visual para entender que la planta estaba estresada, sin embargo, hoy contamos con indicadores y métricas adecuadas que nos permiten realizar pronósticos certeros del estrés y, en segundo lugar, mantener la planta activa a pesar de esa problemática estrés”, comenta.

Para hacer un buen uso y gestión del agua es necesario contar con un suelo bien estructurado, que permita al recurso hídrico llegar de manera correcta a las raíces de las plantas. “Si tenemos un suelo compactado, se pierde mucha energía hidráulica, por decirlo de algún modo, tratando de llegar hasta la raíz. Y esa pérdida de energía significa que estamos perdiendo agua en los camellones y en las calles”. Por ello, en línea con esto, Piñero destaca el papel que entra a jugar la producción de arándanos en hidroponía y la importancia que tiene mantener una buena estructura radicular y una buena estructura en el sustrato a partir de la bioestimulación.

UN PORTAFOLIO DE PRODUCTOS PARA ENFRENTAR LOS RETOS PRODUCTIVOS DEL ARÁNDANO

Dentro del portafolio de productos de Innovak Global para el cultivo del arándano, Promesol es un acondicionador de suelos que es pieza principal para hacer un buen manejo del huerto. “Esta herramienta que tiene más de cinco décadas de historia en la empresa, ayuda a contar con una buena estructura radicular y fortalece el rendimiento de la planta ante el estrés”, explica sobre un producto con el cual la compañía está terminando de afinar la propuesta de valor para su uso en hidroponía. “No es lo mismo manejar un huerto de arándanos en suelo que en hidroponía. Y ante el uso de diferentes tipos de sustratos, es que estamos afinando las dosis, según el tipo y la mezcla de sustratos”.

Otro producto es Haddak Plus, una herramienta que previene eficazmente los efectos negativos del estrés abiótico. Se trata de un bioestimulante versátil, con capacidad preventiva y correctiva contra factores estresantes. “Hemos visto resultados muy positivos para contrarrestar estrés provocados por altas o bajas temperaturas y también aquellos ocasionados por la salinidad”, precisa Piñero. Además, es un producto que está demostrando su eficacia para disminuir las pérdidas de productividad y calidad en diferentes especies hortofrutícolas, demostrando ser de gran ayuda para el manejo de huertos de arándanos.

Concretamente en Perú fue lanzado en 2022 y hoy forma parte del ‘top-5’ de ventas de la compañía en este país.

Otra herramienta esencial para el manejo de un huerto de arándanos es Nutrisorb. Se trata de un producto que ya tiene más de 25 años en el mercado y que destaca pro promover la actividad radicular de las plantas. Se trata de un bioestimulante libre de hormonas, que  mantiene las raíces activas. “Si el cultivo está en suelo, este es como un ‘buffer’, donde lo que no toma la planta se queda capturado ahí, el suelo lo retiene y de algún modo la planta puede tomarlo. Mientras que, en hidroponía no sucede eso, por ello, debemos tratar de hacer mucho más eficaz y eficiente la nutrición, lo cual es crucial en el éxito del arándano”, explica Piñero sobre un bioestimulante que favorece el desarrollo radicular y el proceso de absorción activa de nutrientes.

BIOESTIMULACIÓN UN ALIADO QUE VA DE LA MANO DE LA GENÉTICA

La máxima de los bioestimulantes es optimizar recursos, como la nutrición o el uso de agua, aunque siempre con el desafío de demostrar dichos beneficios en el mismo campo. Y a eso ha dedicado sus esfuerzos Innovak Global. La empresa mexicana es un referente en estudios de raíz y desarrollo de bioestimulantes y siempre busca que sus clientes obtengan el mayor provecho económico en su cultivo. Pero esto, de acuerdo con el líder de desarrollo de negocios de Innovak debe ir de la mano de una buena genética.

“Anteriormente se tenía pensado que la bioestimulación era un compensador, una especie de corrector, de ‘cura para los enfermos’, pero la industria del arándano en Perú no está enferma, al contrario, es un ‘atleta de alto rendimiento’ y lo que busca es que lo hagan producir más y alcanzar su máximo potencial genético”, subraya el especialista de Innovak Global y añade que, si bien hay variedades que son muy productivas por su misma genética, se busca también la incorporación de bioestimulantes en su manejo para potencializar dicha expresión genética y lograr que el productor obtenga una mayor producción por planta y que esta sea de mejor calidad. “Definitivamente la bioestimulación suma, no corrige”, recalca Piñero.

Y es que, si bien la bioestimulación para muchos aún ocupa un rol secundario en los paquetes tecnológicos, según Piñero, la percepción de la bioestimulación como un corrector sí ha ido cambiando. Y en esto, no solo ha incidido el alto costo de los fertilizantes, sino también los cambios extremos de temperatura. “Al inicio de 2023 las temperaturas altas paralizaron las plantas, y los productores se dieron cuenta en sus campos que la bioestimulación no era un compensador, sino algo que sumaba directamente al negocio”, explica Piñero y destaca que estos productos no solo permiten tener una planta activa y resistente al estrés, sino que, además, permiten tener una estructura de suelo y una estructura radicular fortalecida.

“Hoy los productores saben que el estrés es una limitante productiva y la bioestimulación es una herramienta para evitar esta limitación en un cultivo tan de alto rendimiento como el arándano”, finaliza.

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