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Productores y gremios ya piensan en los desafíos de la puesta en marcha del protocolo

‘Systems Approach’, el nuevo escenario de la uva de mesa

Si bien el protocolo permitirá mejorar la calidad y condición de la fruta producida en Atacama, Coquimbo y Valparaíso en EE UU -impulsando su competitividad-, diversos actores de la industria señalan a Redagrícola que aún queda mucho por hacer, invertir y adaptarse para lograr la implementación efectiva del sistema.

24 de Julio 2024 Equipo Redagrícola
‘Systems Approach’, el nuevo escenario de la uva de mesa

Tras más de 20 años de negociaciones, finalmente se confirmó la implementación del protocolo ‘Systems Approach’, iniciativa permitirá la exportación de uva de mesa a EE UU sin fumigación con bromuro de metilo en destino, siempre y cuando se cumpla con algunos requisitos fitosanitarios.

¿Por qué es importante? En 2023, las exportaciones chilenas de uva sumaron US$905 millones, arribando a 72 destinos en el mundo. De ellas, casi el 50% de los envíos tuvieron como destino EE UU, fruta que consiguió un valor total de US$431 millones.

Este nuevo acuerdo permitiría mejorar la competitividad de la uva de las regiones de Atacama, Coquimbo y parte de Valparaíso en el mercado norteamericano. El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, señalaba al respecto que se podría aumentar el valor comercial “entre 40% y 45%, lo que es muy significativo en momentos en que la economía se reactiva y necesitamos recuperar empleos a partir de regiones del centro norte”.

Desde los gremios también destacaron la aprobación de este acuerdo. El presidente de Frutas de Chile, Iván Marambio, calificaba la aprobación del ‘Systems Approach’ como el hecho histórico más importante para la uva de mesa.

“Esto significa mejorar nuestra competitividad y acercarnos al consumidor de una manera diferente a como lo veníamos haciendo, ya que Estados Unidos es nuestro principal mercado y con esto tenemos la posibilidad de llegar a que un 60% de las uvas que Chile exporta al mundo no tenga fumigación”, indicaba.

El presidente de Fedefruta, Víctor Catán, sostenía que “es muy beneficioso para los productores de uva de mesa, porque se empareja una cancha que estaba dispareja desde hace muchos años y que no nos permitía competir en igualdad con otros oferentes”.

DESPUÉS DE LOS ABRAZOS, LOS DESAFÍOS

La alegría y recepción positiva de la aprobación de este acuerdo fue transversal, aún a la espera de que se apruebe en el Congreso de Chile y que el servicio sanitario de EE UU comparta sus requerimientos. Sin embargo, el camino no sería simple e implicaría una serie de desafíos para que la uva de mesa pueda llegar a EE UU sin fumigación.

De hecho, María Inés Figari, presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte, señala que, una vez aprobado el acuerdo, ahora viene una etapa de “informar a los agricultores para ver cuáles son los caminos que tienen que tomar, para no equivocarse, algo que además calza con esta nueva etapa que estamos partiendo con la poda, para que vayan conociéndolo y, por qué no, comenzar de inmediato para que el ‘Systems Approach’ sea un éxito”.

Al respecto, César Espinosa, asesor internacional, especialista en uva de mesa, señala que el principal desafío es que se cumplan todas las medidas de mitigación en origen, como son los registros y muestreos en los sitios de producción, la implementación de las medidas físicas de aislamiento en los centros de embalaje, tanto para
Brevipalpus chilensis y Lobesia botrana, que son las plagas cuarentenarias que hay que controlar para cumplir con el acuerdo.

“Hay un todo un desafío logístico que hay que llevar a la práctica, y tenemos que enfrentarlo de la manera más didáctica posible con los productores. Debemos informarles qué significa tener el ‘Systems Approach’ y estas medidas de mitigación que se buscan para reemplazar la fumigación con bromuro de metilo”, adelanta Espinosa, subrayando que esto debe ser abordado “con rapidez y con claridad hacia los productores”.

Destaca que “tendrá que haber una inversión de por medio, en los packing y en los campos, donde habrá que separar los cuarteles y eso implica horas hombre que destinar dentro de los predios para registrar todo lo
que se haga en estos cuarteles”.

Espinoza apunta también a que en las instalaciones de empaque habrá que instalar mallas antiáfidos, “por lo tanto ahí hay una inversión, de acuerdo a las dimensiones, y eso también implicará costos importantes, así como también logísticos, porque en los frigoríficos también tendrá que haber separación de la fruta con ‘Systems Approach’ y sin este acuerdo”.

Óscar Salgado, asesor internacional de uva de mesa, afirma que, “esto es una muy buena noticia, pero no es tirar y abrazarse”, añadiendo que permitirá que la uva chilena sea más competitiva, en términos de condición de la fruta.

Sin embargo, sostiene que, si bien no se tendrá el costo de fumigar en destino, sí se encarecerá la operación en Chile, de la uva que sea enviada bajo ‘Systems Approach’, que será entre un 20% y 30% del total, según Salgado.

Sobre las futuras inversiones, Salgado pronostica que estas podrían estar en las cámaras de frío y en las mismas líneas de proceso en los packings. “Como habrá que separar los lotes, se estima que tanto las cámaras como las líneas de proceso perderán eficiencia de uso. Eso hará que se pierda hasta un 20% de capacidad en la línea y en las cámaras. No es un tema menor”, advierte el especialista.

FUMIGAR EN ORIGEN

El anuncio del ‘Systems Approach’ también implica nuevas responsabilidades. Rodrigo Susaeta, presidente APECO y productor en la región de Atacama, comenta que “la fruta que se envíe a inspección y no califique para el ‘Systems Approach’, va a tener que ser fumigada en origen. Por lo tanto, debemos ser cuidadosos. Este año sí va a salir fruta bajo el futuro protocolo, pero probablemente el volumen será aún pequeño y se irá incrementando poco a poco”.

El problema de esto, de acuerdo a Óscar Salgado, es que prácticamente ya no quedan cámaras de fumigación en Chile. A eso se suma que habrá que construir o gestionar centros de inspección donde habrá que llevar las muestras.

Pese a esto, Susaeta señala que la oportunidad de tener fruta que no esté fumigada “va a tener una gran ventaja, porque va a poder aguantar en las bodegas más tiempo, esperando mejores condiciones comerciales y también porque es más apetecida por muchos clientes que hoy día no quieren recibir fruta fumigada. Creo que tendrá un efecto comercial relevante”.

Y es que el bromuro de metilo también tiene un efecto en el escobajo de la uva. De hecho, de acuerdo a Óscar Salgado, las nuevas variedades de uva de mesa, son las que, según reportes, se ven más afectadas. “La literatura dice que el escobajo respira hasta 50 veces más que la baya en variedades nuevas, y por ello son mucho más susceptibles a tener problemas como deshidratación y pardeamiento enzimático”.

Pablo Bozzo, del grupo Gioia, con sede en Aconcagua, sostiene también que “la fumigación con bromuro de metilo es muy dura para la poscosecha de la uva de mesa, por el quiebre de temperatura que implica. El producto químico afecta la respiración de la fruta y los tiempos que se requieren para realizar el proceso de fumigación pueden tomar varios días a temperatura ambiente para la fruta. Saltarse ese proceso genera optimismo, sin lugar a dudas”.

Óscar Salgado, eso sí, advierte que se deberá ser muy disciplinado porque habrá un registro de los lotes presentados y de aquellos rechazados. Entonces, si aumentan mucho los rechazos, las condiciones podrían cambiar. “Por eso hay que tratar de reducir al máximo los rechazos”, añadiendo que “cada región y cada asociación va a tener que ponerse bien de acuerdo con el protocolo, para no ‘chacrear’ el sistema”.

EXPERIENCIA CON CÍTRICOS

Bozzo también se muestra optimista con la puesta en marcha de este acuerdo, pero también señala que habrá desafíos en su implementación. “Tenemos que ver qué tan fácil y operativo será para los huertos de estas regiones pasar al muestreo de campo y luego el muestreo del USDA de cada lote embarcado, con prácticamente cero tolerancia de insectos en el muestreo previo al despacho de la fruta”, dice este productor que ya ha tenido experiencia con ‘Systems Approach’ en cítricos, por lo que ve este ingreso de la uva al sistema con optimismo.

“El protocolo genera todo un desafío para productores y exportadores, y la experiencia que conozco en cítricos ha terminado siendo exitosa, pero implica que debemos invertir para llegar a desarrollar en su totalidad esta oportunidad de nuevo protocolo fitosanitario”.

De hecho, señala que en el caso de naranjas, muchas veces aplican fosfina “como mitigación propia para asegurarse de pasar los muestreos ante el SAG y del USDA”.

TRABAJAR EN CONJUNTO, UNA PRIORIDAD

El centro de entomología aplicada Biocea está trabajando desde 2020 con agricultores de la región de Valparaíso, específicamente Aconcagua, a través de iniciativas como grupos de transferencia tecnológica (GTT), para concientizar sobre el control de estas plagas y los manejos para realizarlo.

Ante la aprobación del ‘Systems Approach’, el centro también comenzará a brindar charlas informativas sobre el control de Lobesia botrana y Brevipalpus chilensis en la región de Coquimbo, gracias a la gestión de la Sociedad Agrícola del Norte.

Pilar Larral, investigadora y socia fundadora de Biocea, señala al respecto que “hay mucho trabajo que hacer, porque hay que manejar dos plagas que, de cierta manera, no eran una preocupación hasta ahora”.

Si bien trabajan desde hace algunos años en la difusión de prácticas y manejos para los productores de Aconcagua, llevan más de una década estudiando estas plagas, evaluando programas de manejo, realizando ensayos con pesticidas y sus diferentes momentos de aplicación; lo que los ha llevado a estudiar la fenología y comportamiento de las plagas en el valle.

“Sabemos cuándo y en qué estadíos está la plaga (Brevipalpus), que en invierno están bajo el ritidomo, en primavera están en la yema y en los brotes, o cuándo se suben al racimo. En este caso hay un desafío de manejo de una plaga que no estaba siendo manejada, y que tiene que llegar a cero detección a la cosecha”, destacando su prevalencia principalmente en las regiones de Atacama y Coquimbo.

En el caso de Lobesia, la situación sería opuesta, ya que esta polilla se adapta menos a las condiciones desérticas y sí encuentra mejores condiciones en la región de Valparaíso.

Cabe destacar que bajo el ‘Systems Approach’, cuando hay una captura, se intensifica el muestreo y si encuentran una segunda polilla adulta, se declara un brote y se genera un radio de 500 metros donde obligatoriamente hay que controlar, pero además se genera un área de tres kilómetros desde el punto de la captura, y esos tres kilómetros quedan como área reglamentada que no puede exportar.

“Si se detecta la polilla y se genera esta área reglamentada, deben pasar al menos seis ciclos de polilla (son tres ciclos al año), que en el fondo son dos años, para que puedas volver a optar al protocolo”, explica Larral, añadiendo que luego de un año sin detecciones, recién otorgan el permiso para postular nuevamente.

En el caso de Lobesia Botrana, y de acuerdo a la especialista de Biocea, la clave está en el trabajo en conjunto entre productores y asociaciones, porque “tú afectas al vecino y el vecino te afecta a tí. Y no solamente el vecino, sino que también la familia que vive cerca y tiene un parrón, así como también la gente que tiene pasas y seca fruta.

Es decir, es toda la comunidad, es un problema del conjunto”, subrayando que un solo foco de Lobesia puede afectar 2.800 hectáreas, mientras que Brevipalpus solo afecta a cada productor.

Respecto a los costos para controlar estas plagas, Larral señala que si el proceso productivo se acompaña con investigación y con el conocimiento de las plagas, “no debería ser mucho mayor el costo, porque no se trata de ponerse a aplicar de forma indiscriminada, se trata de determinar cuáles son los momentos en la en las cuales la plaga está más susceptible -en el caso de la arañita-, y hacer las menos aplicaciones posibles”, concluye.

 
NO TODOS QUIEREN ENVIAR SU FRUTA A EE UU

Mario Carvajal es productor de uva de mesa en las regiones de Atacama y Coquimbo. A diferencia de otros productores, su empresa participa muy poco en EE UU, concentrándose más bien en Asia, debido a que han tenido una mejor experiencia comercial y porque lo consideran un mercado más transparente.

“EE UU es una alternativa, pero no es nuestra prioridad”, afirma. Actualmente envían su fruta vía aérea a China y otros mercados de Asia. Pese a esto, señala que van a estar atentos a los protocolos que se establezcan con el ‘Systems Approach’, “por la oportunidad de vender fruta fresca y sin bromuro al mercado norteamericano”. “Nosotros estamos trabajando para eso, hemos colocado variedades que para EE UU son bastante atractivas, pensando siempre en tener aperturas de mercado”, añadiendo que ya cuentan con un programa fitosanitario para controlar a Brevipalpus chilensis y que, debido a las condiciones de la zona, no tienen presión por Lobesia botrana, por lo que no tendrían problemas para acceder al protocolo del ‘Systems Approach’.

DESAFIOS DE POSCOSECHA

El Dr. Luis Luchsinger, experto en poscosecha, afirma que la aprobación del ‘Systems Approach’ es un gran logro, pero advierte que esto no significa desatender problemas latentes en la producción local: “Hay desafíos que aún están pendientes. Si alguien piensa que con este significativo y valioso logro se solucionan los problemas actuales de la uva de mesa, está muy equivocado”.

El experto apunta a que “las nuevas variedades cambiaron drásticamente la forma en que debemos manejar la uva de mesa”. Y dice que, como industria, técnicamente se deben emular los manejos de la cereza y arándanos. “Es decir, cosechar y trasladar la fruta inmediatamente (no juntarla y esperar); enfriar las cajas cosecheras lo antes y más rápidamente posible; embalarlas a temperaturas bajas (ideal 14°C a 16°C); bajar el porcentaje de área ventilada en la bolsa de la caja (máximo 0,3%) para evitar la pérdida de peso o deshidratación en su tránsito y almacenaje; y utilizar túneles de enfriamiento rápido, para bajar la deshidratación, ahorrar energía y ser más
eficientes con el uso de la infraestructura, lo que se traduce en que esta última etapa sea más barata”.

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