Benjamín Battistoni*, Julia Pinto**, Víctor Escalona*. *Centro de Estudios Postcosecha (CEPOC), Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de Chile. vescalona@uchile.cl, www.cepoc.cl. **Comité de Arándanos de Chile (ASOEX). Debido a la enorme competencia que existe en la exportación de fruta fresca a mercados internacionales, éstos se han vuelto cada vez más exigentes y restrictivos. En los últimos años, nuevos países han ingresado al mercado internacional de arándanos frescos, aumentado sus producciones todos los años. Importantes son los casos de Perú, México y Marruecos por citar algunos. A su vez, el consumidor conocedor de las características sensoriales y atributos nutricionales de los arándanos busca frutas sanas, frescas y con mínimos residuos de pesticidas, exigiendo cada vez más que sean conservados y transportados empleando tecnologías amistosas con el medio ambiente. Todas estas exigencias se vuelven aún más restrictivas en el actual contexto mundial donde la inocuidad de los alimentos debe ser garantizada en todo momento. Es por tanto que la búsqueda de nuevas herramientas tecnológicas que permitan mantener la calidad sensorial de las frutas evitando podredumbres y deterioros se vuelve fundamental, en particular para Chile que exporta su fruta a todos los rincones del globo. Nuestro país se ha posicionado como uno de los mayores productores y exportadores de arándanos frescos del mundo siendo sus principales mercados Estados Unidos / Canadá, Europa y en el último tiempo Asia, particularmente China. Los arándanos chilenos siempre se han caracterizado por presentar una buena calidad desde el campo, la cual se busca mantener hasta la llegada al consumidor final. En este contexto se deben buscar tecnologías que permitan superar las 4 semanas de almacenamiento y transporte para mantener el mercado y aumentar las exportaciones a través del transporte marítimo refrigerado. Visita el sitio web Por lo tanto, resulta fundamental para la industria exportadora nacional, buscar y evaluar nuevas variedades con características sensoriales atractivas y con un potencial de vida postcosecha de al menos de 28 días empleando tecnologías básicas como la refrigeración y bolsas perforadas de alta humedad relativa. Una vez finalizado este periodo, la fruta debe mantener sus atributos organolépticos como firmeza, color, baja deshidratación y presencia de pudriciones. Basado en los antecedentes antes mencionados, se realizó un estudio cuyo objetivo fue evaluar el potencial de postcosecha de nuevas variedades de arándanos frente a otras tradicionales, con el propósito de buscar alternativas de recambio varietal para la industria exportadora de Chile. Ensayo de postcosecha Se evaluaron 10 variedades: Susy Blue, Emerald, Legacy (tradicional), Duke (tradicional), Ventura, Blue Ribbon, Draper, Cargo, Top Shelf y Liberty (Cuadro 1). Los arándanos cosechados fueron seleccionados en una línea de proceso, envasados en clamshells de 125 g y embalados en cajas con bolsa perforada de 0,9% de área ventilada. Los arándanos no fueron gasificados ni se les colocó generadores de SO2 dentro de la bolsa durante su conservación. Los arándanos fueron almacenados y evaluados en el Centro de Estudios Postcosecha (CEPOC) de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile. Se dispuso de 12 cajas de arándanos con 12 clamshell cada una. Se utilizaron 4 cajas para hacer la evaluación de la calidad inicial (S0) de los frutos (la evaluación se realizó el día siguiente de la llegada de los arándanos). Las 8 cajas restantes fueron almacenadas por 28 (S1) y 35 (S2) días a 0°C más 2 días a 5°C, seguido de 2 días a 10°C (Figura 1). Durante el periodo de almacenamiento y los periodos a 5 y 10°C la fruta se mantuvo dentro de las bolsas. Se realizó un diseño completamente aleatorizado, donde el factor evaluado correspondió a la variedad. Para el análisis de datos se realizó un análisis de varianza (ANDEVA) mediante el software estadístico InfoStat. Para encontrar diferencias entre los tratamientos aplicados, se realizó una prueba de comparaciones múltiples de LSD Fisher con un nivel de significancia del 5%. Finalizado los periodos de almacenamiento, se analizaron: la tasa respiratoria mediante un sistema estático empleando un analizador de gases portátil (Dansensor, Check Point) en fruta almacenada a 0°C, los días 5 y 10 desde la llegada al CEPOC. La pérdida de peso se calculó a través de la diferencia de peso inicial con el día de la evaluación, empleando una balanza electrónica (Ohaus, SC 6010). Los resultados se expresaron en porcentaje de pérdida de peso. La deshidratación se evaluó visualmente en frutos por clamshell mediante la escala de deshidratación descrita en la Figura 2. Las evaluaciones se llevaron a cabo luego de cada periodo de evaluación. Los resultados se expresaron en porcentaje de frutos por envase. La medición de firmeza se realizó con un analizador de textura (TA.TX express) utilizando un plato que evaluó la resistencia del arándano a una compresión de 1 mm a 1 mm s-1. Se determinó la relación SST/AT, donde los sólidos solubles totales (SST) y acidez titulable (AT) se midieron sobre muestras de jugo con un refractómetro termocompensado y por titulación con NaOH, respectivamente. La presencia de micelio se determinó pesando los frutos afectados y expresando el resultado como porcentaje de micelio en relación con el total de fruta analizada. De la misma forma se evaluó la cantidad de fruta con colapso. RESULTADOS Tasa respiratoria. Las 10 variedades presentaron valores similares entre ellas y variaron entre 3,0 a 10,1 mg CO2 kg-1 h-1, los cuales fueron considerados como valores bajos de respiración. Pérdida de peso. Durante la S1 la variedad V presentó la mayor pérdida con 2,5%, seguida de C, DK, DP y EM con valores entre 1,8 y 2,1%. Las variedades BR, L, LB y TS registraron pérdidas entre 1,5 a 1,6%. La menor pérdida fue observada en SB con un valor de 0,8% (Figura 3). En la S2, BR y V se presentaron las mayores pérdidas con valores entre 3,4 y 3,8%. Las variedades LB y TS registraron 2,5 %, mientras que C, DK, DP, EM y L se mantuvieron entre 1,9 y 2,4%. Estos valores se consideran bajos tras un almacenamiento de 35 días más un periodo de comercialización y se deben a las condiciones de