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Los ensayos detrás de un cultivo rentable

Historias empresariales: érase una vez un cerezo en Perú

La fórmula para un manejo agrícola que arroje una cereza peruana competitiva en los mercados internacionales es una historia que se viene escribiendo desde hace poco menos de una década. En la costa y sierra del país, grandes y medianas empresas vienen realizando diferentes ensayos, combinando distintas variedades y patrones a la espera de encontrar las combinaciones idóneas. El resultado aún no es satisfactorio, pero todo indica que es cuestión de tiempo para llegar a la meta. En las siguientes líneas se presentan algunas experiencias de empresas que comparten sus avances y también retrocesos en la domesticación local de este cultivo.

30 de Julio 2024 Marienella Ortiz
Historias empresariales: érase una vez un cerezo en Perú

Los precios bastante apetecibles serían los que mantienen a las diferentes empresas peruanas con la mira bien puesta en el cerezo. La sensación del fracaso, como en gran parte de los inicios de la historia agrícola, no los espanta y ya van varios años detrás de la búsqueda de la domesticación del cultivo. El principal obstáculo es el genético, debido a las variedades utilizadas hasta la fecha con demanda de frío por encima de las 400 horas, como mínimo. Algunas empresas han preferido explorar en la costa, otras en las sierra; por último, la mayoría en ambas zonas. Todo indica que el proceso de adaptabilidad no culmina, pero hay expectativa en los avances de la genética con variedades que demandan menos horas de frío y que estarían ingresando en menos de un año a los campos peruanos para los respectivos ensayos.

“El caqui requiere 200 horas de frío y se viene produciendo bien en el país. Eso nos da esperanza sobre la nueva genética que comenzaron a ofrecerse a los fundos”, comenta Gabriela Mercedes Crespo, responsable de investigación y desarrollo de nuevos productos en Agualima, empresa que desarrolla sus ensayos en Trujillo y que evalúa explorar con las nuevas variedades que aparecieron en el mercado.

¿En qué situación se encuentran los avances en el país? Mercedes Crespo evalúa que aún nos encontramos en el proceso de adaptabilidad a nivel de parcelas experimentales: experiencia en manejo, validación de variedades y patrones, porcentaje de cuajado, entre otros procesos en campo. Más lejos aún se encontrarían las pruebas de escalamiento comercial. De acuerdo a los reportes de Fresh Fruit, por el momento, ninguna de las empresas que lleva la delantera en sus avances exploratorios, muchos de ellos en un velo de secretismo, habrían enviado muestras comerciales a algún país comprador de este exquisito fruto, en especial, muy apreciado en China.

Gabriela Mercedes Crespo, responsable de investigación y desarrollo de nuevos productos en Agualima.

Durante los últimos años, los ensayos se han centrado en variedades que fueron importadas por los viveros y ofrecidas a los productores locales, entre ellas figuran Lapins, Brooks, Santina y Sweetheart, con portainjertos como Colt, Maxma 14 y Maxma 60 que han sido identificados como los mejores para nuestras condiciones de clima y suelos. Los ‘breeders’ y programas genéticos han anunciado a las empresas sobre otras posibilidades de variedades con menores demandas de frío. Allí están la familia de variedades Royal del programa de mejoramiento genético (PMG) de Zeiger, que estarían más avanzados en el proceso de propagación de su material genético (ver información en recuadro).

En cuanto a los ensayos de los fundos y sus avances, se ha logrado establecer una fenología general del cultivo. Entre enero a abril se tendrá el crecimiento de las plantas, la formación de los dardos, la diferenciación de las yemas; a partir de agosto se lograría la floración, el cuajado, el amarre y crecimiento de frutos. Las cosechas, al parecer, variarían según la zona geográfica. Para la sierra sería en noviembre y diciembre, mientras que en la costa se han visto cosechas entre diciembre y enero. Esta fenología aún no establece diferencias, según las variedades. Si se observa a nivel geográfico, en la costa los árboles crecen bastante bien, aunque la producción de fruta presenta problemas. Igualmente, aunque el cerezo florece mucho mejor en la sierra, el cuajado es complicado debido a la muy baja humedad relativa.

“La costa de Perú es muy cálida, pero es cálida todo el tiempo, no tiene frío, pero tiene la humedad suficiente para asegurar una cuaja. La sierra tiene condiciones de frío también adecuadas, pero primaveras más secas y más cálidas que pueden afectar también la cuaja. Para que madure la fruta, se necesita una oscilación térmica de 15°C en la época de maduración de la fruta.

En todo caso, que haya una oscilación térmica fuerte de unos 5°C a 8°C en las mañanas a 20°C a 25°C en las tardes, para que también haya acumulación de azúcares y después pigmentación de las paredes de la cutícula que te permitan tener el rojo que se necesitaba exportar. Por eso, no les está siendo fácil obtener resultados”, explica el productor chileno y especialista en cerezos, Jorge Astudillo, quien ha sido el promotor de la cereza temprana en Ovalle, región de Coquimbo, en Chile.

Jorge Astudillo, gerente de empresas y asesor en cerezos.

De hecho, esta zona del planeta ‘pelea’ mano a mano con Mendoza, en Argentina, como la zona más temprana de producción en el hemisferio sur.
La meta final de los productores peruanos es lograr un fruto que tenga un color uniforme (rojo caoba), de un brix mayor a 17 y con calibres uniformes mayores a 28 mm. Aunque aún no se tiene claro cuándo se alcanzará esta meta, todos los actores y asesores de campo consideran que es solo cuestión de tiempo que Perú ingrese al juego comercial de cerezos.

PRUEBAS EN LA SIERRA

Las principales empresas que vienen explorando el cultivo en la zona andina son Camposol, Complejo Agroindustrial Beta, Proagro, Agrokasa y otras. El mayor problema al que se enfrentan los fundos que han llevado sus ensayos a zonas andinas es que en el año suelen sumarse más de 1.000 horas frío, lo que implica un desafío, porque realmente el cerezo no necesita tanto frío.

Debido a que las temperaturas bajas solo son efectivas en el cultivo entre mayo y julio, se viene experimentando con la instalación de macrotúneles en determinados momentos fenológicos, lo que implica una mayor inversión. Otro inconveniente es que no se cuenta con la humedad relativa por encima del 50% que requiere el cultivo, debido a su lejanía con el mar peruano.

Gran parte de los ensayos del país se focalizaron en los últimos años en Jauja (Junín), por considerarse que tiene un clima más templado, en especial, con la variedad Santina. Una de las empresas que vienen haciendo una apuesta fuerte con sus investigaciones es Camposol que, tras escoger entre 43 zonas de Cajamarca, Áncash, Junín, Ayacucho y Arequipa, ubicó en el 2020 su parcela en el Fundo San Juan Yanamuclo del Instituto Regional de Desarrollo (IRD) Sierra, ubicado en la provincia de Jauja, que pertenecen a la Universidad Nacional Agraria La Molina (Unalm), según se difundió en la Semana de la Investigación de la Unalm 2022. Para ese entonces, la empresa venía experimentando con macrotúneles y otras coberturas, pues no es lo mismo hacerle frente a horas frío que a una helada que puede dañar la calidad de la fruta.

El especialista en cerezos, Jorge Astudillo, comenta que, en este escenario de factores ambientales limitantes, Perú tendrá que invertir más en tecnología. “Eventualmente, tendrían que invertir en mallas negras, mallas de sombra, sistema de humidificación en la sierra para contrarrestar la ausencia de la influencia del mar. Hay que tomar en cuenta que incluso las variedades nuevas necesitan un mínimo de frío”, refiere.

Otra experiencia en Los Andes es la de Proagro, que empezó en marzo del 2020 sus ensayos en La Campiña de Arequipa (situada a 2.300 msnm), con 350 horas frío promedio acumuladas al año, algo más templado. Carlos Téllez, gerente de operaciones de la empresa, cuenta que tomó nota del poco avance en algunos ensayos de cerezos en la zona de La Joya, también en Arequipa, pero más cercana al mar. Por ello, decidió que los ensayos de Proagro se realicen en La Campiña con menores temperaturas para que se produzca una mejor floración y cuaje.

Carlos Tellez, gerente de operaciones de Proagro.

Las variedades con las que empezaron a trabajar fueron Lapins, Brooks, Santina, Sweetheart, Skeena y Regina, sobre patrones o portainjertos Maxma 14 y Colt (todas las variedades se están probando sobre ambos patrones). “¿Por qué escogimos esas variedades? Simplemente, quisimos probar todas las variedades que teníamos al alcance en ese momento. En especial, estábamos interesados en Lapins, pues, entre todas las convencionales, es la que requiere menos horas frío”, señala.

Las mayores limitantes que han encontrado en la zona, explica, han sido la baja humedad relativa y la alta radiación. Señala que recién comenzarán a hacer los ensayos que sean necesarios para enfrentar ambas situaciones, entre ellos el uso de mallas. “Recuerda que el año pasado hubo el fenómeno de El Niño y, si bien en la zona sur -específicamente en Arequipa-, no fue tan impactada, igual hemos tenido algo más de temperatura en época de invierno, entonces, la acumulación de horas frío no ha sido la esperada. Por lo tanto, solo mantuvimos el cultivo, pero no hicimos muchas inversiones y este año estamos retomando los ensayos”, explica.

En el caso específico de la falta de humedad, comenta que investigarán sobre el uso de nebulizadores debajo de las mallas, como han observado que se utilizan en Chile y en España, para incrementar la humedad relativa en los momentos críticos que lo requiere la cereza. “Es una estructura, como un sistema de riego aéreo con boquillas nebulizadoras que, según el tiempo y frecuencia programada, emiten microgotas a la planta. La idea es provocar gotas minúsculas que estén en el aire, incrementando la humedad relativa”, explica.

También dice que esto se utilizaría en la fase de polinización si no la escasez de humedad relativa afectará el crecimiento del tubo polínico y, con ello, la viabilidad del polen. “Puede que tengas una fecundación en las flores, pero no en el nivel que se requiera de no haber mucho polen”, agrega. Al haber cumplido las plantas los tres años, Tellez dice que se espera para este año una floración y fructificación en las distintas variedades en ensayo, de tal manera que se obtenga una cosecha entre octubre y noviembre.

“Este año vamos a poder seleccionar qué variedades aún nos ofrecen un potencial para seguir investigando. Seguramente, vamos a descartar por lo menos la mitad de las variedades, de tal manera que nos quedemos con tres o dos. Eso lo evaluaremos al final de la campaña”, explica.

PRUEBAS EN COSTA

Las ventajas de producir en la costa es el menor costo de inversión, mayor maniobrabilidad poscosecha y la cercanía a los operadores logísticos para exportar la fruta. Mientras que en la sierra, la inversión de una hectárea puede superar los US$80.000 por el uso de coberturas contra las lluvias y heladas, en la costa llega hasta US$35.000, comenta Mercedes Crespo de Agualima.

Al problema de acumulación de horas frío, también se suman las radiaciones altas y las temperaturas altas durante la etapa de verano, cuando debería haber formación de dardos, donde se forman las yemas florales. Sin embargo, la especialista indica que en esos periodos las plantas crecen más, se vuelven más vigorosas. En respuesta a la radiación, comenta que se viene probando con el uso de bloqueadores solares.

En la costa, Mercedes Crespo menciona que ha podido constatar en otros fundos que la variedad Lapins es la única que, hasta el momento, ha dado
frutos, pero aún pequeños, de unos 22 mm por planta, lo que aún no se acerca a los estándares comerciales. “La Brooks también llega a florecer, sin embargo, la cuaja se ve afectada y hay caída de fruta. Sin embargo, vi en Chincha unas plantas del programa de Zaiger, de cuatro años, con dardos formados”, comenta.

Asimismo, explica que Agualima continuará con sus ensayos y esperan acceder a nuevo material genético que requiere menos hora de frio. Por el momento, prefieren seguir en la costa por las limitantes en las zonas andinas. “He visto que tanto en Áncash como en el Valle Mantaro, las condiciones para el cultivo son muy buenas por la acumulación de horas frío, pero hay otras limitantes relacionadas al porcentaje de humedad relativa que durante floración solo es del 30%. Esto evita que haya cuajado, porque se secan muy rápido los pistilos, y las lluvias en plenos meses de octubre y noviembre también afectan al fruto y hace que se parta”, comenta.

En todo caso, comenta que algunas empresas vienen utilizando un inhibidor del etileno para que el estigma de la flor esté receptivo durante más tiempo. “Mientras más momentos está receptiva la flor, habrá mayor posibilidad de incrementar el porcentaje de cuajado”, menciona.

Karen Sagredo, asesora internacional de cerezos.

NUEVA GENÉTICA

En cuanto a la nueva genética, Mercedes Crespo refiere que, en la mayoría de los casos, viveros locales han comenzado el proceso de multiplicación
 del nuevo material de cerezos, proveniente de ´breeders´ y programas genéticos, para la venta de plantas. Según indica, algunas de estas anuncian variedades con poco más de 200 horas de requerimiento de frío, cuando las actuales están por encima de las 400 o 500 horas.

En este caso, menciona a Agrogénesis que tiene variedades de Bloom Fresh, vivero El Tambo en alianza con ANA de Chile (Asociado con la universidad de Bolonia, Italia), el vivero Perufrut con Agromillora, entre otras. Cada una con una oferta diferente, pero se espera que el próximo año comiencen a ofrecer plantas de cerezo. Hay algunas variedades que no son autofértiles, lo que aparentemente podría generar algunas limitantes en el cultivo, porque requieren de polinizantes. Sin embargo, Mercedes Crespo señala que la invitaron a visitar una parcela demostrativa en Chincha con este tipo de plantas de Perufrut, que trabaja con variedades de Zaiger y portainjertos de Agromillora, y se quedó sorprendida al ver plantas con dardos. Incluso, el encargado del campo le comentó que el año pasado, segundo año de crecimiento, había producido cada planta 50 frutos.

Por su parte, Carlos Tellez cuenta que el año pasado estuvo visitando campos de cerezos en España. En este país, pudo observar distintas variedades con menores horas de requerimiento de frío de Bloom Fresh y de la Universidad de Bolonia. De ambas, refiere que tienen todo el interés de trabajar con algunas variedades observadas y están en tratativas para acceder al material genético.

Karen Sagredo, asesora internacional de cultivos de cerezo, resalta que, en efecto, sería más fácil la adaptación del cultivo si contamos con variedades de menores requisitos de frío que permitan ampliar las zonas geográficas para los ensayos. “En general, me atrevería a sugerir que sean variedades idealmente auto fértiles, pero si no lo son, no es excluyente. A lo que se debe apuntar es que sean variedades de buen rendimiento, porque vamos a tener limitaciones de frío. Si a eso le sumamos que son variedades que cuajan poco, va a ser negativo para el negocio”, propone.

SOBRE LA VENTANA COMERCIAL

La asesora internacional Karen Sagredo comenta que la primera vez que visitó Perú para conocer los primeros ensayos de cerezos fue entre 2017 y 2018, debido a una gira que organizó el vivero chileno Requinoa en varios puntos de la costa peruana. Allí participó junto con el asesor Federico Beltrán en la visita de los ensayos de las variedades y portainjertos. En ese entonces, recuerda que el vivero Los Viñedos también realizaba pruebas en Arequipa. En los últimos años, destaca que muchos más fundos se han sumado a la búsqueda del algoritmo detrás de la producción comercial de esta fruta.

El objetivo no solo es lograr una fruta de calidad y condición para su exportación en fresco. Todos vienen apuntando a salir a los mercados en octubre, mejor dicho, un poco antes que Chile, primer exportador del mundo, que sale al mercado con grandes volúmenes en noviembre y diciembre, explica. Sin embargo, Karen Sagredo considera que también es muy competitiva la ventana posterior a Chile, luego de febrero, cuando los mercados nuevamente se quedan con menos fruta.

“Si bien la cereza temprana (octubre) llama la atención al responder a las necesidades de los mercados, también la cereza post Año Nuevo Chino
tiene buen precio. Por lo tanto, existe la posibilidad de desarrollar la cereza peruana en dos ventanas: la temprana y la tardía, cuando prácticamente no hay cereza en el mundo. Este es otro nicho y hay climas adecuados para esa opción adicional. En especial, en los climas fríos del Perú pueden darse brotaciones más tardías y aspirar a cosechas más tardías”, refiere.

Por controlar diferentes variables, principalmente, de carácter climático, destaca que la producción en Perú resulta más cara que en Chile. Por lo tanto, dice que “no se me ocurriría pensar en salir en la semana 49, 50 o 51, que es cuando sale toda la masa productiva de Chile”. En todo caso, los siguientes pasos serán contar con la genética adecuada y el manejo idóneo para lograr una fruta de calidad. “Va a ser un proceso que puede parecer lento; estamos hablando del desarrollo de todo un sistema productivo. No se trata solo del avance tecnológico en el campo, sino también de la logística y la infraestructura necesaria. Además, está pendiente la consolidación de la industria complementaria, como los proveedores de polinizadores y otras tecnologías. El salto, en todo caso, vendrá de la mano de una genética con menores requerimientos de horas de frío”, apunta Karen Sagredo.

 

Las cerezas más tempranas del mercado
Entre las variedades abiertas tempranas producidas en Chile, destaca por su posicionamiento en la región de Coquimbo la variedad Brooks, que el año pasado consiguió cosecharse el 13 de octubre. Entre las variedades licenciadas, Bloom Fresh también ha conseguido resultados ultra tempranos, como la cosecha de Cheery Cupid™ (IFG Cher-ten) un 15 de octubre. Este obtentor genético también cuenta con resultados tempranos en Chile con las variedad Cheery Crunch™ (IFG Cher-three), Cheery Moon™ (IFG Cher-seven),Cheery Nebula™ (IFG Cher-eight), e incluso cuentan en su portafolio varietal con Cheery Glow™ (IFG Cher-six), variedad bicolor temprana que también logra buenos precios internacionales por su llamativa tonalidad.

En otros programas, también destacan Royal Lynn y Royal Hazel de Zeiger, que han conseguido cosechas en la semana 42 en Mendoza, Argentina. En tanto Sweet Aryana™ (PA1 UNIBO cv.) y Sweet Gabriel ™ (PA3UNIBO cv.) son las variedades más tempranas de los desarrollos de la Universidad de Bolonia, con buenos resultados en Chile, mientras que Nimba cv. y Pacific Red cv., del obtentor SMS (California, EE UU).

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